Capítulo 22

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— ¡Qué grandes están mis sobrinas, hija! Gracias a Panem que me dicen tía y no abuela, ¿verdad, hermanita?

Grace le restó importancia con una mano — No seas tonta, Isadora. Eres tía abuela —sonrió, haciendo que su hermana apretara sus labios.

Lo lamentaba, rotundamente Effie lamentaba ver esto. Su madre y su tía siempre peleaban o discutían por ver quien era mejor que la otra. No había día que no hubiera rivalidad entre ellas. Cuando estaban juntas era terriblemente tóxico. La mujer quería tener en ese momento la habilidad de su marido, no escuchar, pero fingir poner atención. Esperaba que algún día le enseñara como hacerlo.

— Por supuesto. Pero siempre me confunden como la hermana menor. ¿Recuerdas de la revista Alexandria? Te pusieron primero a ti en la página porque pensaban que eras la mayor —les explicó a sus sobrinas— Bueno, no los culpo, todos piensan lo mismo. No es mi culpa verme tan joven.

Grace evitó voltear los ojos— Solo te lo han dicho una o dos ocasiones, sin embargo, no es la razón por la que estoy en primera plana como siempre. Soy más interesante.

Su hermana pensó mucho su respuesta.

— Tienes razón, y será más interesante cuando se enteren que tu yerno regresó.

Grace parpadeo tres veces — ¿Disculpa?

— No te hagas, hermanita. Mi sobrina preciosa me lo contó todo.

La niña abrió muchos los ojos cuando su madre y su abuela la mataban con la mirada. Ella sonrió para compensarlo, antes de disculparse y salir corriendo a los brazos de su padre, quien había salido al jardín.

— ¡Mira! Él debe ser Haymitch. ¡Hola, cariño! —dijo Isadora casi abrazándolo. Él era la excusa perfecta para molestar a Grace.

— Buenas tardes —saludó, regalando media sonrisa mientras se colocaba a lado de su esposa con Lenay abrazada su cintura.

— Cuanto has cambiado. ¡Ya tienes modales! —rio sarcástica— Ay, no te creas, querido. Me da gusto que regresaras con Effie. Siempre pensé que eran buena pareja y me puso triste que se separaran. Realmente no sé qué pasó con ustedes dos, pero espero que te quedes y no seas otra replica de tu suegro —miró a su hermana— Lo siento, pero es verdad —se excusó, no mirándola por mucho tiempo. Puso una mano en su pecho dramáticamente— No sigas su ejemplo.

Por un momento, Effie temió por la vida de su tía.

En cambio, Haymitch no estaba de humor para seguirla escuchando por lo tanto se alegró cuando su teléfono celular sonó.

Hecho que a su esposa le sorprendió. ¿Quién le podría llamar? Toda la familia se encontraba aquí.

— Voy a contestar.

— Por supuesto, por supuesto —la mujer accedió, antes de seguir con la conversación— Lexie, estas hermosa. ¿Aún no te quitan el yeso de la muñeca?

Lexie vaciló un poco, no muy contenta por salir de su habitación a la fuerza — Bueno....

Mientras ellas hablaban, Effie volteó hacia Haymitch, observando con atención su comportamiento. Vio como él se ocultaba para hablar, como sonreía ante lo que decía el interlocutor y como se metía a la casa al verse descubierto por ella.

Respiró profundo. ¿Qué le estaba ocultando? Negó con su cabeza cuando pensó en el peor escenario, recordando lo que su madre siempre le dijo. ¿Él tenía otra mujer? Ella trató de regresar a la conversación, pero se sentía algo conmocionada y accidentalmente volteó hacia su madre, mirándola inexpresiva.

Les Debo Mi Amor (Hayffie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora