Capítulo 3 : ¿Sorpresa?

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Me encuentro en el hospital, estoy sentada en la sala de espera, por fuera de urgencia, junto a Megan. Todavía no nos dejan entrar a ver a Wendy, pues antes, quieren trasladarla a una habitación y dejar despejada la parte de urgencias, pues están entrando varias ambulancias. Odio los hospitales, pero me recuerdo que es por Wendy, los odio, porque me hacen acordarme del hombre frágil, y sin expresión alguna que estaba en la camilla, me recuerda a mi padre, pero no es algo que quiera revivir.

-Familiares de la señorita Wendy, pueden entrar por aquí--dice la doctora de urgencias.

Entramos en la habitación, y...¡Por dios! ¡Que deprimente es esto! Uff...cojo aire, y me acerco a la camilla, Wendy está palida, con un montón de tubos conectados, me da miedo al mirarla, por lo que me recuerdo que es Wendy, mi hermana, que no pasa nada. Pero sí que pasa, pues no debería de estar acosatada en esta cama.

Le cojo la mano que contiene la vía, pero con cuidado consigo sostenersela, Megan está llorando, como una loca, y lo digo literal, no puede ni mirar en dirección de mi hermana...en fin.

-Hola Wendy, soy yo, tu hermana...No sé el motivo por el que hiciste lo que hiciste, el caso es que ya está hecho, no vengo a regañarte, pero, mamá está destrozada, no se puede creer que hayas hecho eso, pero para serte sincera, yo tampoco. - cojo aire entrecortadamente pues siento que yo también voy a empezar a llorar. - Bueno, quiero que sepas, que mamá y yo te estamos esperando de vuelta, no nos puedes dejar, tienes que ser fuerte, y te ayudaremos a afrontar lo que te hizo tomar esa decisión, lo superaras, te ayudaremos...

-Sabes que vas a llegar tarde, ¿verdad? - me dice Megan una vez se ha tarnquilizado. Yo solo asiento,bme inclino a la camilla, y le doy un beso en la coronilla.

-Vendré mañana, Wendy, te quiero, no lo olvides.

Me despido de Megan y salgo del hospital, ella ha decidido irse a casa, pues ya es un poco tarde, se nos ha ido la hora en hablar con ella, o sostenerle la mano.

{...}

-¡Tío! Recoge eso, no lo dejes en suelo - le dice mi compañera de trabajo a...no sé quién.

Entro y me meto tras la barra, me pongo el uniforme, y me voy a una mesita a ver que quieren tomar.

-Buenas tardes, ¿Saben que vais a tomar? - les digo a los señores que suelen venir todos los días a esta hora.

-Hola querida, si, si sabemos, ¿Nos podrías poner un té de frutos rojos y un café solo, por favor? - El señor siempre me sonríe cada vez que pide la orden

-Por supuesto, ahora mismo vuelvo. - me dirijo a la cafetera, y preparo al café al mismo tiempo que sirvo el agua en una taza. Una vez está preparado, se los llevo a la mesa.

-Gracias, señorita - me retiro y en la barra me está esperando mi jefa, la dueña del local.

Me acerco a ella, con mi mejor sonrisa, peo pronto desaparece cuando aparece su hijo detrás de ella.

-Gwendoline, necesito hablar contigo. Te acuerdas de mi hijo ¿verdad? - se aparta a un lado y ante mi vista queda el chico de más o menos mi edad. - bueno, puede que me arrepienta luego, pero... Él cogerá tu puesto, no voy a dejar que trabaje en otra cafetería pudiendo estar en esta. Espero que lo entiendas...

Espera, espera, espera... ¡No puede ser! Me acaba de despedir, pero... Entonces, no contaré con el dinero con el que pago el alquiler del apartamento, ni de las facturas...ni de... -las lágrimas se amontonan en mis ojos, pero no quiero dejarlas escapar, no delante de ellos.

-De acuerdo, voy a coger mis cosas de dentro.

-Si, pero si no es mucho pedir, te agradecería que me enseñaras cómo hay que utilizar las cosas antes de que te marches. - encima, tiene la cara de decirme que le diga a su hijo que le explique como hay que hacer mi trabajo, dios mío, vaya mujer...

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⏰ Last updated: Feb 28, 2018 ⏰

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Siempre creí, que serías mi hermanaWhere stories live. Discover now