Hey, Bieber

11.

❝Hey Bieber.

Empecemos por el hecho de que hoy estás de cumpleaños, joder, ¿Cómo es posible de que sigas creciendo de esa forma? Y lo digo porque te revelaré algo... Estudiamos en el kinder, muchos años en realidad, luego tomamos caminos separados y diferentes cursos, pero eso no evitó que viera como ibas creciendo cada día más, y que me jodan si cada año no quiero besar con más ganas tus mejillas y darte un abrazo enorme que demuestre más de lo que ya te he dicho.

Eres precioso Justin, se que es pequeño en comparación con todo lo que los cercanos a ti podrían brindarte, pero me tomé el atrevimiento de hacerlo. Y antes de mostrarlo quiero que sepas que deseo que todos tus sueños se hagan realidad y que sigas creciendo como persona.

Eres extraordinario, bebé, dulce y grande y deseo darte mi pequeño festejo en nombre tuyo, aquí tienes una foto de como lo celebré y como puedes encontrarlo en algún lugar cercano que solo tú y yo conocemos muy bien:

Hay nuevas velas esperando por ti y jodidamente una espera eterna mía por saber que te gustó. No es la decoración que había pedido pero es un pequeño detalle que se tomará en cuenta para una próxima vez, así que estoy inquieta por saber que te gustó, así como también lo estoy ante el deseo de que estés cerca para besar todo de ti. Absolutamente todo❞.

Justin sonrió poco a poco cuando terminó de leer, la emoción corrió por sus venas cuando rompió el sobre y encontró la pequeña foto instantanea dentro. Su piel hormigueó cuando vio la imagen del pastel y mordió sus labios mirando hacía otro lugar, tratando de ocultar la sonrisa tan arrebatadoramente grande que acababa de irrumpir en sus labios.

No lo pensó ni dos segundos cuando salió del bar en el que se encontraba y corrió aún cuando escuchaba el ruido de sus compañeros y amigos detras de él. Aseguró el pequeño papel dentro del sobre mientras corría como si estuviera siendo atacado.

Sus amigos y él habían acordado que  después de la práctica irían a un bar a festejar su cumpleaños. Justin emocionado había aceptado, ¿Quién podría negarse a un poco de festejo de vez en cuando? Y el hecho de que sus amigos lo estaban haciendo más grande por su cumpleaños lo hacía más contento. Justin de vez en cuando no omitía el aprecio tan grande que podría ver en sus amigos hacía él. En Niall por ejemplo, un chico divertido,  jodidamente leal y con el más enorme sentido de responsabilidad que había conocido en todos sus años de vida.

Había sido su amigo desde pequeños y aún cuando todos los años habían pasado lo seguía siendo. Niall y él habían pasado por los más graciosos y extraordinarios momentos en toda su vida, era el sensato de los dos y Justin lo agradecía totalmente y a veces hasta él mismo se sorprendía de lo que su mejor amigo podía saber o intuír, tanto, que sabía perfectamente porque su teléfono estaba sonando ahora:

"¿Se puede saber a dónde fuiste? Acabas de salir como si el diablo estuviera recogiendo tu alma".

Justin rió leyendo el mensaje y siguió riendo mientras aminoraba el paso al doblar una esquina y chocar contra el edificio de cemento. Una enorme sonrisa volvió a irrumpir y tuvo que morder sus labios tratando de controlar su respiración.

"Luego te cuento, entretén a todos mientras hago algo antes".

"Entendido".

El sonrió leyendo mientras caminó lentamente hasta el camino de entrada de su preparatoria. El corazón latiendole tan deprisa por la carrera que había hecho y por los nervios que lo estaban invadiendo. Aprovechó que alguien acababa de salir, y él anticipó a meter su pie entre la puerta y el marco antes de que se cerrara, abriendola y entrando a la instalación, apresurando el paso para llegar rápidamente.

Subió las escaleras del segundo piso y dobló en un pasillo, caminando con más lentitud cuando estuvo completamente seguro de que llegaba allí. Su casillero. El lugar cercano que ella decía que los dos conocían tan bien. Justin respiró con más calma cuando estuvo enfrente de este, sonriendo cuando vio un pequeño papel estaba pegado a la puerta de su locker:

❝Camina diez pasos más, bebé, lo encontrarás❞.

Justin arrancó el papel y como un niño acabado de recibir ordenes hizo lo que acababa de leer. Contando cada paso con anticipación. Al caminar los diez pasos frunció el ceño al no ver absolutamente nada y cuando dobló para regresar se detuvó.

Su respiración se atoró cuando vio el pastel decorando la mesa de uno de los pupitres de un salón. Las velas esperando por él y otro pequeño papel esperando a ser leído. Justin lo tomó y lamió sus labios resecos, aguantando un gemido y sintiendo su piel erizarse:

❝Tan pequeño como dije que era, no se compara con las ganas que tengo por ti y lo jodido que es esconderme cuando quiero darte más❞.