51. El arte de la espada

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¡Dentro de poco será el turno de Naruto!

Fuu le enseñó la katana a Jiraiya y a Naruto.
Jiraiya la sostuvo con cuidado.
-Noto una gran fuerza emanando de ella. Te creo cuando dijiste que él era Hashiro Takera. El acabado es exquisito, y el color del filo casa con la enpuñadura.
-Tengo que averiguar por mí misma sus poderes, o al menos, eso fue lo que me dijo.
-Habrá que enseñarte a manejarla.
-¿Usted sabe usarla, ermitaño pervertido?
-Puedo defenderme, pero no tengo los conocimientos suficientes como para entrenarte como es debido. Aunque conozco a alguien que puede ayudarte...
-¡Oye! ¿¡Y qué pasa conmigo!? ¡Fuu tiene una katana que se transforma y yo no tengo nada!
Jiraiya le dió un capón.
-Deja de berrear y ponte a entrenar. Aún no has perfeccionado la técnica de la Transparencia oculta que te enseñé. Cuando la domines, hablaremos.
******
Siguieron el viaje hasta que llegaron a un pueblo que estaba en el límite del país del fuego por el sur.
-Esto es Omashi, aquí, una vieja amiga mía te enseñará el arte de la katana.
-¿En serio? ¿De qué os conocéis?
-Fuimos compañeros de escuela hace muchos años, y seguíamos hablando de vez en cuando, pero hace algunos años, decidió trasladarse aquí. Tiene casi cincuenta años, pero no parece que los tenga, y a diferencia e Tsunade, ella no necesita transformarse para parecer jóven.
Naruto arqueó una ceja.
-Así que has intentado ligártela...
Jiraiya negó con la cabeza, muy serio.
-No. Sería incapaz de hacerle algo así.
-¿?
"¿A qué se referirá?"
Caminaron por las calles llenas de gente hasta que se detuvieron en una puerta de madera. Jiraiya llamó tres veces a la puerta con un patrón específico. Abrió la puerta una mujer muy guapa de pelo negro que iba con ropa de entrenamiento y que aparentaba treinta años. Al ver a Jiraiya, entrecerró los ojos, confundida.
-Hola, Yumi. Ha pasado mucho tiempo.
Entonces, saltó hacia él y le abrazó amistosamente.
-¡Jiraiya! ¿Cómo has estado, hombre? Han sido muchos años desde la última vez que nos tomamos algo juntos.
Entonces, Yumi se fijó en los dos jóvenes.
-¿Vuelves a tener alumnos? La última vez fue Minato.
Ella se fijó en Naruto de reojo.
"Me recuerda un poco a él..."
-Pasad, os prepararé algo para beber.
******
Jiraiya se sentó en una sala de estar de aspecto sencillo mientras Naruto y Fuu estaban en el jardín interior. Yumi apareció con una bandeja que llevaba encima dos tazas de té y un plato con galletas.
-¿Qué te cuentas, Jiraiya?
-Bueno, he estado un poco ocupado últimamente con todo, sobretodo con la recogida de información...
Ella sonrió pícaramente.
-¿Es para tu próxima novela? Avísame cuando la publiques, quiero tener la siguiente parte pronto.
-No se trata sólo de eso. Debes de haberte enterado, pero Tsunade ahora es la Quinta Hokage.
-Había oído rumores, pero me sorprende que sea cierto tras lo que le pasó.
-Ya, bueno. Nos mandaron a buscarla y tuvimos que intervenir.
Ella miró a los dos Genin.
-¿Te llevaste a esos críos? No se debe juzgar por las apariencias, pero ¿no son muy jóvenes? Comenzaste a entrenar a Minato a los quince años.
Jiraiya sonrió.
-Lo sé, pero esos dos no son muchachos corrientes. Tienen grandes cualidades. Han dominado el Rasengan en menos de dos meses.
Yumi se atragantó con el té y comenzó a toser. Cuando paró, le miró directamente a la cara.
-¿¡Lo dices en serio!?
Él asintió.
-Además, ¿no te recuerdan un poco a ellos de jóvenes?
-Tienes razón, aunque a ella le falte el pelo rojo y largo.
Bebieron en silencio.
-¿Y qué te ha pasado durante este tiempo, Yumi?
-Nada interesante. He seguido entrenando con la espada, y hace poco fuí a una cita a ciegas. Diré que no salió muy bien.
-¿Vuelves a salir con hombres?
Ella asintió, pensativa.
-No puedo seguir lamentándome por lo que pasó hace años, he de continuar con mi vida.
-¿Por qué no vuelves a la Hoja? Nunca has sido de tener muchas cosas, se pueden mover con facilidad.
-Alguna vez lo he pensado...
Yumi cogió una galleta y le señaló con ella.
-Pero cambiemos de tema. ¿Qué tal ha sido tu vida amorosa?
Jiraiya apartó la mirada y no dijo nada.
-Entiendo. Supongo que los
dos no hemos tenido suerte en ese campo... Ahora en serio, ¿a qué has venido, Jiraiya? No creo que te hayas pasado por aquí a saludar, y menos con tus alumnos.
-Tienes razón. Quiero pedirte un favor. Necesito que entrenes a Fuu con la katana.
Yumi entrecerró los ojos.
-¿Por qué me lo pides a mí?
-Eres la mejor combatiente con arma blanca que conozco, y una buena amiga. Eres mi mejor opción. Sólo pido que te lo pienses.
Yumi sorbió un poco de su taza.
-de acuerdo, lo pensaré.
-Te lo agradezco. Estaremos varios días en la ciudad, ya que tengo que entrenarles. Muchas gracias por el té.

El escarabajo de la Villa de la HojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora