carta vuota

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Un cuarto blanco y desgastado por los años, dónde lo único colorido era el techo de color ladrillo y algun que otro verde sobresaliente de las plantas del balcón, que cada vez encaraban más en seguir creciendo hacia el interior del la pequeña sala.

Era un lugar perfecto para alguien como él, que le gustaba la paz y la simpleza. Un lugar perfecto para llenar de colores con sus poesías convertidas en cuadros.

Una poesía repetida. Una poesía que solo hablaba de una sola figura; el chico de sus sueños.

Min Yoongi se despertaba todas las mañanas con la respiración agitada y sus mejillas teñidas por el cansancio (y algo de verguenza también). Hacía años que se despertaba por la misma razón, con la misma persona grabada en su cabeza.

No sabía de quién se trataba. Si alguna vez lo había visto o había sido producto de su imaginación. Lo único que sabía es que era belleza en todos sus aspectos. Que no hacía falta que lo retratara en una de sus obras para que se volviese arte.

Ese pequeño rubio con ojos rasgados y sonrisa simpática, era imposible de explicar. Al igual que era imposible explicar lo que sentía al verlo en sus sueños, ya sea corriendo entre infinitos prados o metiendo sus diminutos pies en algun lago.

No sabía quién era, ni por qué hacía que disfrutara tanto el dormir y verlo. No tenía explicación lógica.

Ni tampoco la tenía el que esa madrugada, al despertar luego de haberse quedado dormido en el proceso de una de sus obras, se lo haya encontrado allí de pie.

Ahí estaba, con las máxima tranquilidad observando sus cuadros. Cuadros que no eran nada más ni nada menos que su propio espejo.

¡Te he estado pintando durante años!

you are art.- 《yoonmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora