Quédate a mí lado.
Por favor.
No voy a llorar, te lo prometo.
Solo quédate a mi lado, Doyeon.—Daniel.
Esto no puede ser cierto, pero cada vez lo veía más cerca. Él caminaba hacia mí. Esto es real.
—Quiero hablar contigo, Doyeon.
Tu voz ya no era seria, ni tu mirada. Te veías tan diferente, te veías como el tú de siempre. Tu mirada... Dime por qué me haces esto, Daniel.
No te acercaste mucho a mí. Siento como si un muro nos separase, no te podías acercar más. Si te acercabas más, yo me alejaría. A pesar de todo, tenerte cerca aún es tan peligroso para mí. Yo estoy temblando, estaba temblando desde que escuché tu voz. Tú me mirabas a los ojos después de tanto tiempo y sin aquella mirada seria. Era todo tan diferente de las últimas veces.
—¿Sobre qué quieres hablar?
Maldición, esa no era la respuesta que ensayé hace un mes en caso de que Daniel me hablará. Por qué todo sale mal alrededor tuyo.
—Hablemos sobre nosotros o sobre mí. Yo necesito decirte muchas cosas y preguntarte mucho. Yo solo necesito hablar contigo, a solas. —dijo Daniel mostrándose algo nervioso, pero no tanto como para apartar su mirada de mí.
No puedo caer en él de nuevo. Aparte mi mirada rápidamente y noté que él la buscó al instante.
—Doyeon. Yo te diré en que lugar y la hora.
Se fue caminando por el pasillo sin esperar mi respuesta. Empecé a dirigirme lentamente tras de él, esperando que vuelva a pasar todo eso. La esperanza de que diga mi nombre de nuevo con aquella voz seguía ahí. Pero no fue posible, el pasillo empezó a llenarse de personas que no me interesaban en lo absoluto y obstruían completamente mi campo de visión, así lo perdí entre el montón de gente.
Verlo de nuevo, verlo hablarme, escucharlo decir mi nombre. No esperé que nunca volviera a pasar todo ello en solo un encuentro.
Solté un gran suspiro o quizás todo el aire que contuve al verlo. Me acerqué a la pared para no poder caer por lo que acababa de suceder. Sentí una mano tratando de sostenerme, sentía que iba a desfallecer. Solo fue un hola por parte de él, Doyeon, no seas idiota, no caigas tan fácilmente.
—¿Estás bien, Doyeon?Hyeri me sostenía con sus manos mirándome preocupada, yo solo llegué a asentir. Fingir que nada pasó, fingir que no lo vi.
—¿A qué tipo de fantasma demoníaco viste? Te ves muy pálida.
Echada en mi cama, me sentí ya tranquila. Podía respirar ya calmada. Solo miraba las estrellas pegadas en el techo hasta que mi celular sonó. Sin dejar de mirar arriba lo cogí. El celular cayó en mi cara al ver el mensaje, evité gritar y hacer el escándalo que haría habitualmente, lo sostuve de nuevo rápidamente ya con las dos manos.
Número desconocido
Soy Daniel.Me senté en mi cama al segundo para poder ver mejor aquel mensaje, puse mis mechones de cabello detrás de mi oreja.
No es posible.
Número Desconocido
Hay que vernos en el café cerca a nuestro apartamento.
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Más que ayer. »KangDaniel
FanficYo lo encontré engañándome, se encontraba en nuestra cama con otra mujer. Cuando entré al cuarto, él sólo dijo. -Vete al otro cuarto. Yo hice caso. Lloré toda la noche. ibluna © 0018