El típico había una vez

21 1 0
                                    

Hace mucho tiempo en un bosque lleno de vida, con arboles que casi tocaban el cielo. Nació un ave, no cualquier ave, había nacido un precioso fénix.

Este fénix nació con una particularidad aun mas grande que ser un fénix, había nacido con una sola ala.

Con el paso del tiempo el fénix comenzó a crecer y su padre le contaba historias sobre el cielo, le contaba sobre su belleza, sobre las estrellas, lo grande he inmenso que es y de como se sentía libre al surcar el cielo estrellado. Esto hizo que el fénix se enamorase del cielo casi tanto como de su propia vida, así que a pesar de tener una sola ala se aferro al deseo de volar como todas las demás aves.

El fénix vivía en el árbol mas pequeño de todos sus padres habían elegido ese árbol para que el no corriese peligro al caer, así que un día lleno de tristeza, desesperación, ira y emoción el intento volar. Aun sabiendo que era imposible para el, pero simplemente ya no lo soportaba mas.

Lo predecible sucedió, su cabeza choco contra el frió y húmedo suelo. su madre había regresado de un ligero viaje por algunas ramas para su nido y rápidamente al darse cuenta de que su hijo no se encontraba en el nido, la madre fénix desesperadamente bajo a buscar rastro de su hijo. No tardo mucho en ver una pequeña luz que provenía del suelo, era su hijo, que se encontraba tendido en el suelo junto al tronco del árbol donde vivían.

Madre fénix: Hijo, porque hiciste algo así?, te hemos dicho una y mil veces que solo te lastimaras.

El pequeño fénix con sangre en su cabeza y lagrimas en los ojos le contesto

El pequeño fénix: Madre... me duele mas estar sentado en un nido sin poder ver el cielo.

Su madre le miro a los ojos y comprendió la situación de inmediato, no había poder en este mundo que lo hiciera cambiar de opinión.

Y así el pequeño fénix todos los días sin falta lo intento, día tras día el saltaba de su nido intentando volar, el pensó en miles de formas para lograrlo pero ninguna le funciono.

Pasaron los días, las semanas y los meses, hasta que el fénix se volvió un adulto. Aprendió a trepar y a cuidarse de los depredadores.

Su nido se encontraba en un árbol un poco mas alto que el primero, el aun seguía intentando volar. 

En uno de sus intentos al caer y golpear su cuerpo contra el suelo se mantuvo acostado en silencio en el suelo, mirando hacia arriba, solo pudiendo mirar las hojas de los arboles, pensando: Que tan hermosos sera el cielo?

En ese momento escucho un canto hermoso que venia de un lugar desconocido, el fénix intrigado por aquel hermoso sonido decidió perseguirlo para saber de donde brotaba aquella hermosa melodía, recorrió un largo camino hasta que aquella melodía se había hecho tan intensa que casi podía sentirla golpeando su cuerpo.

El se paro justo enfrente de unos arbustos, el sabia que justo cruzando aquellos arbustos encontraría al causante de aquella hermosa canción.

 El fénix tomo una enorme bocanada de aire y atravesó el arbusto. Ante el estaba postrada sobre un tronco otra ave, era una ave diferente a todas las otras que había visto en toda su vida. Su plumaje era un azul obscuro tan intenso y hermoso como lo poco que podía ver del cielo en las noches por culpa de las hojas.

El fénix estaba confundido, el se preguntaba: Que hace ella aquí, porque no vuela?

El fénix se escondió entre las hojas para poder observarla, tenia un canto hermoso, el fénix podía escucharla todo el día. Cuando anochecía el fénix se marchaba, pero aquella hermosa ave seguía ahí.

Así fue por mucho tiempo, el siempre iba a escucharla, y cuando la noche llegaba el se iba, pero como siempre ella seguía ahí nunca se iba de aquel tronco. Así fue por dos largas semanas hasta que un día el fénix lo decidió.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 29, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

FelizWhere stories live. Discover now