Capítulo II

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El día se te pasa volando, no te extraña, puesto que, en tu interior deseas que no llegue la hora de salida, ironías de la vida. Han quedado que de ir todos juntos después de la oficina, probablemente sea lo mejor porque sabes que si hubieran quedado en juntarse en el local, te daría el tiempo suficiente para arrepentirte.

Cuando Gaara llega a tu puesto para irse juntos sabes que no puedes escapar, te preparas para la noche más incómoda de tu vida y los sigues a su auto.

- ¿No crees que estas exagerando solo un poco? -lo miras incrédulo, él más que nadie debería entender tu renuencia a ir a esa salida.

- No lo creo, yo nunca exagero- puede que seas un poco dramático- si tu estuvieras en mi posición reaccionarías igual-le dices, dándole una mala cara.

- No te pongas a la defensiva, Sasuke, no te estoy atacando-dice, levantando los hombros con indiferencia- Solo digo que intentes relajarte, ya verás que no será tan malo como piensas.

Eso esperas, solo quieres que esa noche pase rápido para poder encerrarte un fin de semana tranquilo sin saber nada del exterior, por lo menos, esos dos días dejar toda la mierda de lado y no pensar en él y cómo su vida parecía mejorar al ya no tenerte en ella. Te sientes mezquino, pero no lo puedes evitar, se ve tan feliz con su hermosa novia, la relación ideal, pareciera que mejoro cada aspecto de su vida, por lo que has escuchado, la relación con su abuela y el pervertido de su padrino solo va cuesta arriba, en el trabajo lo ascendieron, seguramente al tener todo en equilibrio mejoro su desempeño. Te maldices por estar pensando nuevamente en Naruto, no es posible que todo se trate de él, tienes que seguir adelante, se nota que a él no le costó tanto como a ti.

Ibas tan sumido en tus pensamientos, que no te das ni cuenta cuando Gaara ya se esta bajando del auto y te abre la puerta para que salgas. Miras el lugar y no está para nada mal, creíste que iba a ser algo más vulgar, pero contrario a eso, está bien decente. Apresuran el paso, al ver que ya todos se encuentran en la entrada, esperándolos solo a ustedes dos.

- Hasta que por fin llegan, creímos que se habían perdido por el camino-Comenta Kiba con una sonrisa socarrona y moviendo sus cejas de una forma bastante perturbadora. No entendías a que se refería hasta que viste adonde se dirigía su mirada, al brazo de Gaara envuelto en tu cintura, sabes que seguramente parece muy íntimo, pero es solo la costumbre, estos últimos meses se han hecho tan cercanos que sin darse cuenta están en el espacio personal del otro, no es algo romántico ni nada por el estilo, es solo confianza mutua, a ninguno de los dos les gusta que personas ajenas se acerquen, se entienden y los ha hecho volverse más unidos.

- No digas estupideces, Kiba- Reaccionas molesto, nunca te han gustado esas insinuaciones, menor aún si van dirigidas a ti.

- ¿Por qué no mejor entramos?, no seas molesto, Kiba- te sobresaltas en tu interior- obvio no lo demuestras-al ver quien dijo eso, pareciera que Naruto hasta te hubiera defendido, sacudes la cabeza para borrar ese pensamiento, es imposible, te lo has dicho millones de veces, es solo su personalidad innata, no es porque seas tú.

- Ya, esta bien, no es para tanto-reclama Kiba, poniendo los ojos en blanco.

- Eso te pasa por pervertido-le tiras con una mueca de superioridad, en tu mente le sacas la lengua, no que realmente lo fueras a hacer, eso definitivamente no va contigo.

- Maldito Uchiha-se va refunfuñando Kiba , mientras entra al local. Tú-y todos los presentes-ruedan sus ojos por la actitud tan infantil

Estas a punto de entrar cuando te acuerdas, te das la vuelta buscando, hasta que lo encuentras, cuando siente tu mirada sobre él te la devuelve.

