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Los días pasaron y Meliodas tuvo que ser más activo en su papel como Rey, de Merlin, Arthur y Escanor no se sabía más que unas pocas y eventuales notas mandadas por la maga, las cuales siempre confirmaban su salud para alivio de todos. Aún así no decían su fecha de retorno por lo que el capitán de los pecados simplemente suspiraba e iba de reunión en reunión.

Sus años y capacidad le ayudaban en la toma de decisiones, por lo cual tenía tiempo libre. El que, obviamente, gastaba con sus amigos y la princesa. En su lugar, Elizabeth, tomaba decisiones igual de importantes que Meliodas, que ,claramente, la apoyaba a muerte en su accionar, y se encargaba de algún percance con los hermanos menores del rubio. No solo eran los reyes de Camelot, sino que también parecían padres.

Claro está que los demás pecados se divertian a diario, se iban del castillo a algún lugar y regresaban al otro día. En una situación normal serían regañados por el jefe a cargo, pero actualmente solo recibían un "la próxima avisen" de un muy cansado joven o una agotada chica.

Una noche, los cuatro pecados se reunieron en la habitación de Diane y King.

—Así que aquí es donde ustedes, ya saben, ¡Umn! Toda la noche, ¿Eh? —les habló Ban con señas explícitas de cadera a los dueños del lugar.

Los dos chicos enrojecieron casi al instante, el oso al imaginarse en esa situación comenzó a sangrar.

—A lo que Ban hace referencia es a sus relaciones sexuales, pero me temo, Ban, que King y Diane no han tenido relaciones carnales. —respondió Gowther acomodandose los lentes con su monótona voz.

—¡Gowther! —gritaron los tres a la vez.

—¿Qué?

—Agh, nada. —Diane estaba roja y molesta. —¿Todos saben por qué estamos aca?

—No, en realidad no lo sé. Podría leerle la cabeza a Ban, pero prefiero hacerlo a ustedes, parecen saberlo mejor.—el pelirosa levantó la mano en dirección a sus compañeros.

—Podemos decirte, —le freno el movimiento King. —el capitán y la princesa han estado ocupados con sus nuevos cargos, por eso, queremos hacer que tengan un día especial tranquilos.

—¿Y qué sugieres, gordito?

—No me llames así Ban. —frunció el seño —digo de transportarlos con Oslo a un día de campo. —dijo con una sonrisa de lado.

—A mi me parece genial, el capitan estará contento en un día de campo al aire libre con Elizabeth. —Diane jugaba con sus dedos y su coleta.

—El capitán no quiere eso. —frenó Gowther.

—Ah ¿no?¿Por qué? —Ban se interesó.

—Porque el capitán no quiere estar al aire libre. —concluyó subiendo sus lentes.

—¿Y cómo lo sabes?

—Leí su mente. —todos golpearon su frente por la respuesta.

—¿Y que es lo que quiere? —King estaba molesto. Su plan arruinado.

—El capitán quiere ponerle un traje de conejita que compró en una tienda a Elizabeth y encerrarse en su cuarto con ella sin interrupciones. —Gowther tenía los ojos cerrados, estaba leyendo la mente de su superior en ese momento. —él quiere agarrar a la princesa y met...

—¡No sigas, Gowther, no sigas! Ya entendimos. —lo callo King al imaginarse como concluiría con la cara roja.

—El capitán es un pervertido... — tapaba su creciente sonrojo Diane con su cabello.

Un Verdadero Rey para Camelot (Meliodas x Elizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora