Manos a la Obra
(2014)
Jaison
Ésta es una de las vistas más increíbles e inolvidables que he contemplado.
Es el atardecer más alucinante que un ser humano pueda presenciar. Definitivo, Dios nos da grandezas que muy pocas veces nos detenemos a observar. Sentir el viento que casi te susurra un millón de cosas hasta ponerte la piel de gallina me hace pensar que en la vida hay cosas más allá, cosas más profundas e irreales, de las cuales no no damos cuenta hasta que algo sorprendentemente deslumbrante se presenta frente a ti.
Estoy en casa, en Vancouver, en el balcón, esperando que mi princesa despierte para consentirla. Es la luz de mi vida, mi razón de ser. Dulce María es
mi vida entera.
No puedo evitar que últimamente mis pensamientos se desvíen hacia una persona de silueta perfecta, ojos que te hacen perderte en las profundidades del océano, el aroma más delirante que te envuelve y causa estragos en ti. Es ella, esa hermosa chica que se ha unido a mi vida por cosas del universo que aún no logro comprender, y es ella la mujer que tiene un corazón de oro.
Sigo viendo el atardecer que ya cada vez se desvanece más y más. —Mi ángel —pienso en voz alta sin darme cuenta.
— ¿Tu ángel? —Me distrae la presencia de Alice.
—Y se puede saber ¿Quién es tu ángel? —Enfatiza su pregunta y me observa detenidamente.
—Sí, por supuesto. Mi ángel “Dulce María”.
— ¡Mmmm! Eso espero Jaison. Que nosotras siempre seamos tus ángeles.
— ¡Aja! Mujer mejor vamos adentro hace frío.
Toco mi cabello y no puedo evitar sonreír. ¡Qué descuido! Casi digo su nombre. Mi ángel “Darla James”.Ver sus movimientos de cadera dirigirse hacia mí es el jodido paraíso. Y aún más cuando trae una sonrisa que contagia a todos los presentes. Es un ser tan
único y auténtico. No todos los días te topas personas así. Ésta es mi dicha, mi premio gordo de la lotería. Maldita la hora en qué vengo llevando una sortija en
mi puto dedo.
Sí, sueno sumamente egoísta ¡Lo sé! Pero cómo rayos me prohíbo a mí mismo mantener la distancia con una persona como ella. Me llama con tanto poder que por más que quiera retroceder una fuerza superior me hala de tal forma que me vale un carajo lo que pueda ocurrir.
Estamos en el Portland Suites Hotel grabando una de las escenas de la película “Sombras de una Pasión”. La habitación inspira de todo menos ponernos a trabajar. Quisiera que toda esta gente se largara y esa chica de piernas largas estuviera completamente a mi merced.
La habitación tiene tanta luz. Hoy hace un día como pocos en esta ciudad, los rayos del sol traspasan las enormes ventanas y es tan curioso. No sé quién irradia más luz. Si lo hace Darla o el sol. Bueno ambos tienen algo en común que son jodidamente calientes ¡Lo son!
—Jaison ¿Por qué estás tan callado? Te noto distraído —pregunta Darla.
Si supiera lo que pasa por mi cabeza en este momento pienso.
—Hola Darla. Sí, lo siento, estoy pensando. Pensando que hoy nos espera un largo día en esta habitación —le digo, al mismo tiempo que levanto mis dos cejas.
Ella se sonroja y me sonríe.
—Sí Jaison eso es cierto. ¡Qué triste que es trabajo! —Me dice haciendo un puchero con esos labios provocativos, luego me guiña y sonríe.
¡Oh oh! Golpe bajo… no pensé que ella me seguiría el juego. Ahora por arriesgado me va a tocar encerrarme unos minutos en el baño para que mi pene
erecto se evapore. No quiero que ella aún confirme lo que me hace.
—Dame unos minutos, haré una llamada —le digo levantándome con sumo cuidado para esconder lo evidente. Bravo Jaison. Buena excusa.
Desaparezco…—Quiero que sepas que mi vida está vuelta patas para arriba desde que te vi. Desde que esos ojos me dedicaron la mirada más dulce. Me atraes como nadie lo ha hecho nunca. Alexa Watson te estás metiendo muy en el fondo de mi corazón, y sé que conmigo vienen cosas negativas. Tal vez no soy el hombre para ti, pero ya no puedo alejarme.
—No te alejes Chris. No quiero que te alejes. Quiero saber más de ti, de tu mundo. También siento que hay algo fuerte que nos atrae, algo más allá de nosotros que nos quiere juntos. Es la vida misma Chris Brown. La vida misma desea que estemos juntos.
