Comenzamos con observarnos. Un día salí al trabajo, siempre tomando la línea azul del metro, dirección Cuatro caminos. Lo tomaba procurando que sean las 6:20 a más tardar tomaba el bajón de puras mujeres porque es imposible ir en el de hombres. Iba para la escuela, último año de la carrera, biotecnología. Siempre me había considerado una mujer lista. Lo vi al otro lado de la estación Allende.
Yo estaba en el metro, en el vagón 5343. Miraba por el vidrio de las puertas automáticas, él estaba parado esperando el metro en la dirección contraria, para Taxqueña. Cabello alborotado, le llegaba al cuello, ojos negros, nariz ancha. Vestido con un pantalón de mezclilla y una playera sin mangas negra con un estampado de ACDC. Menuda pinta de mal rockero. Mochila pequeña roja al hombro. Nuestros ojos se cruzaron, lo sé porque sonrió.
Al día siguiente, mi casual estilo de gódinez aún negada, pantalón negro, tacones, camisa blanca y... ya no me hablemos del atuendo, sí, no era una reina de belleza, lo sabía y en cierta manera estaba orgullosa de que me valiera un pepino. Escuchando en mis audífonos a Oasis, Stand by me. El metro se detuvo y ahí estaba una vez más el mismo chico, usando... lo mismo. Agh, porque los hombres hacen eso. Pero debo admitir que era divertido verlo, volvió a sonreírme.
Suficiente, es el último día de voy con una falda de tubo a la escuela y menos al ir en el metro, estúpidas faldas que debes estar bajando cada 3 minutos. Me acomodo el pelo, gracias al cielo me lo amarré porque el calor dentro del vagón es horrible. Oh mira, qué sorpresa, mi admirador del otro lado del metro, al menos esta vez ha cambiado el pantalón por uno de tono azul más claro, la playera sigue negra pero ahora es de Pink Floyd, se podría decir que se ve bien...ignorando que los tenis blancos con líneas rojas no le van. En serio, ¿tan difícil es combinar? Nos mirados. Sonríe y me saluda. Rio un poco, al menos parece tierno.
Arrrg!! Tonta tonta tonta. ¿En verdad se me ocurrió correr en tacones para alcanzar el maldito metro? En qué estaba pensando, mujer, qué tendría de malo haber tomado el otro, el idiota este no se iba a ir, si quiere verme pues que me espere. Me duele los pies, peeeero, en la 88.9 en la mañana pasan a los Beatles. I Want To Hold Your Hand, esto alegraría el día a cualquiera. El tren se va deteniendo y él se encuentra ahí. Vaya, qué cambio. Usando un pantalón negro de vestir, una playera blanca y una camisa abierta negra con rayas blancas sobre la playera. Un segundo.... Ja, al menos se ha puesto zapatos, no se ha peinado... pero supongo que eso es parte de su encanto. Mira nada más, la playera tiene el estampado de los Beatles, va ganando puntos.
Pues ahora veremos si le importo, (No me creo ni yo lo que voy a hacer), voy 10 minutos de retraso y llegaré tarde a clases pero veremos si es capaz de esperarme, que agradezca que me he maquillado, con lo molesto que es, ni siquiera me ha quedado el labial. Me he dejado el cabello suelto, el pantalón me marca bien y hoy no he traído el saco, es sólo la camisa y un cinturón para adornar. El metro parece que por sí sólo se retrasa más. Ya he perdido un poco la esperanza. Pero qué mala idea. Sin embargo, ahí estuvo, no sé si fue la suerte de que también se retrasó o realmente me esperó. Qué tardado, bueno, supongo que no lo puedo culpar por no hablarme, cómo le haría al otro lado jaja. Ha escrito en su cuaderno que me veo bien.
El fin de semana llegó y estuve esperando a volver. Para el lunes escribió en su teléfono un número, estuve dudando todo el día en enviarle un mensaje, pero la emoción me ganó. Resultó que nos agradamos muchísimo. Había terminado con mi pareja hace ya un tiempo, así que un poco de cariño me iba muy bien, se llamaba Dany, fuimos amigos hablando por WA y viéndonos en el metro, íbamos por caminos contrarios, pero ya después de un tiempo acepté vernos. Fui sincera con él, transparente y él parecía igual. Ese día que nos vimos se portó increíble, muy amable, nos la pasamos grandioso. Incluso un día después me buscó en casa con un ramo de flores todo lindo.
Pero desapareció, una semana entera, yo le mandaba mensajes y no respondía. Hasta que un día me dijo que la verdad será mucho más hermosa de lo que él creía, no sólo físicamente; que aparte de ser atractiva y bonita, era un amor de persona... y que eso lo intimidaba. Al grado de no atreverse a ni darme un vaso ni faltarme al respeto, aunque ganas no le faltaban. Pero yo no lo merecía. Que mejor así lo dejáramos porque la próxima vez que nos viéramos no sabía si se podría controlar ya que soy mucha tentación y que sabe que no soy el tipo de chica de un acostón. No se quería propagar porque me respetaba.
Así se fue de mi vida y me sentí muy decepcionada. Creo que todos o casi todos son lo mismo. Buscan a ver quién cae y es sexo casual. Por eso de ahora en adelante lo tomo todo a juego.