– ¿Qué es él amor, onisan? — dijo la pequeña azabache con una voz infantil e inoscente.
– Él albino sonrió y la miro de reojo: Solo dos palabras, tu y yo
– La pequeña sonrió yendo hacía los rosales tomando la rosa más blanca, bella y pura que se encontraba en él lugar, la toma de el tallo y luego la corta con suma delicadeza, corriendo hacia su hermano dándosela en las manos: ¡Onisan, esta es para ti! — dijo con su hermosa sonrisa.
– Tsk! — con aquélla larga y filosa daga, Subaru destruyó con irá aquéllas hermosas rosas puras y blancas.
Odiaba tener que recordar a la persona qué mas estuvo cerca de él y que ahora fueran totales extraños.
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Cartas Perdidas
RandomJurame que estarás siempre a mi lado no importa que tan lejos estés. Dime honestamente, no lo ocultes. ¿Cuanto tiempo has llorado? Tu, ¿conoces la expresión de tu rostro?. Todo va a estar bien si tu lo estas