Para siempre amarte

En un apartamento en la Ciudad de Nagoya, se encuentran dos hombres.
Uno de ellos con 28 años, alto, con cabellos negros-azulados; el otro hombre con 30 años y cabello rubio.
El despertador sonó como de costumbre a las 8 am, haciendo que Soichi se levantara y fuera directo a la sala viendo como su ahora esposo, sí SU esposo por el cual había luchado; hacía la limpieza de su hogar.
-Buenos días Morinaga-
-Buenos días Soichi - decía mientras le regalaba una dulce sonrisa, esa que hace que te enamores más de él.

El mayor ruborizado al escuchar su nombre saliendo de la boca de Morinaga, se sentó en el sillón a leer un libro para dar su siguiente conferencia.

En el fondo, Morinaga escuchaba música en una pequeña bocina conectada a su celular, Soichi estaba tan entretenido en su lectura hasta que empezó aquella canción, tan hermosa canción esa que le dedicó a Morinaga en un viaje a un país latinoamericano, que hicieron para dar una pequeña conferencia.
Recordando todo, Souichi se perdió en sus pensamiento mientras la canción empezaba.

Ha pasado tanto tiempo
Finalmente descubrí tus besos

Como olvidar aquella primera vez cuando probé tus labios. Tenía miedo pues era la primera vez que sentí tanto amor hacía mí y viniendo de un hombre, yo no era gay por ello me aterré a la idea de cambiar mi sexualidad.

Me enredaste en tu mirada
Me abrazaste con todos mis defectos

Tus ojos verdes con ese brillo tan lindo que parecen dos esmeraldas los conozco bien, con esa mirada me expresas todo, como aquellas ocasiones donde te sientes triste y no me lo dices.
Aún así soportando mis golpes, mis duras palabras contra los homosexuales, mis rechazos; me sigues diciendo que me amas, que nunca llegarás a amar alguien tanto como a mí.

Tú si sabes quererme
Tú si sabes adorarme

Cada mañana, cada día, cada maldito momento me repites esas palabras tan cursis y ridículas que no te había podido decir.
-"TE AMO SENPAI","TE QUIERO" "NUNCA ME QUIERO IR DE TÚ LADO. PERMÍTEME ESTAR SIEMPRE CONTIGO, AUNQUE TÚ NUNCA ME AMES"-. lo decías tan alegremente como un hechizo.

Mi amor no te vayas quédate por siempre

Para siempre, para siempre amarte.

La primera vez que trataste de huir te detuve, pues al principio no sabía el por qué, creí que era por la amistad que teníamos, pero el sólo pensar que no te tendría a mí lado me ponía muy triste casi al punto de la depresión, algo que no era normal para ser sólo amistad.

Corazón tú si sabes quererme como a mí me gusta

En ese tiempo comprendí que extrañaba tus caricias, tú calidez, besos y palabras melosas, esas vergonzosas muestras de cariño que me dabas.

Soy la flor encendida que da color al jardín de tu vida