El entrenamiento del día había sido mucho más agotador que de costumbre. Tal vez la principal razón se debía al caluroso día de aquella tarde de verano.
A pesar de que el cielo estaba despejado y aunque fueran más de las siete y no anocheciera, el dúo dinámico de Seirin no se quedó en Maji Burger. Hacía demasiado calor y, para la suerte de ambos, Kagami ofreció quedarse en su casa, la cual contaba con aire acondicionado; así que esta vez pidieron para llevar y se dirigieron al departamento del más alto.
Una vez llegaron, el aire frío del lugar les golpeó de lleno en la cara y pudieron disfrutar del frío ambiente. Obviamente, lo primero que hicieron fue sentarse a comer, ya que estaban muy hambrientos después de un duro día de entrenamiento.
Especialmente Kagami, después de todo Kuroko se llenó con su usual batido de vainilla y una hamburguesa que el más alto le obligó a comer.Y finalmente, con la panza llena y el corazón contento, decidieron recostarse en el sofá a mirar vídeos de baloncesto en la televisión, como solían hacer siempre que el más bajo se quedaba a dormir. No obstante, esta vez Kagami no prestaba atención al los vídeos que siempre lograban captar su atención. Ni a las jugadas que podría utilizar en su entrenamiento. No. Por alguna razón, en lo que iba de la noche, Taiga no podía despegar sus ojos de su compañero de equipo; el como sus ojitos brillaban al observar una jugada. O la forma en que sus ojos se agrandaban un poco al presenciar una estrategia que, claramente, no se esperaba. Mientras sus labios succionaban por la pajilla de su batido, que ya casi no tenía contenido dentro.
Taig era consciente de sus sentimientos hacia Kuroko y ya no podía ocultarlos más. Por supuesto, su meta era confesarse... algún día.
Si, ya lo habían regañado incontables veces, ya que cuando estaba cerca, muy cerca de decirle lo que sentía se echaba para atrás en el último segundo, inventando cualquier excusa para huir de la situación. Pero no porque no tuviera el valor, o fuera un cobarde, sino más bien porque sabía que le costaría demasiado asimilar el rechazo. Y no es que no se tuviera confianza, pero para ser sinceros, era obvio que lo que sentía Kuroko por él era sólo una simple amistad.
Sin embargo, hoy sería la noche en que lo haría. No había vuelta atrás, ya estaba decidido. Y aunque se haya dicho lo mismo en dos oportunidades en las que falló abruptamente, la tercera es la vencida. O, al menos, eso suelen decir en las películas.
- Kuroko...
Percusión...
- ¿Sucede algo, Kagami-kun? - Abandonó la vista de la pantalla, para prestar atención a su luz que se veía algo nervioso.
Cuerdas...
- ¿Podemos hablar?
Viento...
Eso si había sonado algo inusual. Al parecer Kagami tenía algún tipo de problema aquejándolo. Tal vez se sentía incómodo con él, ¿Y si ya no quería seguir siendo su luz? O quizás, ¿Si él no le caía bien?
Alejó rápidamente ese tipo de pensamiento de su cabeza. Antes de hacerse ideas precipitadas, lo mejor sería callar y escuchar lo que tuviera que decirle.- Dime, Kagami-kun.
Letra...
Se acercó un poco al más bajo, corriéndose de lado en el sofá. Sosteniendo su mirada en aquellos orbes azules, en los cuales podría perderse de seguir mirándolo fijamente, así como lo hacía en ese momento. - Yo...
Él está, ahí sentado frente a tí.
No te ha dicho nada aún, pero algo te atrae.Kagami no encontraba las palabras exactas para expresarle todo lo que sentía. Para finalmente poder confesarse. Estaba a punto de arrepentirse, otra vez.
Sin embargo, una idea loca se le vino a la mente. Casi ríe como bobo de sólo pensarla. No estaba seguro si sería capaz de hacerlo, pero si no lo hacía ahora, ¿Entonces cuando?Sin saber por qué te mueres por tratar,
de darle un beso ya...Kuroko no hablaba. Sólo observaba, a la expectativa de lo que su compañero quisiera decirle pues, al parecer, tenía un conflicto mental consigo mismo en estos momentos. O simplemente no encontraba las palabras adecuadas para hablar. Por supuesto este acto no hizo más que impacientarlo más, ¿Qué estaría pensando Kagami? Inconsciente de sus actos, optó por acercarse también, sólo un poco.
Sí, lo quieres, sí, lo quieres míralo.
Míralo y ya verás, no hay que preguntarle.
No hay que decir, no hay nada que decir.
Ahora bésalo.Sin pensarlo demasiado, llevó una de sus manos a la mejilla del más bajo, acariciándola, despacio. Creyó que se apartaría, pero no lo hizo. Debido a eso, sintió un poco más de confianza y se acercó a su rostro. Mirando sus celestes y tan profundos ojos. No había nada que decir. Estaba a punto de hacerlo...
- ¿K-Kagami-kun? - Ese susurro lo trajo de vuelta a la realidad y no supo por qué, se alejó rápidamente, con su corazón latiendo fuertemente.
Sha la la la la la, ¿Qué pasó?
Él no se atrevió y no lo besará.
Sha la la la la la, ¡Que horror!
Que lástima me da, ya que lo perderá.- ¡Ah! Lo siento, yo... - Se levantó con rapidez del sofá, decidido a irse de la sala, estaba completamente avergonzado; claramente la había regado. Ese había sido su último error. Pasó por su lado para retirarse al baño, necesitaba pensar, enfriarse un poco.
- Kagami-kun. - Sin embargo, no logró dar un paso más cuando sintió la voz de Kuroko llamándole y un apretón en la manga de su camiseta. Kuroko se había levantado y estaba reteniéndolo, logrando que Taiga volteara y se encontrara frente a frente con su mirada, sus azules ojos mirándolo con su brillo característico, sus ojos como una bella laguna azul iluminada por la luz de la luna.
El momento es, en esta laguna azul.
Pero no esperes más, mañana no puedes.
No ha dicho nada y no lo hará.
Si no lo besas ya.- Kuroko. - Las dudas que durante tanto tiempo lo atormentaban y hacían plantar mil y un dudas en su cabeza lograron disiparse con sólo una mirada. Estaba tan sumido en las acciones del contrario y ya no podía detenerse. Se agachó hasta quedar a su altura, y se acercó nuevamente, volviendo a cortar la distancia que los separaba. Aunque esta vez sin dudar.
Sha la la la la la, no hay por qué temer.
No te va a comer, ahora bésalo.
Sha la la la la la, sin dudar.
No lo evites más, ahora bésalo.Sha la la la la la, por favor.
Escucha la canción, ahora bésalo.
Sha la la la la la, es mejor.
Que te decidas ya, ahora bésalo.Y lo hizo. Juntó por fin sus labios en un pequeño y algo tímido roce, sintiéndose un poco intranquilo de la respuesta del contrario. Hasta que se relajó, finalmente, al sentir los pequeños brazos de su sombra en su espalda, abrazándolo con cariño mientras profundizaba el contacto. Entonces todos los problemas que pudieron acongojarlo desaparecieron con aquel toque. Y él no pudo negarse a seguir con el beso, probando con más insistencia los labios que había soñado tanto tiempo.
Bésalo.
Acarició los cabellos celestes mientras introducía su lengua en la cavidad contraria, comenzando un juego con la del más bajo y explorando todo a su paso. Lo recostó suavemente en el sofá, sin romper el contacto que continuó unos pocos momentos más, y que separaban cada tanto para volver a unir sus labios en un nuevo beso. Kagami no sabría decir cuanto tiempo estuvieron así. Hasta que decidieron separarse un momento y Taiga soltó una pequeña sonrisa, encontrando de inmediato las palabras que tanto le había costado pronunciar con anterioridad.
- Me gustas, Kuroko.
- Y tu a mí, Bakagami-kun. Ahora, bésame.
Bésalo.
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K&K
O S :: Kuroko no Basket
- Tetsu.
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Kiss Him
Short StoryÉl está sentado frente a tí. No te ha dicho nada aún. ¿Por qué no le das un beso ya? ¿Qué pasó? Él no se atrevió. Y no lo besará. No hay por qué temer. No te va a comer. Ahora, bésalo. Es mejor que te decidas ya. No lo evites más. Ahora, bésa...