La primera vez de Elena

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Ese sábado en la mañana Elena despierta a las 6:00 AM como es de costumbre, y cuando ve su teléfono móvil se percata de la fecha, 9 de octubre, las lágrimas empezaron a salir de sus ojos y no tuvo más opción que recordar aquel día, aquel día del desastre.

Ese jueves por la mañana, Elena recuerda creía sería el mejor de su vida, se bañó, se vistió con su ropa favorita y se perfumo, pensando siempre en aquel hombre que la volvía loca. Eran las 8:00 AM y Elena caminaba por los pasillos de su instituto, cuando ve a lo lejos como camina su adorado, no podía con tener la emoción, el corazón parecía que se le iba a salir, pensó en aquel momento cuando por fin ella y su amado dejaron de hablar por Facebook y decidieron verse.

Su adorado la miro y se acercó.

-¿Lista para lo de esta noche?, espero no te vayas a arrepentir.

-Nunca me arrepentiría de cumplir mis sueños

El sonrió, le coloco el cabello detrás de la oreja, y le dio un beso en la frente.

-Te estaré esperando en la estación del metro esta noche, nos vemos luego- fue lo último que dijo y se marchó. Elena sabía que lo que pensaban no debería ser, y que iba a pecar esta noche, sin embargo trato de eliminar cualquier pensamiento que podría inducirla al arrepentimiento.

Se pasó todo el día viendo el reloj, y casi muere de felicidad cuando llego la hora del encuentro, quedaron en un lugar donde nadie la vería y Elena mintió a sus padres diciendo que iría al cine con sus amigas.

Eran las 8:35 PM cuando su amado llego, y le abrió la puerta, Elena subió al auto y cuando él se subió, lo miro y le sonrió con toda la inocencia de dispuesta a la entrega total de lo que veía como un todo.

Llegaron a su destino, él la invito a que se pusiera cómoda, y ella accedió, tenía un vestido rojo que no le llegaba ni a las rodillas y zapatos tacón, el llevaba traje y la camisa azul que a ella tanto le gustaba. Ella pensó en esa mirada picara que él le lanzo mientras ella tomaba un examen en la biblioteca, recuerda que se sintió poderosa, y que se sentía feliz con tan solo mirarlo y que él la mirara también.

Ella no podía creer que lo tenía cerca, que aquel hombre que solo rondaba en sus sueños estaba frente a ella, sirviendo unos tragos.

-Toma, bebe un poco de Whisky, te sentirás mejor- Elena tomo el vaso y tomo un trago.

-Sabes, siempre te he visualizado como un amor imposible, y ahora estas aquí- hace una pausa y le sonríe, mirándolo a los ojos con un brillo inigualable en los de ella- y te ves más lindo que nunca.

Al escuchar esto, el solo la abrazo, fue fugaz pero ella lo sintió como el abrazo más largo de la historia.

-Lo nuestro no está permitido, ni por la sociedad, ni por la ley, ¿lo sabes?, tengo 36 años y tú a penas 16.

-Lo sé, pero no me importa- le dijo ella, lanzándose hacia el para besarlo y desatar tanta pasión acumulada.

Él la tomó entre sus brazos, beso lentamente desde la comisura de sus labios hasta llegar a su cuello. Bajó la bragueta de su vestido, mientras ella simultáneamente desabotonaba su camisa. Él paseo sus manos por la espalda de ella deteniéndose en su sostén y desabrochándolo hasta dejar en descubierto sus pechos blancos, se quedó observándolos, tan firmes y perfectos como muestra de su juventud.

Ella se paró para tumbarse en la alfombra que estaba en medio de la sala haciendo juego con el diseño minimalista de la misma, él se tumbó junto a ella y volvió a besarla, hasta que de repente escucharon que alguien tocaba la puerta.

-Ve a mi cuarto y escóndete- le dijo el con la respiración un poco acelerada, ella siguió sus órdenes.

El miedo la enloquecía, porque sabía que lo que estaba haciendo estaba totalmente prohibido, tanto por Dios como por la ley, ella era menor de edad, él era 20 años mayor que ella y además era su profesor, si su padre el jefe del cuerpo de policía se enteraba, pasaría lo que se temía, lo mataría.

-¿Quién es?- dijo el profesor.

-Soy yo, su vecino Juan, le hablo para preguntarle algo importante- el profesor abrió la puerta.

-No hay problema dígame- dijo, cuando noto que su vecino Juan no estaba solo.

-Deme todo lo que tiene o morirá- le dijo Juan con voz de alguien dispuesto a lo que sea.

-Lléveselo todo, dudo que encuentre algo de mucho valor, solo soy un profesor de matemáticas.

-Jefe, mire lo que encontramos- dijo uno de los acompañantes de Juan.

-Mira lo que tenemos aquí- dijo Juan tomando a Elena por el brazo, mientras sus dos acompañantes agarraban al profesor.

-¡Suéltela por favor!-grito el profesor- hagan lo que quieran conmigo, pero por favor déjenla a ella.

-No me digas profesorucho, aquí el de las ordenes soy yo, esta noche voy a divertirme.

El profesor lleno de ira, tomo fuerzas de donde no tenia y se zafo de quienes lo agarraban para lanzarse rápidamente sobre Juan, y gritarle a Elena - ¡Corre!- ella empezó a correr, pero no paso un minuto cuando ¡Bang!, se escuchó el sonido de una pistola y Elena cayó al piso, comenzando a llorar desconsoladamente.

Elena halló a un grupo de personas que paseaban por el vecindario en aquel momento, les habló de una forma que entre llantos y penas pudo entenderse, les señaló el lugar de los hechos, pero los asesinos ya se habían escapado. Pasado un rato, Elena llamó a su padre quien apareció una hora más tarde.

Años después, Elena se despierta al escuchar el sonido de la alarma, y cuando toma su celular, ve la fecha, 9 de octubre, ella empieza a llorar porque ese mismo día años atrás, iba ser su primera, lo que resulto su desastrosa casi primera vez.

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La primera vez de ElenaWhere stories live. Discover now