CAPÍTULO 1: UNO attack

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-Dos días a la semana, juegos de mesa guays con tus amigos, algo de picar, conocer gente a la que también le gustan los mismos juegos de mesa ¿A ti no te apetecería?

-Yo que se Javi, mola pero...

-¿Pero que? Mira, Miércoles y Viernes ¿Cuál es el problema? ¿Tienes algo esos días?

-No pero...

-Mira tio, Dani, Marta y Belén también se han apuntado y seguro que Pablo se apunta a última hora.

-Pero ¿De dónde sale eso?

-Tio, que es otra extraescolar nueva de estas raras que hacen los colegios.

-No se tio.

-Mira, el Viernes es la primera quedada, te vienes y si te gusta te apuntas.

-¿Este Viernes?

-Si, a las 11:00,quedamos aquí diez minutos antes y yo te acompaño.

-Ya veremos.

Una conversación normal, ¿Verdad? Una mala forma de empezar a contar una serie de sucesos demasiado extraños, sin embargo, así es como empezó y así es como lo contaré.

Lo cierto es que no estaba mal, una tarde de juegos de mesa con amigos de toda la vida, conociendo gente nueva. 

Obviamente, si no hubiese ido y me hubiese encantado y me hubiese apuntado sin dudar, esto no sería una parte importante de la historia y, si no fuese una parte importante de la historia no lo estarías leyendo.

Al cabo de algunas semanas éramos como una familia. Nos prestábamos juegos, comprábamos juegos para todos, quedábamos en casa de alguno para jugar...Todo perfecto.

Aún recuerdo perfectamente ese día, estábamos jugando una partida a los hombres lobo cuando entró, lo recuerdo porque me había tocado ser el lobo. No era raro que se apuntasen nuevos jugadores a mitad de trimestre, por eso no me extrañó, tampoco su físico alto y larguirucho, con pelo grisáceo y cara afilada, tampoco su aparente avanzada edad ya que allí éramos gente de todas las edades, ni siquiera cuando comenzamos a conocerle me extrañó su gusto un tanto pijo para alguien que se apunta a una clase de juegos de rol, tampoco su nombre que ya puedes deducir. Nada en el me extrañó, pero si hubiese sabido todo lo que aquel sonriente y simpático hombre iba a hacernos, lo único que me habría extrañado sería no haber salido corriendo, no haber huido sin mirar atrás.

Era bastante bueno, aprendía rápido a jugar. No tardó mucho en caernos bien. Era un tanto peculiar. Siempre le gustaba tener la razón y el control. Siempre quería ser el narrador en los juegos de rol. Era siempre el primero en elegir personaje y tablero... Pero, aun así, era simpático.

Pensarás que porque he dicho todo eso de el y si era tan simpático, ¿Por qué la historia tiene su nombre? Bueno a las diez semanas de comenzar las clases celebramos un pequeño torneo de "Carcassone" y, luego, hicimos una pequeña cena todos juntos.

Después de esto fue cuando empezó todo.

-Que si, que a mi el hombre ese me da miedo.

Era Marta, una de las amigas de toda la vida. Simpática, alegre, muy inteligente y no lo digo solo por el aire intelectual que le daban las gafas, era una de las mejores en los juegos de estrategia.

-A ti lo que te pasa es que estás celosa de que te ha ganado.

Ese era Dani. Se había unido a el grupo de amigos cuando empezó el curso pasado, se adaptó rápido, siempre he creído que fue por su habilidad al hablar. Tenia tal labia y hablaba tan bien que podía hacerte creer lo que quisiese sin que te dieses cuenta de que te estaba manipulando, gran ventaja en los juegos de mesa en los que había que mentir.

-Que no Dani, que lo digo en serio.

-Haber, haber. Cuéntanoslo, pero calmada

Esa era Belén, Básicamente era la que nos unía a todos y conseguía resolver los conflictos sin que nos matásemos. No muy útil para los juegos, imprescindible para la vida real.

-En la comida, después de la partida, me he acercado a la mesa de dulces a coger algo y el Oscar ese se me acerca y me dice "Marta que te veo".

- ¡En serio!¡ ¿Eso es lo que te daba miedo?!

A ese ya le conocéis, Javi, el liante y deportista del grupo.

-Tu no has visto como me miraba, además, siempre está mirándome durante las partidas. ¿No os habéis fijado?

-A ver Marta, igual estás obsesionada, tampoco me parece para preocuparse - Dije yo- Solo estaría intentando ser majo.

-¡¿Yo estoy obsesionada?!¡El está obsesionado conmigo!

-Igual es que le gustas -Dijo Dani con aire divertido.

-¡Claro! Es que si vas por ahí provocando

-Pero que dices, que el pavo ese tendrá 40 años mínimo, ese tio es un pederasta.

-A mi me gustan mayores, de esos que llaman señores.

-Super gracioso Pablo

Si, esos dos comentarios tan oportunos habían sido de Pablo, el graciosete del grupo, tan inoportuno como impuntual. Perjudicial para los juegos, la vida y el grupo en general.

Podría seguir contando como discutíamos y dejando que os hicieseis un lío con los nombres, pero creo que sobra decir que todos nos fuimos pensando que Marta estaba un poco obsesionada.

Era Viernes así que como todos los demás fui a la partida que había organizada. Mentiría si dijese que pude resistirme a mirar a Óscar desde otra perspectiva. 

Lo cierto es que Marta no estaba tan loca. Óscar no paraba de mirarla de reojo y, siempre que tuvimos que hacer equipos elegía ponerse con ella. Marta no paraba de lanzarme miradas llenas de interrogantes: Si por fin me había dado cuenta, Si aquello me parecía normal

Al parecer, no era el único que me había fijado, porque Dani, Belén, Javier y Pablo no pararon de hablar de aquello en toda la tarde.


Durante la semana siguiente estuvimos observándole, estaba claro que algo pasaba allí, no paraba de mirar a Marta, siempre le defendía, nunca le acusó en ninguna partida aunque estuviese claro que era ella. Por supuesto, no dijimos nada de esto a nadie más de allí, no queríamos que pensasen que estábamos locos.

¿Nunca te has preguntado como sería ahora tu vida si algo de tu pasado hubiese cambiado? Yo siempre me pregunté como sería mi vida si el nunca hubiese atravesado aquella puerta. No me refiero a Oscar solamente, también a otra piza clave de este ajedrez, la dama del rey enemigo, Carlos. Al principio no nos llamó la atención mucho, solo su físico, sería también de unos cincuenta años, bajito, ojos azules, un escaso pelo rubio dorado cubría los laterales de su calva y tenía cara como de  afligido, con unas permanentes ojeras debajo de sus ojos. En resumen tenía todo el perfil de mafioso ruso villano de James Bond.

Así es como empieza esta partida de ajedrez, con ocho piezas, seis peones blancos contra el rey y la reina negros.

Quizá esperabas que esta historia empezase de otra manera, o que quizá saltase el prólogo y fuese directamente a las partes más importantes. Pero ni todas las partidas empiezan con todas la fichas, ni todos los cuentos empiezan cuando la princesa ya está encerrada en la torre.

OSCARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora