♥20♥

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Habían pasado dos meses desde que Arthur se había ido. Los ocasionales mensajes de Merlin confirmaban que muertos no estaban. Desde la visita diez días atrás de la maga no sabían nada de su vuelta, ella había dicho que ese día regresarían, por lo que el capitán se había encargado de acondicionar todo para ello. Aún así no habían mandando nada especial para confirmarlo.

La princesa al regresar de Liones le informo exactamente lo que el rey le había dicho. Meliodas comprendió gran parte, pero aún no entendía lo de tres príncipes sumamente fuertes y sanos, el solo tenía a sus dos hermanos, quienes consideraba como sus hijos y eran los príncipes de la noche. 

Por otro lado, Bartra se había comportado con mucho cariño por los demonios, comenzando por el hecho que les había prohibido que le dijeran "señor", debían llamarlo "abuelo" de lo contrario no les responderia. Elizabeth sonreía por los gestos de su padre. Pues esa sería la única forma en la que él tendría nietos.

Los chicos estaban avergonzados por eso, pero les gustaba. Rápidamente se acostumbraron, jugaron toda la tarde con su abuelo a las atrapadas o las escondidas, el hombre estaba muy contento por tener, de alguna forma, a esos jovencitos como sus nietos. Los malcriaria tanto como pudiera.

Meliodas caminaba por los pasillos del reino con tranquilidad. Todos los papeles, informes, documentos y estadísticas estaban arreglados, las reuniones habían sido por la mañana y estaban resueltas, su eficiencia era única. Tenía las manos sosteniendo su cabeza por la nuca y la corona dorada comenzaba a torserse .

—Vaya... Hoy está un tanto aburrido... —sus palabras sonaron tranquilas y suaves.

—¿Meliodas-sama?

La dulce voz vino de su derecha, la princesa tenía un lindo vestido amarillo corto, por lo que podía correr a voluntad. Se acercó a él y pregunto si había resuelto todo, al recibir la afirmación ofreció caminar junto a él.

—Meliodas-sama... ¿Me sostiene esto?

—Es tu mano, Ellie. —contesto un tanto confundido al ver qué ella no tenía nada.

—Si... —se sonrojo un poco.

El rubio sonrió y tomó la mano de su reina. Entrelazaron los dedos y continuaron por el pasillo.

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King miraba como Elaine jugaba con Ban, pensaba en cómo Gloxina, el primer rey de las hadas, había dejado a su hermana sin siquiera mirar si su cuerpo estaba sin vida o no. Él también había sacado conclusiones sin pensar mucho. Nunca dió como posibilidad que Ban hubiera ayudado a su hermana en realidad. Se vió inmerso en sus pensamientos, por lo cual, cuando llegó Diane no la escucho.

La chica sabía que el rey hada estaba pensando nuevamente en Gloxina y sus decisiones, ella también lo hacía con Dolor.

—¿Acaso te enamoraste de ese mandamiento?

Harlequin reaccionó y miró a la chica a su lado. Solo sonrió y le dió un tierno beso en la mejilla. Ban y Elaine habían desaparecido. El jardín estaba en silencio.

—Solo estoy enamorado de ti, Diane.

Ella sonrió y le dió un tierno beso.

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Era costumbre que Gowther no hiciera lo que le pedían, seguía subiendo a su torre de lectura, allí había comenzado a ver qué sus amigos encontraban el amor cómo algo mágico y único, algo con la capacidad de dar fuerza, valor y ganas de continuar, él quería experimentarlo al mismo punto. Pero eso sería imposible. Necesitaba encontrar a alguien que pudiera comprenderlo.

Un Verdadero Rey para Camelot (Meliodas x Elizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora