Una vida sin Luz

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Soñar
Y ahí estaba yo escuchando,  sin poder ver,  ni hacer,  ni decir nada, esperando ansiosa a que mi cuerpo respondiera mis órdenes.
Si, escuchaba todo, todo menos su voz, la voz que quería escuchar.
  "Tenés que recuperarte", "vos podes", "sos fuerte" y bla bla era todo lo que decían;¿no podían inventar otra frase? ¿No podían ser originales?  Todo lo que quería y necesitaba escuchar era un "tarada, ¿que haces ahí acostada?, dale que llegamos tarde" y estoy segura que me levantaba y salía de ahí mismo sin pensarlo dos veces.
Pero no, no sé porqué no, siempre me decía eso. Ahora, nada.
Esto fue lo que pensé por tres meses, aunque sin mentir, me parecieron tres años. La mayor parte del tiempo me la pasaba sumergida en mi mente, solo era yo y nadie más, y con lo que me gusta hablar a mí, eso si, las conversaciones eran perfectas, siempre obtenía la respuesta que quería. Pero bueno, hasta mi mente me jugaba en contra a veces.
Me asusté, nunca estuve tan sola, siempre tuve a... A..., bueno, no vale la pena nombrar a esa persona, en ese tiempo ni se dignó a aparecer. Como dije, mi mente me jugaba en contra, odié a esa persona, les juro que la odié, sin saber la verdadera razón de su abandono.
Todas las noches, cuando la enfermera se iba y cerraba la puerta, me decía a mí misma, mañana salís de ésta, cerraba los ojos de mi mente y simulaba dormir.
Siempre "soñaba" con volver y verla. Luz era todo lo que quería y extrañaba. La ultima vez que la vida pasó todo tan rápido que solo recuerdo que brillaba, brillaba como nunca. Si hubiese sabido que ese día terminaría así, aunque en realidad no recordaba como había sido todo, solo sabía que yo había quedado en coma, sin poder verla otra vez, sin poder despedirme. Todo era un recuerdo borroso.
Creo que ese día la hubiese contemplado más. La hubiese disfrutado, solo eso. Habría ido al patio, tipo cinco de la tarde, como de costumbre y me hubiese recostado en el verde pasto, ella siempre me estaba esperando. Ambas amabamos esos encuentros. Y sin hablar, la hubiese mirado, solo quería ver ese típico amarillo que resaltaba por sobre todo siempre, que iba y venia al compás del viento combinado con el celeste, ese celeste que te atrapaba, que con tan solo mirarlo te sumergía en la infinidad de sus emociones y sentimientos, que te alentaba y llenaba de buenas vibras.
Pero todo en ese momento era nublado y tormentoso, una tormenta que me había cautivado y parecía no querer dejarme salir.

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2018 ⏰

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