Novios... Por contrato

¿Me amas?

La tensión se podía sentir.

Negro contra jade.

Miradas asesinas.

Silencio mortal.

Y un Hinata tieso en su lugar.

—¿Qué esperas para soltarlo?—Pidió de manera nada amable el azabache.

Gaara volteo su mirada al Hyuga, quien estaba más pálido de lo normal. Sus ojos se pasearon en donde sus manos estaban enlazadas. A manera de reto apretó más el agarre dirigiendo de nuevo sus jades al hombre que los miraba furioso.

—¿No piensas soltarlo?

—¿Y si no lo hago qué?—Contesto con sorna el pelirrojo.

La gente estaba atenta a cualquier movimiento de ambos hombres. Esto terminaría mal.

—Gaara.—La voz del ojiperla llamo la atención de todos.—Gracias p-por todo y lamento las molestias.

Con esto dicho, trato de zafar su mano de la del ojijade. Sin embargo este no la soltó.

—¿G-gaara...?

El chico que aun tenia sujeto a Hinata, no paraba de retar a Sasuke con la mirada, pero al ver lo desconcertado que estaba el más pequeño, a regañadientes, decidió dejar las cosas por la paz.

Lentamente y sin querer realmente, soltó la pequeña mano que anteriormente tenia presa.

—...Lo siento Hinata.—Se disculpó de manera seca.

—N-no hay problema Gaara... Gracias por la comida.

Y como si se tratara de un imán, el cuerpo del Hyuga se dirigió al pelinegro. Los ojos del Uchiha desprendían un brillo de victoria y esa pequeña e imperceptible sonrisa, lo confirmaba.

Lleno de coraje y dejándose guiar por la ira, volvió a tomar la muñeca del ojiperla para posicionar la otra palma en su mejilla y guiarlo directamente a su cara.

—Espero verte de nuevo.—Dijo fuerte y claro antes de tomar posesión de los labios contrarios.

Su boca, sin lugar a duda era exquisita y extremadamente suave. El paraíso en la tierra.

No quería dejar de sentirlos y mucho menos sabiendo que estos ya habían sido reclamados por ese maldito. Con ese pensamiento, un crudo sentimiento se instaló en su pecho, molestando la agradable sensación que también se encontraba ahí, al momento de tocar los labios ajenos.

Cuando estaba dispuesto a profundizar la caricia, un golpe en la mejilla lo arrojó al suelo, así terminando el beso, entre él y el Hyuga.

—Estás muerto.—Escucho decir con voz amenazante y tener sobre él una mirada colérica.

[...]

—Tch...

—P-por favor deja de moverte S-sasuke-kun.

Tenía el labio partido y unos cuantos moretones en la cara. Nada grave. Pero ¡Joder! ¡Como dolía!

—Sé más cuidadoso entonces.—Gruño en respuesta, aun sabiendo que Hinata era lo más delicado posible. No mentiría, seguía molesto por el recuerdo de ese idiota besando a SU chico.

Si ganas no le faltaron para matarlo.

Pero no pudo contra la mirada llorosa del Hyuga y esos hermosos labios pidiendo que se calmara... Maldita debilidad.

—L-lo siento...—Las manos del peliazul empezaron a temblar aun teniendo el algodón en sus dedos y sus perlas se empañaron. Seguía asustado.