Tiempo

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4 años después

El pequeño Omega con el tiempo se había vuelto mucho más hermoso, sus precios ojos azules te invitaban a perderte en ellos, el sonido de su voz era igual de hipnotizante que el cantó de sirena, su piel tan suave como la seda y tan blanca como si fuese una perla, todo él era una belleza que solo se veía perturbada por aquella personalidad que poseía y el monton de marcas que manchaban su piel. Ésa combinación sumamente peculiar lo convirtió en uno de los más solicitados en ése negoció de mala muerte en el que estaba obligado a trabajar, su belleza inalcanzable y al mismo tiempo tan frágil y fácil de obtener le otorgó el sobrenombre de "el ángel caído". Un pequeño al que le habían cortado las alas antes de aprender a volar. Sin embargo cada persona actúa diferente frente a las adversidades, algunos simplemente se ponen a llorar, otros maldicen y finalmente están aquellos que las enfrentan y ese el el caso del pequeño ángel caído; si bien su hermosura atrae la atención, alguien que lo conociera bien podría decir que lo que verdaderamente llamativo de ese niño es su inteligencia. A sus cortos 9 años de edad engañar a todos a su alrededor haciéndoles creer que es un beta, seduciendo a altos mandos con el fin de ser exclusivo y no tener que atender a sujetos asquerosos como lo tuvo que hacer en sus primero meses ahí. Definitivamente ése pequeño era un diamante, después de todo no es normal que un omega joven pueda controlar tan bien su aroma y mucho menos esconderlo por completo. Grandes cosas deparaba el destino de aquél niño.

Narrador Kuroko Tetsuya

-Ahhh ahhh ahh mghh- el alfa que estaba sobre mi se movía brusca y dolorosamente en mi interior sin embargo con el tiempo me di cuenta de que gemir los hace terminar más rápido, por lo que ahora soy tan ruidoso como me es posible. Unas cuantas estocadas más y el primer ministro se corrio.
- Ah mi pequeño ángel tan bueno como siempre- acarició mi mejilla con suavidad, me daba tanto asco su toqué.
- Tú también estuviste maravilloso- me sonroje como estúpido y sentí como la bilis subía por mi garganta al decir esas palabras tan repugnantes, pero surtieron efecto, el ministro tenía una mirada orgullosa y se acostó, si se quedaba toda la noche yo no tendría que tener otro cliente.
- Sabes amor, algún día te voy a sacar de aquí- mentiroso de mierda si me quisiera sacar ya lo habría hecho.
- En serio?!!- respondí como si de verdad le creyera
- Por supuesto que si, cuando seas un poco más grande te sacaré de aquí - sonrió y palmeo el lugar a su lado en la cama por lo que tuve que ir a acostarme junto a él.- te juro que cuando tenga los medios te llevaré conmigo- hipocresía total el tipo es el puto primer ministro, cagá dinero y no me puede sacar de un prostíbulo?!!! en serio me creé idiota.
- Entonces esperaré toda la vida si es necesario- sonreí y el se sonrojo, ojalá te mueras hijo de puta.
- Me esperarías tanto tiempo?- me abrazó y comenzó a besar mi cuello, como siempre aguanté las ganas de vomitar.
- Si es por ti esperaría por siempre- alguien tiene que darme un premió a mejor actor algun día.
- Eres único mi ángel- beso mi boca y el martirio de diario volvió a empezar.






- Y qué tal te fue con el ministro T-e-t-s-u-y-a?!!!- por que está perra me molesta siempre.

- Mejor que a ti con la asquerosidad que pagó por tus servicios ayer- su cara enrojecio de furia y si pudiera seguramente me mataría con la mirada

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- Mejor que a ti con la asquerosidad que pagó por tus servicios ayer- su cara enrojecio de furia y si pudiera seguramente me mataría con la mirada.
- No entiendo como un beta sin chiste como tú puede gustar tanto- me escupió las palabras con repudió.
- Ya Mara, tienes 17 y yo 9, superame quieres cariño?- le guiñe un ojo divertido ante su cara de estupefacción. Hubiéramos seguido peleando de no ser porqué el hijo de puta dueño del lugar había entrado.
- Cómo están mis lindos diamantes?!!!- todos y todas bajaron la cabeza y dijeron bien al unísono, exepto yo.
- Ah mi pequeño ángel tan rebelde como siempre- tomo mi cara entre sus manos y beso mis labios- deberías aprender a comportarte si no quieres que te vuelva a castigar- no demostre mi miedo, pero juro que sentí como las cicatrices en mi espalda volvieron a doler. Simplemente mire a otro lado.- Bueno no vengo a hacerles ninguna revisión- ahora si me estremeci, las revisiones de esté maldito eran peores que cualquier castigo.
- Entonces que necesita de nosotros Haruto-san?- pregunto uno de los omegas más grandes.
- Verán queridos, un amigo mío hizo algo que no debía y tengo que darle una lección, por lo que tuve que tomar algo valioso para él, y quiero que ustedes lo ayuden a aprender la "profesión"- dijo con una sonrisa burlona. Volteó a ver a sus hombres- dejenlo pasar.- un mocoso más grande que yo, de ojos verdes y cabello rubio, entró a la habitación con expresión asustada y los ojos llenos de lágrimas. Un fuerte olor a menta y tabaco me invadió, ese niño era un alfa.
- Saluda pequeño Nash.

- Saluda pequeño Nash

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Hola!!!!!
Bueno aquí les dejo un nuevo capítulo, espero que les guste.

El Imperio de un OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora