«No sé cómo llegué a esto...»
«De todas las cosas que nunca pensé que haría o ni se me pasó por la cabeza...»
«No le encuentro para nada la gracia ni el gusto.»
«Me siento mal de llegar a estos extremos sólo para evitar que mi pequeño gato Naruto se vaya o quiera liarse con algún otro humano o gato.»
Itachi está en su habitación sentado en su cama, frente a él se encuentra el culpable de sus pensamientos y actos.
Itachi le mira apenado y hasta con culpa.
El rubio se encuentra atado de manos a la cama, gruñendo y queriendo soltarse.
—Lo siento —le dice poniéndose de pie—, pero si no te ato vaya a saber qué cosas harías.
—¡Suéltame! —decía tiroteando las sogas— ¡¡¡Ahora!!!
Sus ojos se volvieron feroces, y sus colmillos volvieron a hacer acto de presencia...
Estaba enojado.
—No, y no lo voy a volver a repetir —se puso de pie—, hasta que esta "etapa" tuya pase te quedarás así.
Caminó hasta la puerta y se detuvo.
—No te preocupes que no dejaré que mueras de hambre ni nada por el estilo, también me ocuparé de asearte —escuchó unos sollozos y volteó a ver.
El rubio ya no tenía los ojos de aquel color siniestro ni las marcas en sus mejillas.
Lo miraba con lágrimas brotando de sus ojos, y la expresión más triste que podría haber visto en una persona jamás.
Le rompía el corazón verle así, pero no había remedio.
—Lo siento —dijo saliendo de la habitación sin haberse dado cuenta de que el pequeño minino Sai había entrado en su descuido.
Una vez abajo se dispuso a preparar algún bocadillo o algo para Naruto.
La realidad de las cosas es que no tenía ni la más mínima idea de qué hacer cuando un gato entraba en celo y menos si este gato se había convertido en humano.
Lo peor es que no podía preguntarle a nadie, creerían que está loco y lo encerrarían y a Naruto ni hablar.
O estaba la posibilidad de que el rubio se transforme frente a ellos pero sería igual o peor que malo ya que se lo llevarían para examinarlo y experimentar con él o lo que sea, pero nada bueno obviamente.
Estaba la posibilidad de que en su celo Naruto vuelva a su estado animal y podría conseguir alguna gata y bla bla bla.
Pero por alguna razón lo creía imposible, una porque él no compraría ni adoptaría otro animal, los dos que tenía no los consiguió por sus propios medios, uno fue un regalo y el otro una maldición que por suerte duraba una semana, pronto vendría su dueña y adiós peste.
La otra razón es que un pensamiento que surcó su mente podría ser real.
Si Naruto hubiese sido humano desde siempre, da por seguro que hubiese sido gay.
Es que también su cuerpo, su rostro, su voz, no son de un chico "chico".
Más bien se nota afeminado y hasta con rasgos tan delicados que parecen femeninos.
—Espera... —se dijo mirando a su alrededor y frunció el ceño— ¿Dónde está ese gato apestoso?
Naruto después de que se fue Itachi había notado al felino en la habitación, quien no se dejó ver hasta que...
—¿Sai? —le llamó el rubio.
El gato de manera ágil salto sobre la cama quedando sentado observándole.
—Ayúdame a sacarme esto —pidió el rubio y después maulló.
Como si entendiese cada palabra el gato trepó al rubio y subió por sus brazos arañandole un poco hasta que llegó a una de las sogas y comenzó a rasguñarla y morder hasta que logró cortarla.
—Gracias —dijo Naruto y sacando sus propias uñas cortó la otra.
El minino comenzó a restregarse contra él pidiendo cariño pero lo único que logró es que el estado del rubio empeorara.
Pronto y nuevamente sin ropa y con el gato encima estaba todo sudoroso y pidiendo atención en su parte baja que al ser humana había cobrado vida.
—Ten...go mucho calor —dijo jadeante ante las lamidas que le daba Sai.
El gato tratándolo como si fuese solo otro gato, más bien gata, se bajo hasta la parte baja del delicioso pedazo de humano con olor a gato que tenía frente a él y sin previo aviso comenzó a lamer los muslos del rubio.
Gritó con dolor al sentir punzar su cabeza y llevándose las manos hacia el lugar notó algo que antes no estaba ahí.
—¿Orejas?
El gato no prestó atención y siguió su cometido.
Ese gato/humano sería suyo, estaba decidido.
Al menos hasta que alguien azotó la puerta entrando y viendo el "horrible" espectáculo.
Arruinando por segunda vez su intento de ligarse al rubio.
Sin decir ninguna palabra Itachi tomó al gato del pellejo sin cuidado y lo lanzó al pasillo cerrando la puerta para que no vuelva a pasar.
Sai del otro lado gruñía y rasguñaba la puerta.
Naruto era suyo y no dejaría que otro lo toque.
Itachi regulando su respiración dirigió su vista hacia el rubio.
ERROR...
Sintió su miembro endurecerse, su ropa apretaba y mucho.
La imagen que le daba Naruto era por de más morbosa.
Ojos brillosos bañados en lujuria, una fina linea de saliva cayendo por la comisura de sus labios.
Acariciándose a si mismo intentando darse un poco de placer y saciarse para poder apagar el fuego que le consumía, sin importarle la presencia de Itachi, su dueño.
—N..Naruto —su voz salió ronca debido a la excitación que estaba sintiendo—, detente —más que una orden sonó a una súplica.
Quería ser parte de eso, quería tomar al rubio y...
—¡Ya para! —gritó, sentía un sudor frío recorriendo su frente.
Mierda, que estaba haciendo lo posible para contenerse.
El rubio tan solo lo ignoró y siguió.
—Ita... —gimió su nombre y con tan solo eso provocó que el azabache se viniese en sus pantalones.
—Rayos —después de aquello, se sentía avergonzado—, Nar...
El timbre sonó interrumpiéndolo.
—Espera aquí —ordenó para luego salir de la habitación.
Bajando las escaleras y arreglando su ropa para que no se note su creciente "problemilla", se acercó y abrió la puerta encontrándose con la persona que menos esperaba ver.
—¿Sasuke?
Nota:
¡¡¡Gracias por leer!!!
Espero y haya sido de su agrado...
Bye!
^-^
Nota Nueva:
Y recuerden chicos ¡Esto es ficción!
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Mi mascota [ItaNaru] [Corrigiendo]
FanfictionItachi lleva a su mascota de paseo, esta encuentra un amuleto que tiene un gran poder, para Itachi solo es un collar común pero extraño en cierto modo. No se esperaba que ese amuleto pudiese convertir a su mascota en un ser humano. ¿Como lidiará Ita...