LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS #PGP2018

CAPÍTULO 34

ACLARACIONES:

Los diálogos están con - y se cierran también con -

Los pensamientos están con " " y en cursiva

Los cambios de escena se verán con….*******…

Si no se ven ninguno de estos signos y aun así continua, es solo la narración de los hechos.

DECLAIMER: Como saben ninguno de los personajes del magnífico anime y manga INUYASHA me pertenecen, pero la historia es completamente mía, así que cualquier tipo de plagio está prohibido.

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LA MIKO DE LAS CUATRO ALMAS

CAPITULO 34

Unos ojos verde refulgentes se abrieron con rabia, siempre había preferido mantenerse lejos de todas las demás bestias, él era demasiado importante para estar en aquel sitio enclaustrado, pero no había tenido elección, su creador lo había desterrado, no supo que fue lo que le hizo, y aunque pensara en ello, no comprendía porque Amaterasu había decidido enviarlo a él y a sus hermanos a palacio Magenta, en donde residían las molestas creaciones de Tsukuyomi, las bestias inugamis se creían demasiados, siempre con esa actitud de superioridad ¿No entendían acaso que su raza era mejor y más esplendida? ¿Por qué los Inus se creían más que ellos? El los haría entender, algún día los haría entender.

Vio como el kami de la luna se acercaba a su pequeña hija. –Despídete Tsuki. –Le pidió el kami.

La pequeña niña azabache de ojos brillantes como la luna camino mirando a cada una de las bestias de los cuatro grupos, tenía una sonrisa triste en el rostro que resultaba molesta, paso por el grupo de los Kitsunes creaciones de Inari, eran casi tan fastidiosos y molestos como la misma diosa, la niña hizo una mueca graciosa y las bestias Kitsunes que variaban en color y numero de colas mostraban sus afilados colmillos a modo de sonrisa… "¡Ridículos!"

La pequeña semi diosa cruzo hasta la fila de los Okamis y lanzo un fuerte gruñido con sus penosas cuerdas vocales infantiles, más parecía un gritillo agudo que un gruñido propio, los Okamis gruñeron en burla y la dejaron marchar.

La pequeña parecía orgullosa de su gruñido y cambiando una postura de seriedad se dirigió a ellos, no pudo evitar levantarse del suelo en donde descansaba perezosamente, detestaba a la media humana, pero aun así era la hija de un kami, de uno de los primeros, del hermano gemelo de su creador.

La infante sonrió brillantemente y después de mirar directamente hacia mí, se cruzó al lado de los inugamis, en donde su muestra de afecto por las bestias instintivas afloro vulgarmente.

¿Por qué le agradaba tanto aquellas bestias sin sentido? Era una cachorra extraña…. Y molesta, muy molesta… la miro nuevamente de reojo mientras la rabia iba creciendo en su interior, la niña parecía bastante cariñosa con Yakko y él no se merecía semejante aprecio y menos de la descendencia de un Kami, por más que esta descendencia sea impropia y antinatural.

Si… esa niña era antinatural… y aun así…

…..*********…

La falta de la pequeña niña había ido incrementando con los milenios, no había ya ningún regente que vigilara el palacio magenta, y aun así Yakko parecía tener el control de todo, él quiso hacerse con el liderazgo pero fue infructuoso, Yakko lo había vencido, lo había denigrado frente a su raza y eso no se lo perdonaría nunca. Algún día se vengaría… algún día…