Hey, Bieber

10.

❝Ven a verme, joder, un día de estos cuando descubras quien soy. Cuando lo sepas, si en verdad estás aunque sea un poco interesado búscame, que estaré ahí para ti. Para besarte y tocarte. Para sentir como chocas contra mí. Para sentir tu respiración en mi piel mientras estemos desesperados. Dejándome llamarte "cariño" mientras te beso y juego con tu cabello. Estaré aquí para cada intervalo de tiempo aunque sea corto, porque se que aunque sea corto voy a disfrutarte y tenerte, Justin. Y jodidamente aguardo a que tu puedas darmelo todo también como he imaginado que lo haces y deseo que lo hagas. Follándome. Teniéndote. Lo que sea pero contigo.

Por si no lo notaste, no olvidé el: "hey, bieber" del comienzo, tan solo lo omití porque estaba segura de que iba a poner tu nombre aquí y estaría de más❞.    

Justin tuvo que tomar aire de golpe cuando leyó. A la mierda, esa tenía que ser una de las muchas cosas sexys que ella le había dicho a él, o más bien escrito. Su polla estaba dura y sintió como el vello de su piel se erizó cuando volvió a tomar aire.

Se estaba arrepintiendo totalmente por no haberla leído antes en la escuela, pero el tiempo era escazo antes de salir a jugar, y el tan solo pudo esconder la pequeña nota dentro de su mochila y jugar con el pensamiento de lo que ésta podría contener o de lo que se estaba perdiendo por no leerla. Una sonrisa irrumpió en sus labios al imaginarse jugar con una jodida erección. Para nada cómodo.

Él gruñó despacio al conseguir del papel un casi imperceptible olor a dulce que antes no se encontraba en las pasadas notas. Tenía que ser ella, y el solo pensar en lo bien que debía oler de cerca hizo doler a sus pelotas. Ni siquiera sabía como era ella y ya la estaba deseando más que a cualquier otra jodida mujer.

Él no sabía como alguien así podía jugar con él de esa manera. En dónde sin siquiera saber como era o quien era podía joder su mente y ponerlo duro con solo sus palabras. Estaba desesperado y solo habían sido diez notas, incluyendo la que descansaba en su mano.

Sentía necesidad de verla, de saber como era. Si era tan dulce como se la estaba imaginando y si en persona tenía ese toque de misterio sexy que demostraba en sus pequeñas y calientes notas.

Justin quería follarla, tomarla y hacerle ver lo jodidamente mal que lo llevaba por la curiosidad de saber quien era. Quería tenerla con rapidez y ella no se lo estaba dejando fácil y el que no pudiera hacer nada lo irritaba más que a nada.

Se tocó por encima de los pantalones de chandal que llevaba y gimió ante el roce. Mierda, era lo único que llevaba. Él estaba seriamente desconcertado, y es que el solo hecho de que ella lo pusiera de esa manera sin conocerla lo jodía y le gustaba, y él podía imaginar el doble de bien que se sentiría cuando la tuviera en frente. ¿Lo mejor? Él disfrutaría como nadie y la haría sufrir justo como ella lo estaba haciendo desde tan lejos con él.