Primera Parte

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La vida le tenía muchas cosas preparadas pero para Son Hyunwoo, el simple humano del siglo XIX, de familia adinerada y con todas las comodidades para no tener que preocuparse de nada, le era indiferente el futuro, sabía que debía hacerse responsable de la casa, de la servidumbre y de todo lo que aquella enorme mansión tradicional pudiese acarrearle.

Tenía 25 años cuando un extraño y apuesto hombre occidental se cruzó en su vida, no era muy común ese tipo de visitantes y menos nocturnos, pero se aferró a él, por ver un nuevo mundo, por salir de su burbuja de mundo perfecto.

Compartió a su lado durante varias noches que se hicieron meses, disfrutando de aquellas salidas y de aquellos momentos que le regalaba aquel hombre, hombre que le robó su humanidad en cuestión de segundos, sin darle oportunidad de oponerse.

Cuando abrió los ojos un par de horas después del crepúsculo, todo era diferente, el mundo era diferente, y la sed que sentía era extremadamente potente; según su ahora "maestro" había recibido el "Don Oscuro" y debía alimentarse de sangre contaminada.

Los años pasaron, y Hyunwoo disfrutaba de su nueva vida, junto con su maestro había viajado por todo el mundo, probando sangre de diferentes malhechores, gozando de la vida que se podía dar con su maestro, un nómada ricachón y no lo cambiaría por nada.

Sin embargo un día, iniciando el siglo XX, Hyunwoo volvió a Corea con su maestro y hubo algo que le hizo querer establecerse en su país natal nuevamente. Hyunwoo se encariñó con un pequeño niño huérfano, eran épocas de escasez y los orfanatos no daban abasto, el niño era pequeño, delgado, bastante hablador y simpático, Hyunwoo quiso cuidarlo de inmediato pero su maestro le amenazó, que amenos que lo matara lo abandonaría; pero esto fue algo que a Hyunwoo le causó gracia, no iba a matar al niño, era un niño y no iba a dejarlo solo, nuevamente, era un niño.

Se quedó solo con el pequeño a quien nombró Minhyuk, su maestro le había enseñado mucho y ahora debía cuidar al niño, darle la mejor vida que pudiese tener en medio de aquellas situaciones tan complejas.

—¿Y mi mamá? —era la constante pregunta del niño de unos escasos seis años.

—Mamá no está, Minhyukkie. —respondía siempre Hyunwoo al no saber cómo más abordar aquella situación con el niño.

Para Hyunwoo, el tiempo no transcurría, pero sabía que para Minhyuk era totalmente diferente, y Hoseok, su amante y mejor amigo, se lo hacía saber frecuentemente, Minhyuk crecía y con ello las explicaciones que debía darle de por qué no salía a la luz del sol, por qué salía sólo en la noche, por qué no comía la cena a pesar de tenerla servida.

—Ya es un adolescente, Hyun, debes decirle, él debe saber. —habló Hoseok, abrazándole por los hombros desde la espalda, estando arrodillado, buscando reconfortarle.— Porque cuando se entere solo, va a ser un desastre, va a exponernos y tendremos que matarlo.

—Cállate Seok, no quiero pensar en matar a Min, le amo. —su voz estaba cargada de dolor pero sabía que Hoseok tenía razón, por el bien de su pequeño mortal.

—Entonces piensa en eso ahora mismo, porque va a llegar en cualquier momento y no está de muy buen humor. —el otro bebedor aprovechó lo pensativo que estaba Hyunwoo para besar su cuello y robarle un poco de su sangre y posteriormente besar sus labios para traerlo a la realidad.

Los métodos de Hoseok eran extraños pero eran muy efectivos para traerle a la realidad y para relajarle, y ahora era el momento para que sus problemas se hicieran de lado.

El mayor se acomodó en las piernas de Hyunwoo y tras abrazarle por el cuello, se dedicó a besarle, a cantarle canciones suaves, mientras el menor le abrazaba por la cintura y correspondía a aquellos besos y disfrutando de ese momento en que eran ellos dos y no había problemas con mortales.

Fervor [Monsta X • Shownu x Minhyuk x Kihyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora