"¿Y qué pasará cuando haya drenado a los que hacen el mal?, ¿empezará a juzgarnos y también nos atacará?, ¡él también es un monstruo!, ¡abran los ojos!".
Kirk apagó la televisión, casi se salió de control y mordía a una chica en la última misión, no fue su culpa, estaba bajo de energía y pudo detenerse en cuanto vio su reflejo en los ojos bien abiertos observándolo con pánico.
Hernán llegaba de una junta con el presidente y Bekka, alegre porque habían reconsiderado tener más confianza en su amigo, lo defendió hasta el cansancio como sólo él podría.
<Batman es un genio, un hombre de ciencia y siempre está dispuesto a ayudar, lo que le pasó fue mala suerte, pero su criterio es bueno, sus acciones son justificables y yo creo en él. Si él no confía en nosotros, no tenemos derecho a juzgar, ¿no fuimos los primeros en no confiar?, lo juzgamos mal, pero aprendí rápido que es un hombre de buen corazón>.
La amazona permaneció callada en la sala, el argumento de su compañero no parecía el de cualquier amigo o hermano, se escuchaba más como de un admirador, ¿o quizá un amante?
El presidente no tuvo opción, Superman era la eterna esperanza y si él creía en el vampiro, ayudaría a que la gente lo hiciera también.
—¿Kirk?... eh, ¿estás?... —El hombre de barba cerrada juraba que su compañero estaría viendo la televisión o analizando un caso, mas sólo encontró una copa con sangre sin probar, la televisión apagada, el control destruido y silencio incómodo.
Pronto el mayor utilizó su visión de rayos equis, el científico era un as para esconderse y lograba desaparecer a su rango con extrema facilidad.
"¿Por qué?.
Lento se acercó a la tele ya bastante preocupado, la encendió y dio un largo suspiro.
¡DEBERÍAN MATARLO ANTES DE QUE NOS EMPIECE A MATAR A LOS BUENOS CIUDADANOS!
—No. —Guerra apagó el aparato, su compañera creía al menor un aislado y malhumorado hombre, ¡y quizá tenía un poco de razón!, pero él sabía perfecto que en estos momentos Kirk estaría tratando de hacer una tontería mientras se lamentaba y odiaba.
"Por favor, no lo hagas".
Superman salió volando rápido, por ahí en las inseguras calles estaba Langstorm vagando débil y deprimido con ideas de acabar con su vida para no asustar a nadie más, para que lo olvidaran y dejaran de acusar, deseando haber muerto de cáncer y ya.
Pasó por catedrales y callejones, interrogaba vagabundos y policías, nadie había visto al murciélago, "no puede haberse...".
Un ruido conocido llegó a su súper oído, una respiración forzada, arcadas y rasguños.
"¡Las coladeras de la ciudad!".
A máxima velocidad el alíen se dirigió a donde toda el agua pluvial acababa, ahí estaba el vampiro con los cabellos revueltos, había ratas pero ninguna mordida y parecía querer vomitar.
—Por dios, Kirk.
El mayor caminó hasta él pero el mencionado empezó a alejarse e ir más adentro a la conexión de tuberías.