LOVELESS RABBIT

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Desde su creación, el dios de las hostilidades realizó eficientemente su trabajo, a pesar de que el resto de sus hermanos procuraban buscar tranquilidad en sus pasos. Se contaba que el caballero albino provenía de un enfado de Ithis, un sentimiento que escapó de su corazón todopoderoso al discutir con el Gran Padre Destructor, y que tomó forma por sí mismo, hasta convertirse en lo que todos conocían como uno de los peores males de la creación.


Arrebatado, indomable, fiero, Guerra solo dedicaba sus sonrisas a un solo ser en todo el universo: Ithis.


Siendo un niño, cada uno de sus logros, de sus proyectos e incluso sus sentimientos, eran dedicados para el Padre Supremo. Se le podía mirar corriendo detrás del creador, jugueteando con su capa e incluso tropezándose con la misma, para luego reír a carcajadas. Sabía bien que Ithis se inclinaría a levantarlo, y lo llevaría entre sus brazos el resto de la tarde. Cuando era un joven, sus primeros combates los encontró en manos de Locura y de otros dioses menores. Pero siempre volvía donde Ithis, para buscar en sus manos el consuelo ante los combates perdidos y para fortalecerse con sus consejos, cuando los ganaba.


Ante el Gran Padre Creador, el dios bélico se convirtió en un hombre elegante, que podía sentarse a tomar el té y comer pastelillos toda la tarde. Pocos fueron testigos de una sonrisa llena de calor que solo Ithis en toda su grandeza podía contener, e incluso un par de veces se le miró aferrándose al brazo del Creador, cual niño pequeño que buscaba una caricia maternal. Muchas veces desaparecía, poco después de haber creado un conflicto en el mundo humano, y siempre que sus hermanos lo buscaban, le encontraban en los brazos de Ithis, llorando y rogando nuevamente su perdón. Desde que era un niño la misma táctica le funcionaba, por lo que irremediablemente el resto de los dioses se retiraba, con la esperanza de que Guerra no volviera a reincidir en sus acciones.


Vida, el más afectado, poseía un corazón eternamente noble, y no dudaba en brindarle su empatía, perdonando sus faltas. Pero Guerra le tenía una envidia profunda hacia su hermano mayor, y apenas se dignaba a disculparse, luego de obtener el favor de Ithis.


El rechazo era claro: todos en el reino de lo Alto sabían que Vida por siempre sería el favorito, aceptando sumisamente el lugar que Ithis les otorgaba en su corazón. Pero Guerra era exigente, y no podía conformarse. Muchas veces intentó agradar a su padre, enseñando a los humanos como congregarse y gobernarse mutuamente, dentro de un entorno pacífico y diplomático. Pero inevitablemente, los conflictos emergían en cualquier rincón del mundo, en el cual los humanos se convertían en presas de sus propios deseos egoístas. Esos sentimientos negativos eran como frutos prohibidos para el corazón del dios bélico, quien terminaba seducido por las tentaciones, hasta estimular los problemas que estallaban en armas y muertes de inocentes por doquier.


Poco a poco, las oportunidades se fueron terminando para Guerra, hasta que únicamente Vida permaneciera a su lado, muy a su pesar. Ningún dios en Ithis confiaba en las promesas del intolerante dios, y Vida se convirtió en el hermano incondicional que, a pesar de las heridas provocadas, le seguía brindando su cariño sin importar sus acciones.


Para Guerra, ese nivel de compasión era inaceptable. No importaba la situación, el momento o el lugar, cada vez que Guerra enloquecía ante el placer de ver como se destruían unos con otros, Vida aparecía y lo arrastraba de regreso a casa, llorando en silencio la pérdida de sus queridos hijos, quienes perecían irremediablemente. A la mañana siguiente, el dios Benefactor ya tenía el desayuno listo y una sonrisa tan radiante, que Guerra incluso perdía el apetito.

LOVELESS RABBIT (Ithis x War)Where stories live. Discover now