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Las familias se regocijan al enterarse que uno de sus hijos ha subido al éxito. Que será reconocido y podrá tener todo lo que soñó.

Riquezas, chicas a montones, comodidades.

Pero en realidad, uno como artista desea algo más que solo riquezas y comodidades. Deseamos trasmitir y vivir con nuestros seguidores mediante canciones que expresan nuestro sentir. Ni siquiera ellos pueden distinguir la realidad de las canciones.

Algunas son escritas para complacer a la disquera y otras son escritas para decir algo de nuestro alrededor. Escrita para nuestros seguidores, para el mundo entero y para nuestra familia.

Dicen que la familia está siempre a tu lado. A veces no es así. Están en el inicio y pueden estar donde los premios y las presentaciones por televisión se dan. Sin embargo, no están en los momentos que más los necesitas. No existen personas en casa para contestar tus llamadas, y cuando no les invitas a un evento, te llaman traidor.

—¡Te dimos todo nuestro apoyo, así es como nos pagas! —la palma de mi madre había golpeado fuertemente mi mejilla—. Estamos contigo y tu solo piensas en cantar y dormir.

—No lo están.

—¿Qué dices? —tensó su mandíbula al oírme susurrar—. Apoyamos tu locura de ser cantante, apoyamos tus cambios, ¡apoyamos a tu grupo!

No digo más porque lo que ella cree correcto, no lo es para mí. Se van de mi apartamento molestos por no tener la invitación a una elegante fiesta. Bufan por el hecho de pelear conmigo por tonterías. Lamentan el haberme apoyado en mis decisiones.

Me di cuenta que mis sueños eran otros, que no estaban ligados a los sueños de mis padres, que pude haber cometido un error al seguir el sueño de la música. Cometí errores por creer que mi familia estaría ahí, que mi cuerpo aguantaría tantas mal pasadas, que mi mente me mentiría diciéndome que todo estaba bien. Que las redes sociales me alegrarían los días, que revisar vídeos graciosos alimentarían mi soledad. El hablar con mis compañeros de grupo suavizaría mis ganas de llorar. Que mi sonrisa alegraría vidas y mis canciones abrazarían corazones.

¿Quién sonríe para mí? ¿Quien abraza a mí corazón?

¿Quién sonríe para mí? ¿Quien abraza a mí corazón?

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Último adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora