El generador de emergencia se había activado. Los pasillos mantenían un brillo rojizo y pronto volvieron a funcionar los sistemas de seguridad gracias a la alerta manual que algún agente había logrado activar. La sirena chirrió casi tan fuerte como los dientes del Capitán. ¿De qué servía ahora ese anuncio indicando un maldito intruso?
Mientras se apresuraba por el asfixiante pasillo lleno de cuerpos inconscientes, escuchó el sonido de armas disparando. Aquel laberinto bajo tierra lo conocía de memoria, incluso con una iluminación tan tenue.
Apartó a un par de guardias desplomados frente a una puerta de acero que le separaba de su presa. El bloqueo de acceso automático era inútil ante la baja de energía, por lo que debió empujar con ambos brazos el pesado metal hermético.
Los sonidos incrementaron. Aquel sujeto esquivaba con facilidad cada munición y atrapaba en una especie de red a sus ineptos subordinados. Uno tras uno, cayendo como moscas.
Observó por unos segundos al sujeto, analizando su próximo movimiento para sorprenderlo. Se abalanzó con su escudo, propinando un fuerte golpe a su hombro.
—¡AUCH! —Se quejó, soltando la red que le unía al alto techo y golpeando el suelo con fuerza. Tomó su hombro con la mano que mantenía móvil. Al parecer le habían dislocado y su brazo se balanceaba. Estaba a punto de volver a gimotear, de exclamar alguna frase irónica o de asegurarle que los malos nunca se salen con la suya... pero Rogers con su bota le hizo dormir.
—Limpien esto. Ejecuten a los que se desmayaron. Quiero a este niño en mi auto en cinco minutos. —Ordenó, pues aún se hallaban de pie algunos de sus agentes alrededor. Abandonó el sitio mientras el movimiento se recobraba.
No pensaba visitar a Stark tan pronto, ni mucho menos...
Aún se preguntaba cómo es que había fallado.
Ese chico era veloz. Nunca había errado a un blanco, por más rápido que fuera. Su intención era el de degollarlo con el filo de vibranium. Tal vez cerca a Superior utilizaba con frecuencia su tecnología de escudo con láser, pero no se cansaría de su fiel acompañante en batalla. Es por ello que la inclinación redujo el impacto, únicamente separando el hueso y articulaciones de su torso sin rebanar la carne exterior. Algo imposible, pues aún así debió dejarle al menos sin brazo... como ocurrió la primera vez que castigó a Barnes.
Con ello en mente se dirigió a su vehículo. Ignoró el caos que dejó atrás. Después de todo, sólo lideraba a cientos de peones reemplazables. Pronto llegarían nuevos reclutas sin nada que perder, más que su vida, la cual otorgarían a él sin dudar. Así como él mismo hacía con Superior.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por agentes sin importancia que le llevaron al intruso envuelto en regalo por sus propias redes. Abrieron una de las puertas traseras, colocando ahí al chico. Rogers les hizo una seña con la mano a través del espejo lateral para que cerraran y se apartaran.
El motor se encendió, al igual que las luces que indicaban el camino al exterior. Hasta ahora lo había notado, era de día. Eso le enfureció aún más. ¿Cómo era posible que los centinelas no notaran al idiota disfrazado con brillante pijama roja? ¡Era absurdo!
Terminó el toque de queda. Las personas emergían de sus hogares con seguridad, ignorando al monstruo que serpenteaba entre sus calles, en busca de su mesías.
Los cristales polarizados eran aún más efectivos bajo la luz del sol, pero tendría problemas si deseara entrar como si nada por la puerta principal del edificio con un joven que parecía estar momificado. Las fuerzas especiales no demorarían en llegar para arrestarlo y jactarse de vencer a Hydra.
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Dark Family
FanfictionSuperior Ironman y Capitán Hydra se hacen cargo de un chico que manipularán, maleándolo hasta convertirlo en la viva imagen retorcida de ambos.