#6

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Los ojos de Rick se veían reflejados en aquellos color café, aquellos que algún momento llego a amar pero ahora, le teme. Por la razón que esta viviendo, estando completamente desnudo frente a ella, con sus manos esposadas mientras ella sostiene un látigo en sus manos, la sonrisa en sus labios hace que una corriente eléctrica recorra la espalda de Rick.

Y he aquí, donde se arrepiente tanto de sus errores. Una vez puede ser perdonado, pero tantas veces...Es insoportable, engañar a quien te ama es uno de los pecados más dolorosos que puedes cometer, aunque en el momento crees que solo es una bobería, que todo pasara y entonces, llega el momento que te arrepientes, cuando vez a la persona que creías amar llorar, sufrir por lo que cometiste, puedes llegar a arrepentirte.

Y luego esta Rick, que no siente nada.

—Tus castigos son fáciles. —Dijo ella acercándose a el, recorriendo el pecho de Rick con su dedo, deleitando aquel hermoso cuerpo que el posee. —Si tu cometes un error, te azotare. —Prosiguió ella, haciendo que el gire su cara bruscamente para mirarla. Con terror y sorpresa en sus ojos, sacándole una risa a ella. —Eres un imbécil.

Entonces las manos de ella lo empujaron hacia la cama, dejándole de espalda y volviéndose a acercar a su cuerpo, besando su espalda con delicadeza. Rick no tuvo otra opción que voltearse a verla, sin expresión alguna pero, su rostro tomo un color blanco, quedo pálido por lo que las manos de Luz mostraban. Un dildo.

Rick: Luz...No. —Rogó el, echándose hacia atrás.

—¿No que? —Rió con malicia, entonces solo rodó los ojos y lanzo lo que sus manos sostenían a alguna parte de la habitación, opto por tomar un collar con una soga, como si Rick fuera un perro. —Seras mi perra entonces.

Para el, eso era mejor que un pene de plástico en su culo.

Las piernas de ella comenzaron a acercarse lentamente hasta la cama, se arrodillo en frente a el y sonrió, entonces se sento a ahorcadas sobre el, para colocarle eso que traía en sus manos. Dios, ella estaba en un punto donde no sabia si seguir o detenerse, pero vamos, es Luz y ella seguirá por su ego. Una vez la correa estuvo colocada y ajustada, ella acerco el rostro de Rick al suyo, quedando a unos escasos centimentros y devorando la boca de el en tan solo segundos.

Rick no correspondió, sintió que su cuerpo y alma no le pertenecían a ella pero...Algo dentro de el se movía, no era el miedo, no era su maldita erección, no, había algo que se movía por Luz. La respiración agitada de la mujer sobre su cuerpo, lo saco de sus pensamientos, la observo, como sus mejillas tomaban un lindo color carmesí y como una sonrisa traviesa se formaba en sus labios.

La cadera de ella se movía rápidamente sobre la erección de Rick, sacándole unos jadeos y no pudo evitar soltar su nombre, el nombre que alguna vez lo dijo con tanta ternura y lleno de amor, con pasión y deseo. Ahora solo queda el deseo.

Rick: Luz...—Susurró el, queriendo tomar su cintura para embestir con rapidez. Pero sabia que eso no sucedería, lo haría desear hasta el último momento.

—Luz nada. —Susurró con burla, cerca de su oído, mordiendo el lóbulo del mismo. —Sufre Rick.

Y de echo, ya lo esta haciendo. Maldita sea.

Ahora sos mi juguete... (Rick Grimes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora