¡Por favor, cásate! Kyungsoo (Chansoo/Sebaek)

La primera presentación

El avión llegó aproximadamente a las 11:00 de la mañana, los asientos de la clase turista nunca pueden compararse a sus mullidas camas en Hong Kong, especialmente cuando por tu estatura las piernas permanecen encogidas y la estrechez aumenta el stress de escuchar el llanto de un bebé prácticamente en tu oreja.

Para Sehun y Chanyeol fue una bendición la oportunidad que su representante consiguió para una serie de presentaciones en Seúl – Corea del Sur, todo era emocionante porque jamás habían salido de su tierra natal y menos aún viajando en avión, entonces soportaron estoicamente el encierro y la relativa incomodidad que era un lujo comparado con transportarse en un bus que te deleitaba con su traqueteo y el agujero en el piso para ver el asfalto todo el camino hacia la universidad.

Porque sí, los dos chicos son universitarios, Sehun, estudiante del penúltimo año de la Facultad de Medicina y Chanyeol cursa el último año de Jurisprudencia; ¿Por qué entonces estaban cantando para ganarse la vida? Pues al ser un par de huérfanos, desde muy pequeños tuvieron que aprender a sobrevivir y con los gastos de la universidad más los de la casa se quedaban sin recursos continuamente; hasta cuando en un bar, fueron descubiertos cantando al karaoke, por nada más y nada menos que un buscador de talentos.

- Te das cuenta Chanyeol, ya somos artistas internacionales – dijo feliz Sehun demostrando su carácter alegre, vivaz, volátil, diferente al de su compañero, que, por el contrario, es más centrado, más maduro.

- Ojalá gustemos Sehun, porque de lo contrario volvemos a ser artistas nacionales...o desconocidos diría yo con exactitud, así – Chanyeol chasqueó los dedos.

- No te preocupes flaquito gustaremos.

- Eso espero porque hemos trabajado mucho para llegar hasta aquí – seguían vistiéndose con sus trajes para la primera presentación.

- Bien...cómo me veo – el más alegre se cuadró frente a su compañero para mostrar su cuerpo cubierto con un terno negro elegante y zapatos perfectamente charolados.

- Pues, para lo que pagan no te ves mal – contestó Chanyeol.

Sehun se paró frente al espejo para alizar con sus manos por última vez los cabellos castaños que se resbalaban de la cabellera; mientras que su compañero se retiraba los lentes y retocaba también su pelo negro.

- Está bien...dónde están las llaves – dijo el más serio.

- ¿Las llaves?

- Sí Chanyeol, las llaves

- ¿Las llaves?

- Sí...ay no me digas que las perdiste...

- No me las diste a mí...¿seguro tú no las tienes?

Mientras nuestros amigos pierden tiempo buscando la llave de la modesta habitación del hotel en que están hospedándose, en la zona más exclusiva de Seúl se desarrolla otra escena, cuando ya las luces de neón se despliegan por las calles, en la mansión de la familia Do, el padre mantiene una discusión con su hijo mayor:

- No quiero – dijo Kyungsoo lanzando contra el piso un florero carísimo de la familia para después acomodarse los lentes y hacer una mueca de total desacuerdo.

- Pero hijito, sí te entendí, no quieres ir...¿por qué rompes las cosas? Si no quieres salir con nosotros no salgas.

- Ese no es el problema.

- Pe...pero cálmate...nooo, el espejo de la abuela no...

En el preciso momento en que el objeto se hizo añicos contra el suelo, entró en la habitación un muchacho de unos veinte años, de cabello rubio y sedoso, piel blanca como una azucena, ojos vivarachos y sonrisa cautivadora, el hijo menor de la familia Do, Baekhyun: