❝ Aullando a la Luna ⌜ ᴅᴄ ⌟

XXXIX

JASON

Era injusto, pero, ¿Qué en su vida lo era? Por lo menos no había sido expulsado o algo por el estilo, la escuela le debía bastante a Bruce, aunque él seguía siendo como tal. Se repondría rápido, pues habían mentido con el hecho de tener un "hueso roto". Razón: Para que no fuese tan obvio su dominancia a la hora de pelear, y para que los padres de los otros estudiantes no fueran a alterarse. Jason no era un matón, ellos sí.

—Recuerde la promesa que le hizo al amo Bruce, joven Jason. —Infló sus mejillas, pero asintió a las palabras de Alfred cuando este le abrió la puerta y él bajo, teniendo "cuidado" con el yeso. Sí, estaba lastimado y se recompondría pronto, pero apariencias eran apariencias.

—Lo haré.

—Espero que esta vez sí lo haga. —Torció la boca, pero asintió, perdiéndose en toda la entrada de ladrillo rojo y las columnas blancas que lo llevaban a la escuela. Pudo ver por el rabo del ojo como el auto se perdía.

No muy a lo lejos, diviso a Rena, quien lo vio con los ojos abiertos — ¿Qué te paso? —Se encogió de hombros y ambos continuaron su camino al salón de química —Me imagino que los has dejado peor a ellos.

—Efectivamente.

Ella asintió con una sonrisa y le ayudó con su mochila. Se sonrojo a ello, pero lo agradeció en voz baja —Entonces, mientras te recuperas, ¿Qué te parece saltarnos la última clase e ir por unas malteadas heladas? —Negó —Oh vamos, Todd.

—Tengo que quedarme aquí.

—¿Por qué?

—... Tengo que comenzar a ir a ver al psicólogo de la escuela. —Y porque ni en un millón de años fallaría a una clase, a no ser que estuviese en dirección. O peleando.

—¡¿Qué?!

—Shhht. —No deseaba la atención de quienes iban llegando —Es una condición...Para que no fuera suspendido o algo peor... quieren que controle mi ira.

—Pero sí no lo haces con mala intención.

—No se ve así.

La castaña estuvo a punto de proseguir cuando el maestro de química ingreso, pidiendo a todos que se pusieran de pie. Hablarían en el almuerzo.

ROY

Su cuerpo se sentía relajado, pero a la vez pesado. Y de cierta forma su lobo deseaba seguir durmiendo. Algo que él también apoyaba, pero...

—¡Roy! Es hora de comer, levanta tu trasero. —Gruño contra las almohadas, poniéndose finalmente en pie y revisando que su mesa se encontrase vacía. Lo estaba; sí había ocultado aquellas pastillas.

Camino hasta la puerta, abriéndola y luego cerrándola a sus espaldas, se sorprendió al ver a Donna allí, mirándole con una sonrisa —Aun luces cansado.

—Lo estoy. —Habló rasposo, rascando apenas su nuca. La chica lo tomo del brazo y caminaron por todo el pasillo hasta llegar a la cocina de la torre. Ya no eran muchos como antes y de cierta manera, eso lo deprimía. Ni Kid Flash, ni Nightwing, ni Aqualad... Extrañaba a sus amigos. Además, ya había tenido la charla con Cyborg, este parecía ansioso de tal vez ser elegido para pertenecer a la liga.