Llegó el día. Mi vida dio un giro, quería madurar y dejar todo atrás. Después de haber vivido fuera de casa durante cuatro años, lejos de mi familia y amigos por querer acabar la carrera, mi novio Matt y yo, decidimos que ya era hora de que yo volviera a casa y así poder vivir nuestra vida, tener nuestra casa y nuestro trabajo y ser independientes. Hoy me iba a ir a Londres, por fin volvería a casa. Mi madre nos había conseguido una entrevista de trabajo, me dijo que me iba a encantar, y yo tendría a mi familia cerca como tanto había deseado. Se que para mi novio Matt sera duro estar lejos de su familia pero eso era algo que ya habíamos hablado. El me había prometido que lo iba a intentar.
-Cande, has cogido todo? No te olvidas de nada?- Me dijo Matt nervioso porque llegábamos tarde.
-Si, he cogido todo, podrías relajarte vamos bien de tiempo.
-No me puedo relajar, esto va a ser un cambio enorme para mi, no se si voy a poder aguantar irme lejos de mi casa sin saber cuando voy a volver.
-Matt eso ya lo hemos hablado necesitamos trabajar para poder tener nuestro dinero y poder vivir juntos.
Estaba bastante preocupada por como iba a llevar todo esto. Llevo con el dos años, pero yo siento que estamos en dos lineas totalmente distintas, yo quiero aventura y un futuro, trabajar para poder tener mis cosas y el es la tranquilidad en persona.
Nos conocimos en la universidad, yo había decidido que dejaría Londres y me iría a estudiar a Italia, me encantaba esa ciudad. Al principio de estar en Italia se me hizo duro, pero después cuando conocí a Matt tenia un motivo mas para quedarme ahí.
DOS SEMANAS DESPUÉS.
Estoy en el aeropuerto despidiéndome de Matt, no ha durado ni un mes aquí, se vuelve a Italia con su familia. No os puedo explicar lo decepcionada que estoy con el, había conseguido un trabajo, podríamos tener un futuro juntos pero el mismo lo ha tirado todo a la mierda.
-Siento todo esto Cande, te prometo que volveré, y me quedare, pero no estoy preparado.
-No hace falta que me digas nada, puede que cuando quieras volver sea demasiado tarde.-Le dije yo y ahí le deje en la puerta de embarque solo.
Cogí mi coche y me fui directa a casa, no iba a llorar, para que? ya le había rogado mil veces para que se quedara, no iba a sufrir mas por ese mamarracho.
El trabajo que mi madre me había conseguido me encantaba, era en una escuela, siendo profesora, que mas podía pedir. Era septiembre y en el colegio del pueblo necesitaban una profesora urgente y mi madre consiguió que me hicieran una entrevista, estaba tan feliz, iba a trabajar de lo que había estudiado, de lo que tanto me gustaba ser profesora de educación física. Empezaban las clases de aquí dos días y yo no podía estar mas nerviosa. Se que lo haré bien, se que me voy a olvidar de Matt y voy a vivir mi vida.
Estaba en mi habitación cuando el móvil me vibró:
Matt: Ya estoy en Italia, espero que todo esto se arregle. Te quiero.
Lo leí y sinceramente no tenia ni ganas de hablar con el, así que no le contesté. Dejé el móvil y lo volví a coger, iba a enviarle un mensaje a mi mejor amiga, era sábado y necesitaba unos cuantos gin tonics para poder olvidar.
Para Mia: Hola loca, que haces esta noche?
Mia: Salgo con unos amigos por aquí cerca, vamos a tomar algo de tranquis, y luego ya se vera :P, te quieres venir con nosotras?
Cande: No conozco a nadie de tus amigas, pero me vendrá bien salir. En una hora estoy en tu casa puta.
Mia: Me conoces a mi, con eso tienes suficiente guarra, pero te caerán bien- No pude evitar sonreír.
Cande: Ahora nos vemos <3
Tire el móvil, dios sabe donde y salí corriendo hacia la ducha. Íbamos a ir a tomar algo no me iba a arreglar mucho, así que, me puse unos vaqueros negros ajustados, unas botas negras, sin tacón, una blusa color azul marino y una chaqueta vaquera. No solía arreglarme mucho, ni ponerme tacones, cuando salia me gustaba bailar y hacer la loca, si llevaba tacones me dolían los pies a la media hora.
Como dije en una hora estaba lista, cogí mi teléfono, la cartera y las llaves de casa y me fui a casa de Mia. Ella y yo nos conocíamos desde que eramos niñas, vivía dos casas mas abajo que la mía y es con la única persona que he mantenido el contacto desde que me fui a Italia.
Toque a su puerta y me abrió la puerta, se me abalanzo encima y me abrazo, yo creo que durante un minuto no pude quitármela de encima. Pasamos a su casa y nos sentamos en el sofá.
-Cuéntame que pasó con Matt.- La mire y puse los ojos en blanco.
-Te lo contare cuando lleve encima un par de gin tonics, la verdad no me apetece hablar de el, vamos a divertirnos no?
-Claro, pero igualmente no te escapas de esta conversación.
-Cuentame, con quien salimos hoy.-Le digo con ganas de cambiar de tema.
-Pues con tres compañeras de la universidad. Como yo no me fui lejos ha estudiar, me tuve que quedar aquí, pues conocí a gente de por el pueblo que no había visto en mi vida.-Me dijo con mala cara y reproche, yo la mire con cara triste. -Por cierto tu madre que tal esta?
-Bien, hoy tenia turno de noche y no me pude despedir de ella, le deje una nota en la cocina para que la vea cuando llegue.
Se que Mia y mi madre lo pasaron fatal cuando me fui del pueblo, pero necesitaba irme lejos de aquí para poder olvidar toda la mierda que me pasó. Mi madre era, la jefa de las enfermera, era la mejor, conocía a todo el mundo y ganaba bastante dinero como para mantenerme durante los cuatro años que estuve en Italia.
-Genial, vamos al pub de siempre que ahi nos esperan las chicas.
-Perfecto, por cierto, explícame quienes son y como son.-Me preocupaba, yo nunca he sido de hacer amigas, de hecho en Italia solo hice una, mi compañera de habitación Luna.
-Te van a caer fenomenal, ahora te las presento. No estés nerviosa.-Me dijo con una sonrisa para intentar tranquilizarme.
Llegamos al Pub de siempre, ese al que íbamos cuando Mia y yo teníamos 16 años, nos escapábamos de casa para poder ir a bailar. Parecía que no hubiera pasado el tiempo, pero si ha pasado cuatro años y han cambiado mucho las cosas desde entonces.