El otro día me quede observándote embelesada, como si fueras el más bello atardecer. Detallando cada parte de ti, tu piel, tus labios, tu sonrisa, tu mirada.
¿Quién diría que la altanera Mercedes me tendría contra el piso?
A veces me odio por eso, porque tú me lo advertiste, porque yo misma me prometí no llegar a sentir nada por ti. Porque sin poder evitarlo, sin darme cuenta, un día me desperté y me di cuenta de que te amaba.
A ti, a mi mejor amiga, a mi compañera en el crimen, mivida.
¿Qué clase de hechizo usaste para tenerme a tus pies? Estoy en tu poder, solo tú decides si dejarme caer o rescatarme de este abismo sin salida, de este sentimiento desbocado que crece y crece cada día más.
¿Qué clase de encanto tienen tus ojos? Solo una mirada tuya me enloquece.
¿Por qué tu risa me causa escalofríos? Es como una corriente eléctrica que se desliza por mi piel cada vez que te oigo hacerlo.
¿Por qué el sonido de tu voz me reconforta tanto? Puedo llegar a sentirme sola pero si tu estas a mi lado nada de eso importa.
Es eso, eso es lo que quiero explicar, ¿qué tienes TÚ? Que hace que toda yo sé desequilibre...
Si tan solo supieras todo lo que provocas en mí.
Si tan solo supieras que el latir de tu corazón me ayuda a dormir.
Si tan solo supieras el mínimo roce entre tu piel y mi piel me hace pensar en todo lo que podría hacerte si te tuviera solo para mí.
Si tan solo supieras que te amo.
Atte.: Pamela.'
[...]
La chica levanto la mirada y se fijo en la puerta abierta en frente de ella. Dejo la carta sobre la mesa de noche y suspiro pesadamente.
Aquel sentimiento presionaba en su pecho constantemente y una sonrisa nostálgica invadió su carita. Recordando todos los bellos momentos en los que ella y Sasha habían estado juntas... como amigas, como compañeras, como rivales.
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El nacimiento de aquella nueva rivalidad se asomaba en el amanecer como una nueva oportunidad para sus carreras, nuevamente tendrían una gran oportunidad, ambas se presionaban constantemente para hacerle ver a la empresa todo su esfuerzo... para no decepcionar a sus fans, ni a ellas mismas, tal vez.
Su compañera de viaje estaba tomando una ducha, bueno, ex compañera. Había tomado la decisión de cambiar de habitación por voluntad propia, por su bien. Seguramente Victoria o Mickie la reemplazarían, mientras ella haría su ruta con Ashley Mae.
Volvió a suspirar, ya se le había hecho costumbre.
Antes de irse observo detenidamente la carta, era ahora o nunca. Puso también un dibujo y fotos que le habían obsequiado los fans en el aeropuerto y salió arrastrando la malata detrás de sí.
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— ¿Pam? —llamó la chica de cabellos ahora púrpuras y muy llamativos, por el repentino sonido de la puerta al cerrarse. Extrañada se envolvió en una toalla y salió del baño, encontrándose la habitación vacía y un sobre encima de su mesa.
No sabía lo que se iba a encontrar dentro de este.
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