Cuando por fin fue libre de las burlas de la enseñanza básica, decidió que era su oportunidad para que las cosas fuesen diferentes. Sus últimos años, ya convencido de que no podría dejar de ser el chico raro y el blanco de todas las burlas, decidió dedicarse a observar. Observo que hacían sus agresores para ser tan populares, estudio y racionalizo las conductas que eran mejor vistas por los compañeros en un curso, aprendió y aprendió, y cuando finalizo aquel periodo de aprendizaje, vino la oportunidad del cambio. "Es ahora o nunca" se dijo, cansado del sufrimiento por el hostigamiento de sus pares, entrego toda su mente y todo su corazón a la empresa de este cambio. Ese primer dia en aquel liceo, no solo llego el cambio que tanto ansiaba, también hubo un nuevo propósito: conquistar a esa chica que resaltaba entre las demás, no solo por su belleza, sino también por aquella personalidad tan diferente a la suya, no era tímida, no era insegura, no tenia todas aquellas caracteristicas que tanto daño le habían hecho a él. Se enamoro, como nunca antes lo había hecho al ver en una mujer todo lo que el anhelaba en si mismo, y nada de lo que veía en él mismo y aborrecía con todo su ser.
Durante su estadía en el liceo por fin se libró de las burlas, consiguió buenos amigos, pero solo lo consiguió cuando dejo de lado aquella mascara que creyó necesaria para ser aceptado, solo cuando no ser él mismo le peso tanto que estallo su yo de golpe, cuando no quiso ya ser otra persona, cuando se aprendió a querer. Solo entonces encontró su lugar, y aunque no consiguió enamorar a aquella dama, consiguió ser feliz.
A medida avanzaron los años, descubrió una gran verdad. Solo se enamoro de ella por el odio que se tenia a si mismo, sin amor propio no se puede amar a otros, descubrió que solo busco lo opuesto a él, pero no podría amarla jamás, supo entonces que el amor verdadero necesariamente tiene que guiarse por lo que hay en común, y jamás guiarse por lo que hay en oposición.