Solo deténganlo.
Quiero que se detenga
El dolor punzante en mi corazón. Solo haz que se vaya, que me abandone tal y como muchas personas lo hicieron en el pasado.
¿Por qué simplemente no se marcha?
Olvidarlo, esconderlo o cualquier cosa parecida tal vez sea suficiente. No sé por cuanto tiempo...
Pero lo hice, lo escondí. No lo puedo recordar, pero es imposible de olvidar. Simplemente sigue siendo uno conmigo, pero se había vuelto tan sutil que por unos instantes no lo reconozco y pienso que se ha ido. Es mentira, nunca se irá. A no ser...
Kayn miró hacia el último piso del templo. Zed debía estar ahí en esos momentos del atardecer, preparándose para una misión en la noche. Rhaast notó porqué el Shieda había parado sus entrenamientos diarios.
--Nuevamente tú y tu maldita obsesión... --se quejó la guadaña. Kayn solo respondió con una sonrisa cómplice, al tiempo que el cielo se ponía nublado. Ahora tenía una mejor excusa para terminar con eso. Entró al templo con su Paso Sombrío, algunos acólitos pasaban por ahí y centraron sus miradas (en su mayoría femeninas) en el Shieda.
--Kayn, ¿cómo te ha ido? --preguntó una chica algo menor. Él la ignoró y subió por la escaleras con Rhaast en sus manos.
El sentimiento había vuelto. No. Nunca se había ido. Era persistente, como tal era difícil de ignorar y tenía pinta de que seguiría ahí. Rhaast notó algo punzante en el corazón del Shieda, algo que lo preocupó (no porque le guardara cariño a Kayn precisamente)
-- ¿Pasa algo, niño? --dijo la guadaña. "Claro que lo notaría antes que nadie" pensó el adolescente. Ambos lo sentían; el agarre del Shieda estaba tenso y se podría hallar otro sentimiento además del "miedo" que había nombrado anteriormente Rhaast.
--Nada que te interese. --contestó cortante. Mientras más cerca estaba de su maestro, más cruel se volvía aquel sentimiento. Dejó a Rhaast en un cuarto de armas y entró a la habitación, tocando la puerta antes que nada. Recibió un "pase" como respuesta.
--Kayn. --Zed no tenía su máscara. Aquel rostro lo recordaba muy bien, desde la primera vez que lo tomó en la infancia lejana. Recordaba muy bien cómo lo había seducido, y él cayó, siendo un niño que ya conocía la lujuria en los mayores.
Era el único que había conocido el rostro de Zed en la Orden. Y Zed era el único que había visto su lado más débil y sumiso. Pero nadie, absolutamente nadie conocía ese sentimiento abrumador dentro de él. Ni siquiera Rhaast podía saber qué sentía.
--Maestro... --Quería que lo follara ahí mismo. Para eso había venido. Y sin tantas palabras, lo hicieron. Zed recorrió su cuerpo, como había hecho durante tantos años. Sin piedad ni preparación, lo penetró duramente. Gimieron, ambos lo hicieron confiando en que nadie escucharía aquella dulce melodía para Kayn (aunque no fuesen tan fuertes como los del mismo)
Cuando se corrió, el sentimiento había vuelto nuevamente. Quería que se fuera. Pero ignoraba sus súplicas internas. Miró a Zed, quién subía sus pantalones.
-- ¿Verás a Syndra después? --cuestionó, poniéndose su propia ropa. Zed asintió sin mirarlo.
--Tengo una reunión importante con ella en una hora.
No era la única. Nunca lo fue... No era una reunión, lo sabía. Ambos, todos lo sabían. Pero él fue el último en enterarse de la verdad. Fue ingenuo, pensando que Zed sentía algo por él. Simplemente fue una ilusión.
Y el sentimiento insistió más. Lo hizo en ese momento, en cuánto se enteró que habían más personas en la vida de Zed, y cuando éste lo encontró siendo un niño desamparado.
Lo miró de reojo, poniéndose la máscara que lo caracterizaba. "Se hace más intenso... No puedo ignorarlo". Siempre traía un shuriken en sus ropas, lo lanzó a su maestro. El sentimiento finalmente se fue, por un momento.
--...--Zed lo atrapó sin verlo. Kayn agradecía mientras maldecía haber fallado.
Todo era tan confuso...
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Detente... [Kayn x Zed]
Fanfiction[Drabble] El amor te hace cometer locuras. Zed lo supo de la peor forma posible...