Capítulo 30. Por algo-por alguien.

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Nada.
No tenía nada.
Ni un mensaje.
Nada.
Empecé a paniquearme.
Por las miles de razones que atormentaban mi cabeza.
Ya había pasado 1 día.
Era de noche.
Y a pesar de todo lo que yo pensaba por alguna extraña razón me sentía tranquila.
Entonces, me cambie, me puse mi pijama, me recosté y estaba dispuesta a dormir, después vendría un nuevo día, quién sabe, quizá mejor que ayer. -Pensaba en silencio antes de dormir-.
Entonces la pantalla de mi teléfono se iluminó, con ese tono de llamada que tanto me gustaba.
Pero lo que me gustaba más, era la persona que llamaba. 
Mi chico de los ojos tristes estaba llamando a mi celular.
Conteste.
Y fueron los 15 min, donde mi corazón pudo parar y a la vez latir más rápido que nada.
Después de agradecer mi carta el me invitó a salir.
No lo podía creer.
No lo podía retener.
Estaba contenta.
Sentía todo.
Cada una de las palabras que me dijo las sentí.
Y fueron tan sinceras, tan verdaderas.
Que llegaron fácilmente a mi corazón.
Y es que debo admitir que no todos los días sales con tu amor imposible.
Sentía que la voz me temblaba.
Porque yo estaba temblando.
Me sudaban las manos.
Y en mi rostro una sonrisa tan grande que no podría describirla.
Pero una cosa si podía decir.
Nadie jamás entenderá mis pequeños nervios y mis emociones.
Pero el brillo en mis ojos, delataba absolutamente todo lo que sentía por el.
Y puedo decir que el motivo de la salida era el agradecimiento de mis atenciones.
Y yo estaba que saltaba de la felicidad.
Porque creí que vernos sería casi imposible.
Pero uno va formando su camino a través de las acciones y decisiones que tomamos hoy.
Muy a menudo me encontraba agobiada por un futuro tan cercano que no veía.
No sabía ni qué carajos quería hacer de mi vida.
Pero el me inspiraba, me creaba tanta confianza, tanta tranquilidad, que volví a sentir esa chispita que te anuncia que algo estás haciendo mal.
Y es tiempo de cambiarlo.
Porque yo quería ser mejor persona.
Y esforzarme para un día valerme por mi misma.
Que todos sepan lo que soy.
Porque sentí que la vida me dio un pequeño giro.
Y que cada cosa está hecha para encajar en su lugar perfecto.
Todas las personas a las que nos adentramos a conocer llegan al lugar y a la hora que deben de llegar.
Cada persona era diferente y me llenaban de diferentes aprendizajes.
Porque volvía a sentirme tranquila.
Y sobre todo feliz.
Porque había encontrado gente que era como yo.
Con sueños y metas por cumplir.
Porque ahora, ya no estaba sola, no más.
Y sentía en lo profundo de mi esas ganas.
Y nadie me las iba a quitar.
De nuevo.

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