Capítulo 20

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(POV Val):

—¡¿Le echaste en cara que yo se la provoqué?! —Tom bajó la vista al suelo—. ¿Por qué lo hiciste?

—Pero si es verdad que tú se la provocaste...

—¡Fue un accidente!

—Amor...

—No me llames amor —le dije cortante, y comencé a caminar en dirección a la cancha del instituto para arreglar las últimas cosas antes de irnos al estadio en donde se jugaría la final—. Vamos.

—Sí, capitana —dijo en un susurro y me siguió en silencio. Los pasillos estaban completamente vacíos y el único ruido que se escuchaba era el de nuestros pasos.

—Lo siento —le di un beso en la mejilla cuando estábamos a punto de llegar a la cancha. Él se detuvo y me miró sorprendido.

—¿No estás enojada?

—Que te dé un beso no significa que no siga enojada —se quedó observando como yo caminaba por el pasillo. Me giré al notar que no me estaba siguiendo—. Tenemos que encargarnos de ganarle al Raimon, y si queremos que eso pase hoy, tenemos que apurarnos —no se movió. Seguí caminando sola por los pasillos, mientras que me observaba.

Por un instante pensé en mi hermana. Todos los recuerdos de cuando aún eramos felices, invadieron mi mente, pero los aparté rápidamente al pensar en lo que ocurriría hoy.《Lo siento hermana, pero es mi deber destrozar al Raimon.》

(POV Kiara):

—Vamos a ganar, ya lo verás —Kate era la primera en dirigirme la palabra en todo el día. Al parecer todos le tenían miedo a la reacción que podía tener si mencionaban algo que no debían.

—Eso no se puede saber hasta que el partido haya finalizado —mi voz tembló al decirlo. Por primera vez en años, no estaba segura del resultado de un partido. Siempre trataba de automotivarme diciendo que ganaríamos, pero esta vez dudaba de mi propia fuerza.

—Sé que ganaran, no dudes de eso —dijo Silvia con una sonrisa.

—Ojalá... —no quería estar allí. Lo único que quería en ese instante era tirarme en mi cama y dormir. Últimamente he tenido muchas pesadillas que me han impedido dormir bien.

Clara era la única que sabía sobre las pesadillas. No me había atrevido a decirle a los demás porque sabía que me iban a tratar como a una niña pequeña, al igual que lo hicieron cuando se enteraron de la lesión.

Sobre la lesión, ya me encontraba mucho mejor. Estos tres días sí que ayudaron para poder recuperarme. Yo sabía que lo único que necesitaba era descansar, y ahora podría jugar el partido con toda mi fuerza. Pero me preguntaba si esa fuerza sería suficiente como para poder vencer a Los Ángeles Oscuros. Sin duda que sería un partido difícil.

Las siete salimos del vestidor de chicas en el cual nos encontrábamos para juntarnos con los chicos. Cuando llegamos, Mark estaba dando uno de sus discursos que dan ánimos para poder jugar al máximo.

—¡... Y ganaremos el partido! —me encantaba el entusiasmo con el que siempre hablaba, además de que siempre lograba motivarme a seguir adelante. Sin duda que este chico tiene un gran poder al momento en que le habla al equipo.

Poco después nos llamaron para que entráramos a la cancha, en la cual ya se encontraba el equipo de Val. En un instante, mi mirada chocó con la de ella. Sentía el frío de su mirada, mientras que un fuego ardiente me consumía por dentro. Rápidamente aparté mi mirada y observé a la multitud.

El estadio estaba repleto, y de entre las personas pude distinguir una cabellera rubia y una gris. Shawn y Clara habían llegado más temprano para poder obtener una buena vista del partido. Al lado de ellos se encontraba Iris. Me alegraba de que los haya podido acompañar.

El árbitro le indicó a Mark y a Val para que se saludaran. En ese instante observé a quienes se encontraban en el equipo contrario. Distinguí a Jenny, una ex jugadora de la Oscuridad Eterna, a Helen y a Tom. El resto eran completos desconocidos para mí.

Miré hacia donde se encontraban Kate y Lise. Ambas estaban tensas por el hecho de que Helen estuviera en el equipo contrario. Sabía que se estaban conteniendo para no pegarle a la pelinegra, pero igual se veía que estaban enojadísimas.

Luego de que ambos capitanes se saludaran, cada equipo se fue a calentar. Después de tres días sin entrenar, sí que lo necesitaba.

En un instante en el que estaba distraída, Val se me acercó junto a Jenny y Helen. Kate y Lise también se acercaron.

—Quiero negociar con ustedes —no se veía maldad en sus ojos azules, pero sabía que algo estaba ocultando.

—¿Qué quieres? —era la primera vez en semanas que nos encontrábamos cara a cara.

—Quiero que pierdan...

—Eso ya lo sabemos —la interrumpió Kate.

—Pero esto es por su propio bien...

—Entonces con mayor razón vamos a ganar —le dijo Lise.

—Pero esto es distinto... —se veía preocupada.

—¿Distinto de qué? Cada vez que me dices algo parecido, yo termino perjudicada.

—Hermanita, yo...

—¿Tú qué?

—Lo único que he querido en este tiempo es protegerte y...

—¿Protegerme? Tú lo único que quieres es destruirme. Tú misma aceptaste que me echaran del instituto, sin importar que me quedara sola contra el mundo.

—Si supieras el por qué de eso —su mirada se volvió más fría—. De todas formas no estás sola, estás con esos estúpidos del Raimon...

—Para que sepas, esos estúpidos son a quienes ahora llamo familia. Sin ellos, yo seguiría siendo tu esclava.

—Seguirías siendo parte de la Oscuridad Eterna —agregó Jenny tímidamente— Nuestro equipo...

—Jenny... —Helen la hizo callar.

—¿Por qué la haces callar? —Kate se acercó peligrosamente a la pelinegra— Ella también tiene derecho a hablar.

—Eso no te incumbe —se nota que se odian a muerte. Ambas se miraban con un odio único entre ellas.

El árbitro hizo sonar el pitido que indicaba que el partido iba a comenzar. De ahora en adelante todos los conflictos que nos habían llevado hasta ese momento se resolverían en la cancha.

—Lo siento —fue lo último que me dijo Val antes de colocarse en su posición.

Cuando vio que todos estaban preparados, el árbitro dio comienzo al partido. La multitud gritó emocionada al momento en que el balón comenzó a moverse.

Ya no había nada más que pudiéramos hacer para detener aquel encuentro. Desde ese momento, era yo contra mi hermana, en un duelo para resolver todos nuestros conflictos que nos habían llevado hasta este momento.

El duelo final había comenzado y ya no habría marcha atrás. Ambos equipos se enfrentarían con su fútbol, para ver, de una vez por todas, cuál era el mejor de los dos.

~Bluefeather

Unidos Jamás Seremos Vencidos - (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora