Dulce Y Peligrosa Inocencia, Los Sakamaki Y Tu

capitulo 18

Capitulo 18

Estaba a su merced y eso no me gustaba. Yo siempre mandaba en ellos.

Reiji suspiro y después se levantó del sillón, y se retiró de una manera muy escalofriante. No me miro, ni tampoco se despidió. Mire un momento la reacción de los otros chicos y no había nada. Ayato se puso de pie y desapareció. Cuando preste atención ya no estaba ni Shu ni Subaru. Solo quedaba Kanato y Raito. El chico del oso de peluche solo miraba hacia enfrente sin ninguna emoción en el rostro. Raito tenía la mirada baja y no podía ver su reacción por culpa del sombrero.

Kanato camino lentamente hacia mí, se colocó enfrente de mí y lágrimas silenciosas comenzaron a salir.

-Te odio- me dijo con voz neutra – espero y te mueras pronto... -. Y desapareció. Demonios esto esta horrible.

Solo quedaba uno... Espere la reacción de Raito, de la nada comenzó a llorar pero no fue cuando me di cuenta que se estaba riendo, comenzó a levantar el rostro y cada vez podía ver su sonrisa divertida. Se estaba burlando en mi cara.

-Serás estúpida, jajaja – que tengo de divertido – Te van a matar. Yo no pensaba abrir la boca. Creo que será mejor que te prepares, pequeña perra mentirosa.

Se agacho para quedar a mi altura y nuestras narices se rosaban.

-No será tan malo, ahora puedo hacer todo lo que quiera contigo – maldito engreído de mierda.

-Ahora tú me causas gracia, tú piensas que puedes tocarme un cabello sin que yo esté a punto de matarte – mire su cara y se puso seria. Con su mano toco mi mejilla derecha, y me tomo de la cadera para acercarme más a él.

-Para ese entonces tú me pedirás que te toque cada vez más – Me soltó y desapareció. Mi corazón y mi cuerpo parecía que acaban de correr un maratón. Intente tranquilizar a mi corazón y me acerque a las escaleras. Esto estaba siendo peligroso a este paso terminaría muerta por estos vampiros que por los...

El ruido de una ventana rota se escuchó me puse alerta de cualquier cosa. Y se fue la luz. Mi única luz en ese momento solo fue la luz de la luna la cual solo me alumbraba un pedazo de mí la habitación. Empecé a escuchar pasos de personas y las respiraciones de ellas.

-Chicos yo sé que están molestos pero no quiero hacerles daño – Ninguno de ellos me contesto, hasta que escuche una risa pero no era de ninguno de los Sakamaki. Esa voz yo la reconocía.

- Hola TN, ¿Cómo está mi princesa favorita? – Esa maldita voz, creí que tendría que esperar un poco más para escucharla pero me equivoque – Veo que ya son tus amiguitos del bosque, que tristeza que vallan a morir, ¿verdad?- .

- ¡Sal de las sombras!, ¡Maldito cobarde! – Diablos, como es que entro y no lo detecte.

- Solo te diré que ellos regresaran pronto – De pronto ni la luz de la luna se vio. Mi peor debilidad era luchar en la oscuridad. De un momento a otro ya no se escuchó nada, y de la nada un golpe en mi espalda fue dado haciendo que me golpeara con la pared o eso creía yo. Antes de poder ponerme de pie, me golpearon en mis costillas.

Intente agarrar el pie de mi agresor pero él fue más rápido y me dio un puñetazo en la cara, antes de quedar perder el conocimiento, un dolor y ardor proveniente de mi muñeca derecha se hizo presente mire mi muñeca y vi sangre salir de ella. Fue lo último que vi antes de quedar inconsciente.

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