Fairy Tail; BokuAka

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-¿Creen que sea el virus SFTS? He oído que...

-¡Silencio! ¡No des mala espina!

-Pero él fue arañado por el gato de Yukie hace un tiempo.

-¿Tú acaso quieres verlo morir?

-¡Son suposiciones, además...!

Ya todo lo que seguía de aquella conversación se perdió en el ruido del camino para Akaashi, el cual no entendía como había aceptado la compañía de sus compañeros de equipo para poder ir a visitar a Bokuto ya que estaba en cama dos días.

Mientras Konoha y Komi discutían sobre la probabilidad de que su capitán hubiese contraído aquel virus mortal atacante de Asia, el camino se acortaba para llegar al destino de los tres. Solo era una fiebre bastante potente lo que tenía Bokuto, nada del otro mundo.

-¿No es cierto, Akaashi-san? -Dijeron ambos de 3ero, con cierto tono de queja en sus voces.

-¿Uh?

Akaashi pensó que no le pedirían comentario alguno ya que había estado ignorando completamente aquella discusión de ambos mayores, pero al parecer él era a lo que podía llamarse "juez" para darle termino a todo ese pequeño lío.

-Yo creo que Bokuto-san esta bien, solo es fiebre.

–¡Pero si esta en cuarentena! –Exclamó Komi.

–No tiene un virus, cálmate.

–De hecho, la gripe es causada por un virus –Acotó Akaashi.

–¿Entonces si esta en cuarentena?

La pregunta quedó en el aire ya que su destino estaba ya frente a ellos, la casa de Kotaro. El encargado de tocar la puerta era Keiji, porque él ya era invitado reincidente en aquella casa, pero cuando se disponía a tocar a la puerta apareció ciertos cabellos albinos que precisamente no eran de Bokuto.

Las miradas curiosas de Konoha y Komi se posicionaron sobre la mujer que ahora se encontraba bajo el umbral de la puerta, sonriendoles.

–Oh, Keiji, querido ¿Vienes a ver a Kotaro? –Aquellos ojos saltones ámbares comenzaron a analizar a los otros dos muchachos que estaban detrás de su amado nuero.

¿Qué? La madre del capitán de Fukurodani estaba más que enterada de el tipo de relación que llevaba su hijo con su respectivo setter,y es que Bokuto no era nada discreto en profesar su amor por Akaashi frente a todo mundo, tanto como si este fuese un dios o algo. Quien no se diese cuenta de aquella relación realmente necesitaba ir a un oculista.

Akaashi asintió– Sí, B-Bokuto–san...

Las mejillas del menor se llenaron de un rubor al decir aquello, aun se le hacia raro también que llamar "Bokuto-san" a la madre de su capitán, pero esa era la manera correcta de hacerlo, aun no tomaba confianza como para llamarla por su nombre como ella se lo había pedido veces anteriores.