♥14♥

5.5K 463 69
                                    

Era el día número cuarenta y tres de vacaciones para Arthur. Estar tan relajado, paseando por el pueblo o jugando con Escanor era algo a lo que no estaba acostumbrado, pero le agradaba mucho, no había ningún general notificando las naciones en guerra, ningún informante dando nota de como estaba el pueblo, contadores disgustados por malas noticias de quienes cobraban los impuestos. Y más que nada, su viejo consejero no estaba tras él.

Eso era algo fabuloso, el chico estaba acostado sobre el pasto en la sombra de un antiguo árbol cercano a la casa donde se hospedaban, la hierba era suave, le gustaba tocarla. A su lado, Cath le hablaba sobre antiguas historias de dragones y seres parlantes.

Merlin estaba junto a Escanor en el interior, eran las seis de la tarde por lo que el sol se ocultaba. Al día siguiente visitarían una atracción nueva en el pueblo. Por lo que se estaban encargando de acomodar lo necesario para ello, una manta, comida, una cesta, agua, etc.

Arthur vio esconderse el sol tras la montaña con ojos de ilusión, cada mañana, según decía, lo veía salir asombrado, era un espectáculo por muchos ignorado. Pero él intentaba verlo casi siempre, pues el levantarse temprano fue el primer hábito que perdió tras relajarse, sí Merlin no lo llamaba dormía hasta más allá del medio día.

Sería una tortura volver a levantarse temprano, pero sí aquel pecado aceptaba, no lo haría más con tristeza o enojo. La maga lo llamo a entrar, pronto sería la hora de cenar, el chico no se había percatado del avance de la noche, ni de la hora, la manesilla marcaba las ocho. Arthur se paró y alzó a un dormido Cath.

-¿Vamos adentro? -comenzó a caminar a la puerta.

-¿Qué hora es Arthur?-el extraño gato abrió los ojos.

-Creería que cerca de las nueve... -dudaba el chico de desordenado cabello. -Parece que dormiste mucho.

-Y parece que tu necesitas aprender mejor a acertar a la hora. -Cath se estiró -Tengo hambre.

-Como siempre. -el joven sonrió y puso al animal sobre su cabeza.

Entro al llegar, allí, Escanor cocinaba y Merlin levitaba un mantel y tres vasos.

-Te tocaba poner la mesa, Arthur. -la mujer no parecía enojada, pero capaz un poco molesta.

-Perdon, yo, me encargo de inmediato. -estaba nervioso, en realidad lo había olvidado.

Tomo el mantel y lo coloco en la mesa, con muchos problemas pero lo logró, luego los vasos, la mesa era redonda, por lo que no había problemas con quién iba en la punta. Busco unos platos y cubiertos, para luego darse cuenta que no sabía que poner.

-Esto... -se rasco la cabeza-¿Qué pongo?

-Estoy haciendo​ pastel de carne. -contesto Escanor.

-¡Genial! Es mi favorito.

Puso lo necesario y miro a Merlin con una sonrisa esperando su aprobación. Ella asintió y se sentó en una de las sillas. Le hizo una señal a Arthur para que hiciera lo mismo.

-¿Sigues con la idea de dejar el reino de Camelot a manos del capitán? -esperaba esa pregunta, por lo que no se impresionó.

-Si.

-La señora Iley, quien recibe mis mensajes me ha dicho que los dos demonios están sellados con joyas de druidas hechas por mi hermana. -se apoyo en la mesa -ya no tienes que preocuparte por eso.

-Eso suena genial. Impresionante. -admiraba el poder de la diosa. -Entonces estoy más seguro de mi decisión ahora.

-Muy bien Arthur. -su semblante era el común- Lo otro es que mañana iremos a ese santuario de animales que hay en el pueblo.

-¿En serio?-los ojos de Arthur se iluminaron -espera... ¿I-iras vestida como siempre?

-¿Que tiene de especial mi atuendo?

-¡Nada nada! -se puso rojo y miró a un costado.

.
.

Por petición del menor, Merlin llevaba una remera blanca sin mangas y un pantalón adherido al cuerpo negro, con tacos altos. Con el cuerpo más cubierto se dirigieron a donde se encontraba una enorme edificación.

La exhibición contaba con alrededor de venite animales comunes, entre ellos, seis de las bestias de los pecados: una cabra, una serpiente, la cría de un oso, un jabalí, un zorro rojo y un viejo León, por obvias razones no tenían un dragón, capturarlos era imposible. Visitaron cada lugar que estaba acondicionado como su hábitat natural.

No sin parar en cada uno de los lugares donde estaban los representantes de sus pecados. El último era el León, que por razones de vejez, se movía pesadamente y con dificultad, al verlo, Escanor sintió lástima por el animal. Cosa que no era rara de él, que todo le causaba esa sensación, ya cerca del mediodía su orgullo era enorme, y ver al animal que lo representaba como un ser viejo y vago no causó otra cosa que una ofensa.

Se fue del lugar enojado, Merlin junto a Arthur lo vieron con un suspiro, nadie creería que su enorme orgullo sería lastimado con el reflejo de la vejez, el animal que lo representaba no era lo que esperaba.

El joven rey no entendio hasta que la maga le explicó lo que sucedia. No podía creerlo.

-¿Y ahora que hacemos? -pregunto un tanto confundido. -¿Cómo se soluciona esto?

-No lo sé, es la primera vez que pasa... -Merlin estaba molesta por no tener la respuesta.

-Pues habrá que improvisar... -Arthur volteó a ver el león dormir, era un bellísimo animal. -¿Y si lo hacemos más joven?

Merlin sonrió y el animal desapareció del otro lado del cristal. El chico se sorprendió.

.
.

Cerca de las dos de la tarde el pecado de la gula teletransportaba a Escanor a su trampa. Allí la bestia del orgullo dormia plácidamente. Tenía unos cuatro años menos y rebozaba juventud. Todo obra de la maga.

Al verlo, el hombre se acercó. Era diferente, este era más bello y poderoso. Lo tomó por la mandíbula y vio sus colmillos uno por uno, la melena dorada era enorme y suave.

-Ese si es un animal digno de orgullo. -pronunció alto.

La bestia quiso darle un zarpazo, que detuvo con su dedo. Antes que el pobre ser saliera dañado lo devolvió a la exhibición y trajo al monstruo frente a si.

-Escanor, ¿sigues ofendido? -preguntó sin dar vueltas.

-¿Ofendido? ¿Yo? ¿Cómo podría ofenderme sí nada puede conmigo? -tan arrogante como siempre.

Merlin sonrió. Arthur por atrás veía contento la situación, había conocido algo nuevo, y no solo eran los animales.

.
.

Esa noche mientras la maga escribía un mensaje para Camelot decidió agregar lo sucedido, de forma breve, con el pecado del orgullo. Sería imposible perder sus pecados. Pero El Pecador, sabría que hacer.

☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯☯

Ya lo comprobé...
A partir de ahora pedire 50★ para cada capítulo, eso me da tiempo a avanzar en el Lemon 7u7
¿Se nos acerca el final o se acerca el Lemon?

Saludos, besos y cariños

Siku Kuromi✴

Un Verdadero Rey para Camelot (Meliodas x Elizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora