Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|

47

No está.

Kamukura no está a su costado, abrazandolo para protegerlo del frío, solo está el vacío y el aroma a café en la almohada. Frunce el ceño con fastidio, pasa las manos por encima de los ojos para despejar el sueño y se pone de pie con el propósito de salir del dormitorio.

— ¿Izuru?

Cuestiona tocando la puerta de la oficina al haber observado luz y cuando abre ve como el azabache está observando fijamente la laptop.

—No deberías estar despierto —dice en tono amargo—. No es bueno para nuestro cachorro.

Está molesto, al parecer lo que está en aquel artefacto de metal ha hecho que el contrario este de malas, demasiado.

—Lo siento —susurra con la mirada baja—. No podemos dormir si no estás....perdón, no quise interrumpir.

La voz se le quiebra, el embarazo hace que este sensible ante todo, sabe de su cambio de actitud, es consciente de que todo le apesta, no quiere ver a nadie ni estar con nadie si no es su alfa, solo quiere estar con él, que lo mime, abrace, diga que lo ame y haga el amor incontables veces.

—Que aburrido.

Murmura cerrando la laptop sin poder asimilar el resultado sobre si son o no una pareja destinada.

Entra al dormitorio con lentitud, los sollozos llenan el lugar, Komaeda está acostado abrazando la almohada del azabache con fuerza, quien se sienta a su costado y acaricia los cabellos blancos para tratar de calmarlo.

—P-perdón —se siente tan vulnerable—. Perdón, Izuru.

—Ah, realmente estás muy sensible —se acomoda abrazandolo por la espalda y besa la marca—. Respira con profundidad, debes estar tranquilo.

Asiente y hace lo que le dijo.

—No volveré a irme cuando estés durmiendo, ¿sí?

—Izuru —susurra en tono infantil y se da la vuelta para abrazarlo—. Te amo mucho.

Al no recibir respuesta, llora con más fuerza.

— ¿Por qué no me dices que me amas? ¿Acaso es mentira?

Kamukura suelta un pesado suspiro.

—Claro que te amo, Nagito.

—No es verdad —se aparta hipeando—. Solo lo dices para que me calle.

—Nagito —limpia las gotas de agua—. Sabes que no es cierto. Te amo más que nada en este aburrido mundo.

Regresa a sus brazos y esconde el rostro en su pecho.

—Pero, qué omega —traza círculos imaginarios sobre la espalda—. Voy a hacerte una taza con chocolate para que estés relajado, ¿de acuerdo?

Niega.

Se aferra más.

—No, no quiero —hace un puchero adorable—. Hay que hablar sobre cómo se llamará nuestro cachorro.

El gris brilla de emoción.

—Aún, no podemos saber cuál será el género.

—No importa —lo besa—. Estaba pensando en Megumi si es niña o....

Lo calla con un beso.

—Todavía, es muy pronto —roza ambas narices—. Ahora, quiero que te concentres en estar relajado y tranquilo.

—Eso haré —sonríe para después, bostezar—. Buenas noches, Izuru.

Morfeo llama al omega.