- Solo te quería agradecer por eso, sabes cuanto me incomodan ese tipo de comentarios- le agradeces a Naruto, esperando que tu nerviosismo no se note, sabes que exteriormente te ves tan frio como siempre, pero Naruto sabe mejor, él siempre pudo ver a través de ti.

- Vamos Naruto-kun- Naruto estaba a punto de responderte, pero en ese momento llega Hinata colgándose de su brazo, sin importarle si interrumpe algo-nos estamos quedando atrás, vamos- Naruto solo cierra la boca y te da una pequeña sonrisa que parece más una mueca de resignación.

Los ves entrar y tú entretanto te pateas mentalmente, por favor, cuando se ha visto que tú agradezcas que intercedan por ti, de hecho, normalmente te enojarías con esa persona, ya que, tú eres lo suficientemente capaz para defenderte por ti mismo. Y ahora vas y le das las gracias a Naruto, sin mencionar que fue por algo tan estúpido como un comentario de Kiba, a quien a penas si tomas en cuenta.

Y obviamente para terminar la bochornosa situación tenía que llegar la dulce e inocente- si como no- Hinata, nunca se van a poder llevar bien, lo presentiste desde el principio, eres uno de los pocos que no se terminan de tragar su actitud tan sumisa, no crees que sea tan ingenua como se deja ver.

Entras antes de que uno de los chicos, probablemente Gaara o peor Sai-te da un escalofrió solo pensar que ese acosador salga a buscarte y te haga otra de sus preguntas indiscretas o sus acercamientos nada disimulados. -regrese a ver que te ocurre.

Entras al BarKaraoke, por dentro es incluso más atractivo, tiene distribuidas distintas áreas, por un lado, está la barra, la cual, es larga y a simple vista de vidrio templado blanco, hay una que otra persona, pero aún no está muy concurrido, asumes por horario todavía es temprano. Caminas un poco más al interior y ahí se encuentran las mesas, miras a tu alrededor para buscar a tus amigos, mientras al mismo tiempo te dedicas a apreciar el estilo del lugar, tiene un toque moderno, las paredes son blancas con varios cuadros de, supones cantantes, además de luces de neón de varios colores dando forma a instrumentos musicales. Tiene un ambiente bastante ameno, puede ser el hecho de que las luces que iluminan todo el lugar están bajas y van cambiando de colores fríos a cálidos gradualmente.

Por fin ubicas a los chicos ya sentados en una de las mesas más alejadas, ves que algunos de alzan la mano para asegurarse de que los vieras, caminas tranquilamente hacia allá hasta que una te das cuenta de una imagen no muy grata, Naruto introduciendo su lengua hasta la garganta a Hinata. De verdad intentas que no te afecte, pero a veces y en situaciones como esa es tan díficil, sin embargo, continúas andando hacia la mesa fingiendo que no te aflige para nada.

Solo Gaara se da cuenta del cambio, de tu cuerpo un poco más tenso, mira rápidamente alrededor de la mesa para ver que es lo que te hizo ponerte en tensión, cuando se da cuenta su ceño se frunce aún más, al parecer tampoco puede creer la poca delicadeza de la pareja.

Cuando finalmente logras llegar, después de pasar entre unos pocos grupos arremolinados en medio, te sientas inmediatamente junto a Gaara, quien con solo un pequeño gesto-golpeando suavemente su hombre con el tuyo-te hace sentir menos desdichado, te apoyas imperceptiblemente en él, esperando que la noche mejore y no tengas que presenciar como el que creíste el amor de tu vida se besa como si el alma se le fuera en ello con su linda novia.

Observas por el rabillo del ojo como Naruto se separa abruptamente de Hinata y se muestra-por lo menos tiene la decencia, piensas resentido-avergonzado por la exagerada muestra de afecto. Tú solo suspiras, no hay nada más que puedas hacer, no tienes derecho a nada más.

~

Si solo pudieras percibir lo que pasa a tu alrededor, no todo es como se ve a simple vista, las relaciones humanas nunca han sido tu fuerte. No sabes el dolor que te habrías evitado.

De amores y enredosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora