HAPPY FUCKING BIRTHDAY

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.- ¡Este año será mucho mejor!-. Se dijo a si mismo peinando su cabello castaño que se empeñaba en estar desordenado, los mechones caían graciosamente sobre su frente ondulándose ligeramente y SeokJin se dio por vencido con un suspiro enorme saliendo de sus labios, su cabello nunca quería cooperar, no importaba que día del año fuese. Se vistió con su segundo mejor cambio de ropa y tomó el autobús al trabajo. Su jefe era un esclavista y lo sabía muy bien pero no evito que soltara un jadeo de frustración al ver la pila enorme de Manuscritos en su escritorio, todo ese montón lo haría estar en vela al menos esa noche y no era para nada de su gusto estar desvelándose antes de su cumpleaños 25. Ya era suficientemente malo que su madre se hubiese ido a la boda de su prima en Busan, que su padre haya decidido acompañarla y que su querido novio tuviera un viaje de trabajo. Era otro maldito cumpleaños horrible donde la pasaría solo trabajando y sería otro maldito día común y corriente, se tragó las emociones y el nudo que no quería bajar de su garganta, tomó asiento tras su escritorio y puso manos a la obra, quizás leyendo borraría su desgracia.

El cielo estaba oscuro cuando salió de la empresa, cargando un montón de manuscritos en sus manos y con la decepción a flor de piel, ninguno de sus compañeros preguntó si haría algo en su día especial, ninguno lo recordó, se sentía tan estúpido por esperar cada año la misma cosa y aun así salir decepcionado al no recibir nada, ni siquiera tenía idea de porque se alegraba, no tenía planes ni compañía pero ¿Qué importaba?, sobreviviría a un año más.

La casa se sentía sola, las pequeñas banderillas de colores pastel que había colgado en la espera de su cumpleaños 25 se sentían ridículas sobre la pequeña mesa de desayuno donde ahora solo estaban los manuscritos y su portátil. Se quitó el bonito sweater azul con frustración y lo tiró sobre su cama, aún tenía una pequeña esperanza que no quería dejar salir, solo quería una señal de que su día especial no se iba a convertir en el más triste del año...pero nada llegó, al menos no esa noche ni la mañana siguiente cuando despertó con la tecla "A" de su portátil pegada en la mejilla y poco más de los manuscritos apenas leídos.- Joder, el jefe se va a enojar-. Hizo un puchero adorable con sus labios gruesos y corrió al baño, era bastante tarde o eso decía el reloj de su pared y si no se daba prisa iba a tener un día menos de sueldo, ni siquiera su día especial lo justificaba con el jefe YoonGi. Un vistazo rápido a las banderillas le recordaron que día era y el suspiro más grande de su semana abandonó sus labios, la imagen en el espejo del baño no era para nada alentadora y con una sonrisa triste se felicitó a si mismo.- ¡Feliz cumpleaños, SeokJin!-. La persona reflejada en el espejo ensanchó su sonrisa y suspiró nuevamente, al final de cuentas no importaba nada, siempre se tendría a sí mismo.

Se puso su mejor ropa, el sweater nuevo que había comprado hace unos días especialmente para su cumpleaños y el jean ajustado que resaltaba sus muslos, se puso los zapatos negros casuales y cómodos que amaba y peinó su cabello con experiencia y rapidez, en quince minutos estaba más que listo, no perdía las esperanzas estaba seguro que su día iba a mejorar, quizás sus compañeros tuvieran un lindo pastel en su escritorio o incluso muchos globos. Con una alegría renovada tomó todos los manuscritos y paró un taxi, su celular no había sonado una sola vez desde la tarde anterior y sintió una punzada en su pecho al notar que NamJoon no le había llamado para decir "feliz cumpleaños", su madre y su padre no habían hecho acto de presencia, ni una llamada, ni un mensaje.

No hubo globos en su escritorio ni un enorme ramo de rosas enviado por NamJoon desde Ilsan, nadie gritó "sorpresa" al llegar ni tampoco le llenaron de abrazos pero lo que si hubo fue un café con un post it que citaba "Feliz cumpleaños compañero"... bueno eso era algo más que el año pasado e hizo una sonrisa deslizarse en sus labios. YeRin le sonrió desde su cubículo del otro lado la oficina y un guiño juguetón le hizo saber que el pequeño dulce regalo en su escritorio había venido de su parte. Se sumergió de nuevo en la lectura tomando de a sorbos su sabor favorito de café, el jefe vino a mitad de la mañana murmurando un "feliz cumpleaños" que no pudo ni disfrutar al pedirle sus informes sobre los manuscritos, evitando refunfuñar terminó cada pequeño trabajo que YoonGi le pidió, en medio de la mañana sus padres habían hecho una video llamada e incluso habían incluido a sus primos gritándole una bonita felicitación y la enorme promesa de salir juntos pronto, recibió algunas llamadas más de algunos amigos y varios mensajes de conocidos que le sacaron una sonrisa, NamJoon apenas se había reportado con un escueto mensaje que dictaba "Feliz cumpleaños cielo, te amo, cuando regrese celebraremos" y que para ser sincero lo hizo sonreír a pesar de todo. Cuando menos pensaba el sol estaba por ocultarse y el trabajo por fin había terminado, de camino a casa hizo una pequeña parada en su restaurant favorito y pidió una rica cena italiana para llevar a casa, al menos el mismo iba a festejarse.

La casa silenciosa le hizo hacer un pequeño puchero al momento de abrir la puerta, ya ni si quiera pensaba en una fiesta sorpresa o algo así no quería desilusionarse al entrar en una casa vacía. Se sirvió en los platos más bonitos que tenía y encendió la televisión con su serie favorita, se cruzó de piernas en la alfombra y tomó su rica cena. El sonido del timbre llamó su atención y tuvo que poner pausa, se levantó con pereza y estiró sus músculos cansados, detrás de la puerta un chico sostenía una caja y Jin levantó una ceja interrogante al verlo.- ¿Eres Kim SeokJin?-. Asintió inseguro y el chico tendió la caja a él.- Es un envió, de...NamJoon de Ilsan-. Con emoción recorriendo sus venas tomó la caja y firmó el formulario, apenas se pudo contener de cerrarle puerta en la cara al chico y entrar a su casa, en cambio tuvo que ser educado y esperar a que se fuera para correr y dejar la caja en la mesa, temblaba de emoción al ver el presente de su amado novio, pensaba que lo había olvidado, no es que fuese materialista pero NamJoon estaba tan ocupado en esa nueva empresa que pensó que no tendría espacio para él y sin embargo se había tomado el tiempo para darle un... un maldito pastel que tenía escrito "Happy Fucking Birthday", ¿era una maldita broma?, iba a matar a ese hombre en cuanto lo viera, era el peor pastel del mundo y ni si quiera las flores rosadas de azúcar iban a hacer que se viera bien con esa enorme palabra en medio. Derrotado dejó el feo pastel de cumpleaños en la mesa y apagó la televisión arrastró sus pies a la cama y se tiró en ellas, quería olvidar el que definitivamente era el peor cumpleaños del mundo, hasta competía con aquella vez que había cumplido 8 años y su tío lo había ahogado con el pastel al estrellarlo contra su cara...Dios sus cumpleaños eran siempre tan patéticos. Se hundió en la almohada y solo deseó desaparecer.

Un pequeño susurro le erizo la piel.- Despierta, cielo-. Era la voz de NamJoon, que le hablaba en su sueño, ahí ambos tomaban el sol en medio del parque con los motones de florecillas salvajes a su alrededor, era tan relajante y el susurro se sentía tan real... se acurrucó más contra las sabanas y agradeció al Dios de los sueños por incluso permitirle sentir el duro cuerpo de su moreno aun en sus sueños, los brazos de NamJoon le rodeaban y dejaban montones de besos en su rostro.- Despierta, amor-. Cada vez se escuchaba más real e incluso los dedos que retiraban los mechones de su frente hacían cosquillear su piel.- Amor, viajé por horas para estar contigo, tienes que estar despierto-. Sus ojos se abrieron de golpe, ahí frente a él estaba el hombre más guapo del mundo con esa sonrisa tan grande que empequeñecía sus ojos y hacía aparecer el par de profundos pocitos en sus mejillas, los brazos cálidos que rodeaban su cintura eran tan cálidos, tan firmes pero sobre todo tan reales que las lágrimas se acumularon tras sus parpados, su día especial se había convertido en el más horrible de todos y ahora estaba con el hombre que más amaba. Se acurrucó en los brazos del hombre y aspiró el olor fresco y masculino que le caracterizaba, una caricia fue dejada sobre su cabello y se regocijó en las sensaciones. No hizo preguntas, no al menos en un buen rato cuando sus lágrimas se tranquilizaron y NamJoon dejó de susurrar todas esas hermosas palabras que había deseado escuchar todo el día. NamJoon lo cargó hasta la sala como una princesa y su sorpresa fue más que grande al ver un enorme ramo de rosas justo al lado del horrible pastel que había llegado quien sabe que tanto tiempo antes. Su nariz pequeña y fina se arrugó adorablemente al ver el horrible postre.- Nam...es el peor pastel del mundo-. Una carcajada enorme hizo vibrar el pecho del moreno y llegó hasta su propio cuerpo, su chico depositó un beso en su coronilla y su voz sonó con un tinte de disculpa.- Lo siento tanto, amor, hubo una equivocación en la orden y bueno... no era el pastel que yo había pedido, este es tan...feo-. NamJoon abultó sus labios y una ola de alivio recorrió su cuerpo y soltó un pequeño gritito en el momento en que su novio se dejó caer en la silla frente al pastel junto con él dejándolo sobre su regazo.- Pensé que no vendrías...ha sido un día tan malo-. Una sonrisa culpable se posó en los labios llenos de NamJoon.- Nunca me perdería el cumpleaños del hombre más hermoso del mundo, Feliz jodido cumpleaños, SeokJin-. Y solo eso bastó para que SeokJin se derritiera entre sus brazos, quizás su cumpleaños no fuera tan malo, con las rosas más bonitas, el pastel de cumpleaños más feo con las velitas casi tan chuecas como sus dedos, los besos más deliciosos del mundo y los brazos más reconfortantes...quizás esperar su cumpleaños no fuera tan malo.

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⏰ Última actualización: Sep 15, 2022 ⏰

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