—¡¿...A dónde vas?!
El tiempo parece ralentizarse hasta prácticamente ser cero. Al frente del chico una mujer con los brazos en jarras le mira ceñuda, con la cara roja de rabia contenida, sus ojos escrutándole de arriba abajo como si fuera capaz realmente de averiguar sus intenciones.
Cuando aquellos ojos cansados y ojerosos se posan en la mochila que lleva en las espaldas, se le tensan los músculos.
—...No me digas que te escaparás de nuevo, Mark —su madre avanza y le ve poner la mano sobre el escritorio empotrado al lado de la puerta, donde se apoya un cuadro con su reciente diploma de recién egresado del colegio—. Es la tercera vez en esta semana que me encuentro tu cama vacía durante la madrugada, ¿es que acaso no entiendes lo preocupada que me pones...?
Al avanzar un paso más, encuentra su punto débil: un espacio entre ella y la puerta lo suficientemente grande como para colarse por ahí.
Y lo hace.
—¡¡Mark!!
Huye. Un tirón en su mochila le detiene un segundo, pero a punta de forcejeos logra zafar, bajar las escaleras y abandona la casa sin mirar atrás; sin hacerle caso, tampoco, a los gritos de su madre. Corre. El suelo resbaladizo tras una nueva nevasca, cosa de todos los días en Vancouver, le hace tropezar a la vuelta de la cuadra, mas, recupera pronto el equilibrio y sigue corriendo.
Los minutos son demasiados cuando finalmente llega a su destino, golpea insistentemente, y jadea en el umbral de la puerta tras la carrera efectuada.
—¿Bebé? ¿Por qué estás tan sudado...?
Su hombre le mira algunos centímetros más arriba. Su hombre, el mismo que le ha tecleado que le extraña. Que le necesita.
—Johnny...
Se abalanza a él, sin darle ni una explicación, y se enreda en un febril beso; sabe que en el fondo, o inclusive en la superficie, a John Seo no le importa ni un poco realmente las razones tras su cansancio. No le culpa. En lo único también que puede pensar es en su hombría llenándolo por dentro y destrozándole, tan bien como sabe hacer.
En medio del encuentro impetuoso entre sus lenguas, guía su mano a través de las ropas del contrario y pronto se desplaza sobre la forma de su pene aún flácido. Johnny detiene el beso y le mira con picardía.
—Cierra la puerta —demanda, relamiéndose los labios—. Ahora.
Asiente y lo hace sin demora alguna. Tal como ha previsto, los "te necesito" de Johnny no significan más que un "te necesito para follarte ya".
Y está perfecto con eso.
———
—Te juro que eres el único en mi vida, Mark.
Siendo sostenido entre sus grandes manos, de las cuales aún siente su tacto fantasma en cada centímetro de su piel después de hacer el amor, casi quiere creerle.
—...Pero ahora necesito irme. Me han llamado urgente del trabajo, y luego pasaré directamente a la universidad.
—¿...Siendo las cinco de la madrugada?
—Sí.
Se encoge de hombros. Diga lo que diga, Johnny no será capaz de decir la verdad, la que molestaría menos si tan solo fuera capaz de reconocerlo. Tan solo llevan un par de meses juntos, después de todo; el amor es aún débil y el tiempo es demasiado escaso para olvidar la verdadera naturaleza de John Seo. Misma naturaleza que todos le advirtieron, misma naturaleza que le lleva a escaparse de casa solo por pasar un par de horas a su lado.
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February // one-shots de NCT
FanficColección de one-shots y drabbles de distintas pairings de NCT. Febrero es el mes del amor para muchos, del desamor para otros. En NCT, en tanto, varios de los cumpleaños de sus integrantes suceden en este hermoso mes. Esta colección muestra a dich...