~Historia en edición~
~Actualizaciones lentas~
Su vida terminó cuando una espada lo atravesó, ahora, años después, comienza una nueva, mientras su corazón busca el cariño de un hombre y su alma la salvación de un pecador, al igual que la extinción d...
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Decido ya publicar el capítulo en donde la guerra ya había comenzado. No se enojen que publicaré otro capítulo explicado todo.
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Su mirada tan sedienta observaba aquel desbastador paisaje desde la cima de un acantilado. Rojas y voraces llamas, explosiones, gritos de personas siendo devoradas, gritos de guerra, espadas chocando, hachas, pistolas siendo disparadas y pequeños pelotones de cazadores arrasando con todo y tomando venganza por los caídos.
— Tan hermosa vista delante mío —susurro ahogado en éxtasis.
— Leo, ¿Qué diablos haces ahí mirando? Mira, los dioses están comenzando a caer —aquella persona señalo a las bolas de fuego que caían. — ¿No crees que se necesita hacer algo?
— Esa no es la mejor manera de dirigirse hacia tu superior, François —dijo soltando una pequeña risilla.
Aquel hombre rodo los ojos mientras se echaba al hombro su larga y afilada hacha forjada en oro y cubierta de una sustancia carmín.
— Oh, perdone su majestad. Mi gran y sensual segundo líder, sería tan amable de encargarse de nuestros queridísimos amigos los dioses —gruño escondiendo su tono de burla.
Una sonrisa maniática se hizo lugar en los labios del joven hibrido mientras el grupo de cazadores expertos observaban con asombro el cómo unas demoniacas y grandes alas comenzaban a salir de su espalda hasta desplegarse.
— Me gusto eso de majestad. Tú ganas grandulón. Ya vuelvo —cotorreó para después levantar vuelo y dirigirse con velocidad a una de esas bolas de fuego.
Lo siguiente que paso fue un terrible choque y el como un horroroso y desgarrador grito se escuchaba por todo el lugar.
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