¡Mierda! Esta escena hace que mi corazón se acelere. Nuestros personajes dicen tantas cosas que en el fondo quisiera decirle a Darla y que ella me las diga.
—Chicos… ¡Excelente! Me gustó mucho esta escena. Poco a poco se han ido compenetrando más —nos felicita Samantha y ambos le sonreímos.
— ¡Dios mío! La temperatura sí que bajo de imprevisto —dice Samantha que se acerca a la cama para acostarse al lado de Darla y la abraza fuerte, mientras ambas sonríen al mismo tiempo.
Esto me gusta, nuestra directora es muy querida y agradable. Es bueno que nos la llevemos tan bien, eso hace que nuestro trabajo se disfrute aún más.
Espero que Sam llegue hasta el final con nosotros. Sería lo ideal.
Al sonar su celular ella sale muy rápido de la cama y me deja solo con Darla; por supuesto, aprovechamos este momento para bromear entre nosotros.
Darla tiene una camisa corta y se cubre con la sábana para que no la vea, pero la molesto al intentar quitársela y ella sonríe tan malditamente perfecta que
me provoca meterme en esa cama con ella.
—Jaison basta… quítame la sábana y te dejo sin tus pantalones. Mira que
“lo que es igual no es trampa”.
Le sonrío —No podrías Darla. Créeme soy más fuerte de lo que crees.
—Y yo soy más inteligente de lo que imaginas. Si me lo propongo haría que tu solo te los bajaras —me dice con una mirada pícara.
¡Carajooo! Me acaba de matar y con un par de palabras.
La miro fijamente y ella lo hace también. Nos quedamos así unos
segundos. Hasta que muevo mi mano y sujeto la de ella al mismo tiempo que la acaricio.
—Lo sé Darla… lo sé. Podrías hacer conmigo lo que te propongas.
Ella intenta soltarse de mí, pero se lo impido.
—Jaison esto es peligroso, le huyo al peligro, a los problemas, le huyo a los hombres comprometidos.
—No quiero dañarte, nunca he pretendido eso Darla. Es más fuerte que yo. Algo que aún no sé ni cómo explicarlo.
—No le busques una explicación a esto. No lo hagas. Aquí todo está dicho. Tu estado civil habla por ti Jaison.
Ella se levanta sin importarle lo corta de su camisa y se dirige al baño. La dejo ir ¿Qué más puedo hacer? Es la cruda verdad de mi vida. ¿Cómo ofrecerle algo más si ya mi vida está al lado de mi esposa e hija? Darla tiene razón, será mejor no buscarle explicación a esto que nos sucede.El día transcurre con normalidad. Es como si nada se hubiese dicho entre nosotros. Seguimos bromeando y riendo, en ocasiones solos y otras veces con Samantha.
—Bueno chicos esto ya fue todo por hoy —nos informa Samantha que viene hacia nosotros para despedirse.
Darla se dirige a tomar sus cosas y yo hago lo mismo. Reviso mi celular y como siempre tengo muchas llamadas y mensajes de Alice. Espero llegar a casa y poder descansar. No encontrarme con una Alice sacando sus garras.
—Adiós Jaison. Hasta pronto.
Ella me besa en la mejilla y la abrazo atrayéndola hacia mí, pero ella toma distancia al instante.
—No muerdo Darla —le sonrío y trato de bromear con ella para suavizar la situación.
—Yo creo que es muy probable que si lo hagas Jaison. Ella me guiña y se aleja, pero tengo su mano sujeta con la mía.
—Jaison déjame ir —me pide.
—Está bien Darla… pero sólo por ahora —le respondo.
Sigo sus movimientos hasta que desaparece.
Nunca pasó por mi cabeza desde que fui novio de Alice en serle infiel. Es algo que nunca fue puesto en perspectiva. Jamás me lo plantee.
En esta ocasión y sólo por esta ocasión más que mi cabeza, es mi corazón el que guía mis instintos. Darla James ha sido hecha para mí. Únicamente para mí. La reconocí apenas la vi. Ha llegado tarde a mi vida, le llevo algunos años, pero si hoy estamos frente a frente ha de ser porque la vida así lo dispuso y ante eso nadie puede huir. ¡Nadie!
ESTÁS LEYENDO
Destinos Cruzados La realidad supera la ficción
LosoweUn amor más allá de la ficción, dos personas destinadas a estar juntas en tiempos diferentes. Un amor oculto, escondidos viviendo su propia historia fuera de la pantalla. Jaison Donell, un hombre casado, con una hija, cantante, modelo y recientement...