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Entre el bosque se escuchaba el sonido que traía el viento desde el pueblo más cercano, los animales corrían inquietos a buscar refugio, el caos había llegado como procedente de todo el desastre provocado y el fuego no tardó en aparecer por los alrededores, era la señal perfecta para poder huir.
Todos mis sentidos estaban alertados y el miedo invadía mi ser.
— ¡Corre Deyna! — gritaban lo más alto que podían detrás de mí. La adrenalina se apoderaba en aquel momento y no era capaz de pensar.
Sentí un fuerte agarre en el brazo y lo que presencié a continuación parecía estar pasando en cámara lenta. Hombres armados atacando y prendiéndole fuego al pueblo. Me había encontrado petrificada, más que horrorizada, al ver como aquella gente hacía hasta más no poder matando inocentes y quitándoles todo lo que podían.
De un momento a otro, aquel agarre ejerció fuerza en mí, para correr lo más lejos posible del lugar hasta llegar a los adentros del bosque, cerca de un riachuelo.
— ¿Alteza se encuentra bien? — preguntaba Sir. Aqueron, uno de los caballeros que protegían exclusivamente a la Familia Real de Feiren. Cada vez que me ausentaba en el palacio mi padre, el Rey Marcus, lo enviaba a buscarme.
Asentí mi cabeza en señal de respuesta dado que me encontraba en estado de shock.
Nos habíamos escapado nuevamente del castillo por la insistencia Adella, mi hermana, y Lady Christa, el cual en un principio parecía una buena idea. Me gustaba recorrer el pueblo, visitar a mi gente, en especial ese día dábamos inicio a una de las celebraciones más importantes de nuestro reino, pero todo se vio interrumpido por el ataque de esos hombres hacia nuestra gente.
— Hay que hacer algo, el pueblo nos necesita — decía con insistencia saliendo del trauma. Me preocupaba mi gente, los niños, las mujeres en cinta, los ancianos, todo aquel que había estado a nuestro alrededor necesitaba nuestra ayuda —tenemos que regresar — intenté avanzar decidida, pero mi hermana me detuvo junto a los demás.
— ¡¿Acaso perdiste la cabeza?! — Adella me miraba confusa y con preocupación.
— Su Alteza, no podemos regresar, su seguridad es primordial — decía Sir. Aqueron con algo de preocupación.
— ¡¿Pero y mi pueblo?! ¡¿Acaso ellos no deben ser mi prioridad?!— decía algo molesta.
— Excelencia, se lo imploro. Piénselo bien, no tenemos como ayudar. Si regresamos es posible que seamos una carga más que una ayuda — agachaba la cabeza Sir. Aqueron mientras hablaba — lo lamento, pero no puedo llevarla. Mi deber es proteger a la familia real. Órdenes de su majestad el Rey Marcus.
— Deyna, Sir. Aqueron tiene razón. Aparte si papá descubre que estuvimos en el pueblo sin su permiso nos manda a la horca — decía Adella con algo dramatismo.
— Alteza, por favor volvamos — me decía Lady Christa con lágrimas en los ojos. Suspiré con frustración, pero Sir. Aqueron tenía razón, no éramos de mucha ayuda y lo más razonable era volver al palacio.
— Sir, Aqueron, quiero que usted regrese al pueblo y brinde el apoyo necesario, nosotras sabremos como volver al palacio. Es una orden — dije con firmeza.
— Si, su Alteza. Por favor, regrese con bien — decía mientras daba una reverencia en mi dirección y después hacer lo mismo en dirección de Adella.
— Igual usted.
Mientras Sir. Aqueron avanzaba con rapidez hacia el pueblo, nosotras nos dirigíamos con paso rápido al castillo. Con lo que había pasado no era seguro estar en el bosque y debíamos llegar al castillo antes de que el Rey haya notado nuestra ausencia.
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LetAl
FantasyEn borde del caos el Reino de Feiren está obligado a utilizar todos sus recursos para poner fin a la guerra contra el Reino de Restba, para poder salvar a su pueblo y evitar el desastre, ambos reinos llegan a un acuerdo el cual unirá a sus pueblos y...