El Tormento De Ahurus

capitulo 1 viaje en soledad

En las profundidades de un remoto lugar una persona deambulaba a través de los tenues senderos que se formaban entre los árboles,

Cauto y en silencio se adentraba a través de la espesura, de cuando en cuando se detenía a observar el entorno, palpaba el suelo con la punta de sus dedos, tocaba la corteza de los arboles mientras buscaba el rastro de cualquier cosa que le pudiese resultar útil a medida que recorría el lugar .

absorto en su propia soledad; un silencio antinatural lo seguía a donde quiera que fuera, se sentía inquieto observado como si algo jugará con el pese a la inherente calma que lo rodeaba, era una extraña sensación de paranoia que crecía en el fondo de su mente sin razón aparente o al menos no alguna que el pudiera comprender.
vestía ropajes simples y estaba cubierto con una capucha de color ocre hecha con la piel de algún animal, está se veía gruesa aunque algo sucia a simple vista, se notaba que había estado viajando por un largo tiempo y apenas había detenido el paso más de lo necesario .

Prestaba especial atención a su entorno, sabia que su paso por aquel lugar perdido donde probablemente ningún hombre ha pisado en mucho tiempo lo conducía a una soledad mas profunda con cada paso que se adentraba, esa falsa y manipuladora sensación que se aferraba a su corazon era una fachada, una que con cada paso encadenada a su corazón una sensación opresiva. la compañía de su propia mente le traicionaba durante,jugaba con el en su estancia a través de las profundidades, el retumbar de sus propios pasos, el sonido de los moradores de las profundidades en la lejanía que eran ajenos a su presencia u aquellas que lo observaban con interés o con otros fines, el no sabía con seguridad pero lo intuía, sabia que algo lo observaba en la oscuridad sin que el pudiera hacer algo al respecto. aquello que lo observaba en silencio entre las sombras que se proyectaban desde lo alto de las copas de los arboles, esa sensación lo mantenían tenso y en alerta constante pese a la inherente paz superficial que lo rodeaba, el era un forastero y lo que sea que fuera le generaba angustia, presentía que estaba siendo observado atentamente desde que puso un pie en aquel lugar.

sentía la voluntad del bosque o eso creía, sentía un anhelo o un llamado proveniente de la niebla que cubría todo lo que alcanzaba la vista. el lugar se sentía anti natural. como un lamento latente de una criatura doliente tras una gran pérdida, de alguna manera el podía entender esa sensación como si el bosque estuviera taciturno esperando.

observaba los árboles pálidos, altos como torres de marfil que cubrían todo a su paso y apenas permitían que la luz del sol llegará al suelo, proyectando la poca luz como caleidoscopios entre las hojas, miraba la lluvia pálida que caía incesantemente como un lamento, un lamento de las alturas.

El era consciente de su propia fragilidad, esto lo hacía sentir indefenso frente a lo que sus ojos observaban, el era consiente de ello solo por su actuar, similar al de un animal a la defensiva, cauto y sin intentar llamar la atención, pues sabía que la paz engañosa de aquel lugar era solo una fachada suave pero constante, el sabía que el bosque es un un lugar cambiante como la lluvia que caía implacablemente sobre el, el mantenía su paso entre los pocos rayos de luz que se filtraban a través de la bruma y una sensación de belleza siniestra que realzaba su presencia ante sus ojos, junto a una soledad que burlescamente danzaba junto a el en aquellos senderos perdidos.

El intentaba permanecer ajeno a ello tratando de mantenerse absorto en sus propios pensamientos, pronuncio en voz algunas palabras para si mismo como intentando no perder el hilo de sus pensamientos mientras caminaba con cuidado intentando bordear el camino al contorno de los arboles y evitando las enredaderas que cubrían todo hasta donde le permitían ver, e incluso los imponentes arboles pálidos que parecían estar hechos de enormes lozas de piedra, como si estos fueran montañas tallada estaban cubiertos de vegetación en gran medida - es como si fueran la obra de alguna criatura caprichosa- murmuró para si mismo mientras se detenía y tocaba los arboles con sus manos, sentía una textura fría y húmeda al tacto similar al concreto mojado, observó su entorno vio las zarzas y el musgos en el piso , se sentó en el piso unos segundos y observo a la distancia a un animal similar a una liebre enorme con cuernos como los de un alce y con algunas antenas saliendo de su cabeza y bigotes que brillaban con luces de colores diferentes, este al percatarse de su presencia simplemente se alejó rápido del lugar dejando una estela blanquecina tras de si por donde pasaba perdiéndose en la bruma .