Capítulo 1 "Primer día"

3 0 0
                                    

Ya levantada a las 07:30 de la mañana un día Martes, con el desayuno de papá y un nuevo cheque de mamá.

Cuento rápido de mi padre y madre; se enamoraron cuando tenían 17 años y mi madre se embarazó de mi cuando tenía 19. Como la mayoría de familias jóvenes empezaron las discusiones, mi madre quería ir a fiestas y mi padre se tenía que quedar a cuidarme hasta altas horas de la madrugada y después levantarse a las seis de la mañana para ir a trabajar, un asco de madre. Así que decidieron separarse cuando yo tenía cuatro años, nunca se casaron así que no hicieron ningún trámite legal. Mi padre decidió llevarme con el porque mi madre pasaba con amigos y fiestas pero ahora dice que maduró y quiere volver a tenerme y me compensa con cheques. Vuelvo a decir: un asco de madre.

Termino el desayuno y me despido de mi papá con un beso en la frente de parte de el, iba muy temprano a la escuela, tenía recién clases a las 8:30. al salir me encuentro a Ashton Adams, vive en la casa de al frente de la mía, es muy guapo a decir verdad, con cabello rubio y su closet a la moda. Lo malo de el: es un completo nerd, no me molesta que sea nerd pero siempre se junta con chicos raros de la escuela y hablan con claves y juegan cosas raras, he tratado de hablarle pero siempre se aleja o se burla de mí con sus amigos y usan sus claves raras. No lo entiendo pero es un nuevo año y trataré de hablarle.

Caminé hasta la calle de al frente para hablar de algo a Ashton pero cuando iba a su dirección el se empezó a reír, de seguro de mí, empezé a verme si tenía algo malo en mi, pero no encontré nada. Alcé la vista hacia Ashton y seguía con la jodida sonrisa perfecta que tiene.

—¿Qué te parece tan gracioso Adams? — dije con las manos cruzadas en mi pecho.

—Bri, ¿Qué haces por acá?, Deberías estar con tus amigos sin cerebro— si, usó el sobrenombre que usa mi padre, ni idea como lo sabe.

—Bueno, primero que nada, no sé cómo sabes el sobrenombre que me dice mi padre y segundo..— me quedé callada por unos cinco segundos viendo que me miraba fijamente y me intimidada completamente, cerré los ojos y proseguí—...y segundo no me mires con esa cara bonita que tienes y aceptes irte conmigo a clases.

Ashton se sonrojó un poco y pestañó un par de veces —Bri, tu padre es socio de mi padre si mal no recuerdas y segundo, no quiero irme contigo el primer día de clases para que tus amigos me empiecen a joder más de lo que me joden el resto del año, si me disculpas.— empezó a caminar evitando mi presencia, corrí para alcanzarlo y pararme al frente de el.

Me miró divertido y puso una mano en mi pecho, lo miré extrañada y quitó la mano guardandola en su bolsillo —¿Qué fué eso?— dije agitada, aunque no lo crean, el chico camina muy rápido.

—Estaba contando tus latidos, deberías hacer más ejercicio en la clase de gimnasia en vez de maquillarte con tus amigas huecas.— sonrió mostrando su perfecta dentadura, dios, ese hombre era un ángel.

—Ve conmigo a la escuela este día y no te molestaré nunca más— puse mi mejor cara de tierna para que dijiera un sí. Me miró por unos segundos analizandome completamente y suspiró —Bueno, pero con una condición. Que te juntes todos los jueves en mi casa con mis amigos a jugar un juego muy nerd, pero no hablaremos en la escuela ¿Vale?.

—¿Para qué quieren a una mujer en su grupo?— empezamos a caminar directo a la escuela evitando nuestras miradas. —Para que te disfraces de algo muy extraño - lo miré asqueada y exclamé con un "iug" que lo hizo soltar una sonrisa. —Podrías ser una princesa ogro o una duende malvada, te viene bien por tu tamaño Sabrina.

Llegamos a la escuela y el se fué al interior del recinto y yo fuí directamente al campus con mis amigas. En realidad no me caen bien ellas, solo me junto porque mi prima Sofía es la más popular y es la única que conozco, aparte de Ashton, aunque él no me hable tan seguido lo considero un "amigo", "conocido", no sé exactamente.

Estaba con Dania, amiga popular de Sofía, en clases de Física mientras veía a Ashton en el campus haciendo cosas extrañas con sus amigos. —Sabrina, ¿A quién miras tanto?— dijo la plástica de mi supuesta amiga.
—Veo a Ashton— dije haciendo garabatos en mi agenda.—¿Quién es?— sonó su voz chillona
—Es de la escuela, ¿Cómo no lo conoces?— me sorprende lo tonta que a veces es. Solo se preocupa de "nuestro grupo" que son las porristas y chicos del equipo de basquetball.
—Ashton, ¿El de basquetball? ¿O el de la clase de arte?— incorrecto en todas. Solo no le dí importancia y tocaron el timbre, gracias campana.

Me encontré a Sofía en la cafetería con "nuestro grupo". Me senté junto a Thomas y recibí algunas miradas coquetas, o sea, no quiero nada con el, sin ofender, yo solo quiero a Ashton. —¿Me podrías ayudar en cálculo Sab?— preguntó el recién nombrado con otro sobrenombre que me dió Sofía cuando bebés.
—¿Para qué quieres ayuda si estamos en el primer día de clases?— a veces hay que improvisar para tener una cita. —Me atrapaste, solo quiero salir contigo a algún lugar, al cine o al parque, ¿Te parece?— dijo acercándose a mí.
—Lo siento pero tengo que irme— me paré directamente a la mesa de Ashton con sus amigos y me quedé frente a él. —Ven conmigo— le tomé el brazo y lo llevé hacia fuera de la cafetería con miradas siguiéndonos.
—¡McCall! ¿Qué ocurre? Te dije que no quiero que hablemos aquí— dijo tratando de salir de mi agarre— Bri, por el amor de dios, dime qué ocurre.

Lo miré y me quedé congelada sin saber que decir porque en realidad no sabía porqué lo llamé. —¿Qué haremos el jueves?— fue lo primero que se me vino a la mente. —¿En serio? Para eso me llamaste? Dios Bri, era una promesa, lo juraste que no te ibas a juntar conmigo en la escuela, ahora tus amiguitos y en especial Thomas, ví como te miraba cuando te acercabas a mí, está loco por ti, así que voy a recibir unos grandes golpes de ellos por robarle la novia a ese basquetbolista promedio.
—Thomas no es mi novio. Tuve pánico porque me invitó a salir y no sabía qué hacer y mis pies se movieron solos a tu dirección— hablé apenada por pasarle un mal rato. —Ven aquí Bri— dijo dándome un abrazo cálido y duradero que no quería que acabara, pero claramente se separó de mí y se fue sin decir nada.

El Diario De Sabrina McCallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora