Capítulo 29

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CAPÍTULO 29







Mamá estaba frente a mí, con un abrigo y un simple bolso. Si venía a verme, venía sólo de paso. Fruncí el ceño aún sin poder asimilar que realmente era ella.

—Hola Tomas —dijo y no había qué decir para saber que por su voz, era ella.

— ¿Qué haces aquí? —pregunté aún más confundido.

—Sé que es una sorpresa para ti, pero tu padre y yo necesitábamos pasar tiempo contigo, viendo que hace mucho no lo hacíamos, rentamos la vieja hacienda en que solíamos pasar las vacaciones —una sonrisa apareció en sus labios. Su expresión cambió rápidamente a una expresión inescrutable—. Además, necesitamos también hablar contigo acerca de algunas cosas.

La palabra "cosas" provocó un nudo en mi garganta —Claro —dije en voz baja—. ¿Te quedarás entonces aquí?

—No. De hecho, viendo en el edificio en que vives he decidido que voy a pedirte uno de mayor calidad, está un poco más lejos de la universidad pero no demasiado —sonrió.

La palabra "Ben" pasó por mi cabeza en el momento en que dijo algo acerca de cambiarme de edificio. En primera instancia, algo dentro de mí decía a gritos "¡No! ¡Si aceptas te estarás alejando cada vez más de él!" deduje enseguida que se trataba de mi corazón.

Por otro lado, la razón me decía que si me quedaba, simplemente iba a terminar estorbándole. Ben me odia, y quiero lo mejor para él, y lo mejor para él es que lo deje lejos, aunque por dentro guarde la esperanza de que las cosas entre él y yo puedan florecer.

A veces pienso que me conformo con simplemente quererlo de lejos.

Había tenido muchas desilusiones y aflicciones por hacerle caso al corazón, ahora deberá darle la oportunidad a la razón. A pesar de que no siempre es el mejor aliado.

—Sí, mamá, creo que es mejor —le devolví una sonrisa agradable.

—Me agrada que lo entiendas —volvió a sonreír—. ¿Puedo pasar?

—Claro.

Le hice campo para que entrara. Menos mal me había asegurado de organizar el departamento hace unos días debido a que también necesitaba ordenar un poco mi vida.

Mamá ingresó y empezó a mirar todo a su alrededor —Lo bueno es que tienes en orden todo aquí. Nada parecido a tu habitación en Seattle.

Solté una pequeña risilla —Sí, creo que el cambio ha ayudado en muchos aspectos.

—De eso me doy cuenta —mamá suspiró mientras se sentaba en el sillón que había en mitad de la sala—. Bien, Tomas, vine para decirte que empaques tu ropa y lo que creas necesario para salir mañana.

Mamá, Soy Gay [MSG #1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora