Sería un error quitarle a la lluvia la sensación que ella causa al caer sobre el cuerpo o dejar de advertir que de cuando en cuando la noche palpita con el corazón más luminoso de la luna. Sería un error incluso dejar de mirar al cielo a la par que se piensa en la inmensidad de la vida. De igual forma, sería un error no agradecer a quienes hacen que las historias en verdad puedan ser más que una mera agrupación de letras y palabras con cierto trabajo y cierta pasión condensada en ellas. Sería un error no agradecer a los lectores. Claro, son ellos quienes reciben cada dosis literaria para convertirlas en emblemas de claridad en el centro mismo de la imaginación. Quiero agradecer, como de costumbre, a mi familia, a mis buenos amigos del mundo, y a todos aquellos que de una u otra forma inspiraron alguna parte o aportaron alguna idea, directa o indirectamente, para esta "De las inercias de la piel a un mar de constelaciones". Gracias a todos aquellos que siempre llevan consigo buenos deseos y un alma clara y humana que no temen compartir. Y gracias, en últimas, a la misma voluntad, o a aquel curioso genio entre los más complejos tejemanejes de la mente humana, que propicia que los sueños se puedan vivir y ciertas vivencias imaginadas visualizar en todo su esplendor dentro de la magia misma de la palabra escrita.
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De las inercias de la piel a un mar de constelaciones
General FictionUna hermosa chica que despierta totalmente desnuda en una oscura y lúgubre habitación sin saber a ciencia cierta por qué está allí, y una niña misteriosa que no es muy dada a hablar con las personas y que guarda un pérfido y oscuro secreto, se perca...