El principio de todo

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- Akos! Danessa y yeralt ya llegaron, apúrate o llegaremos tarde!.

-Ya voy! Dame 5 minutos !

Era el día en que comenzaríamos el viaje a la academia, todos estaban demasiado emocionados y nerviosos, aunque teníamos cierta fé en que íbamos a entrar porque antes fuimos entrenados por nuestro gran maestro: Gil maestro del viento, uno de los 19 santos, la orden de los mas fuertes de toda Erenis.

Danessa y Yeralt Kain, mis compañeros de clase, eran gemelos, cosa que era muy poco común, solo existían 3 parejas de gemelos conocidas y estas por lo general suelen ser muy poderosas, una de estas por ejemplo era erámides del fuego y gemina del hielo, 2 de los 19 santos, sus magias opuestas los hacían un equipo de temer y por si fuera poco tenían técnicas muy complejas y una cantidad de magia monstruosa, Danessa y Yeralt no eran menos, ellos podían usar magia de oscuridad y de luz, siendo Danessa usuaria de magia de oscuridad y Yeralt usuario de magia de luz.

Yo por otro lado usaba magia de electricidad, una de las más raras de las 13 magias, sin contar los derivados; claro que estas derivadas eran la unión de magias gemelas para crearlas o la combinación del uso de estas, lo raro de mi magia era que era la única magia que podía ser compatible con dos magias, irónicamente, la de luz y la de oscuridad.

Curiosamente, a pesar de su gran parecido tenían rasgos un tanto diferentes, Danessa tiene un cabello ondulado y largo color café, y Yeralt tiene un cabello liso y corto color blanco, Danessa era lo que se diría baja, con decir que apenas llega al 1.52 ya podía considerarse enana por mi parte y Yeralt no es que sea la personificación de la altura, pero con su 1.65 estaba mejor que Danessa, yo por otro lado con 1.60 era mas alto que Danessa lo cual me bastaba, mi cabello amarillo le da una gracia especial a mi magia y mis ojos morados eran cuanto menos curiosos, casi siempre son los que mas sobresalen cuando alguien me ve por primera vez.

- Es increíble que quien siempre me regaña por llegar tarde sea quien nos esté atrasando- mascullaba Danessa con esa típica mirada que daba miedo, una de las cosas más importantes que había de tener en cuenta para sobrevivir era no hacerla enfadar, podía dar miedo cuando se lo proponía.

-No es mi culpa, se supone que mamá debía levantarme.

-Si pero podrías haber preparado algo para un caso así, es por esa falta de cerebro que siempre ganamos los combates- dijo Yeralt haciendo alarde de sus constantes victorias en los combates de 2 contra 1, combates que el maestro Gil siempre hacía para entrenarnos mas duramente, ya que, al ser ellos de las 2 naturalezas de la magia mas compatibles con la mía me complicaban mucho el combate, siendo magias gemelas elementales cualquiera supondría que sería fácil combinarse, sin embargo eran pésimos coordinándose y uniendo sus ataques, cosa que necesitaban practicar mas, a demas, eran los rivales perfectos para mi, dado que mi naturaleza era compatible con ambas me complicaban mucho cualquier combate.

- Si tan solo tuviera una moneda de oro por cada vez que te escucho alardear sobre tus victorias.

- Basta, después discuten, tenemos que apurarnos para llegar al menos a la ceremonia de selección-dijo Danessa con un claro tono de fastidio.

La ceremonia de selección es de esas típicas ceremonias donde, dependiendo de tu naturaleza te ponen a luchar con un alumno de último año con una naturaleza que pueda controlar la tuya para medir tus cualidades de lucha y fuerza y decidir si tienes el potencial y control para entrar.

- Akos, están listos?- dijo mi madre.

Mi madre, Irina Sholtz, es de esas personas amables pero temperamentales, ella es tan buena como su paciencia se mantenga intacta, lo que le da honor a su naturaleza, fuego.

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